Ultimate es el deporte que viene a cambiar ciertos conceptos que se tienen acerca de las competencias en una cancha, donde sufrir por el triunfo o sacrificar el todo por el todo son el pan de cada día de otras prácticas deportivas. Sin embargo, con el Ultimate podemos entender un lado del deporte que muchas veces pasa desapercibido: disfrutarse el camino más que el lugar en el podio.
Texto por: Diana B. Franco
Fotografías por: Angelica B. Espinosa
A la hora del partido, realizado en un espacio de 100 metros de largo por 35 metros de ancho, donde el corazón late cada vez más rápido bombeando adrenalina por las venas y los ojos no se apartan del disco, ser el que más salta o corre puede marcar la diferencia a la hora de anotar puntos; esa sensación en el jugador no se compara con la sensación de simplemente haberlo dado todo.
“He aprendido del Ultimate, que para ganar se necesita disfrutar cada segundo del juego, que el marcador viene por añadidura, acorde a la entrega en el juego. He aprendido a pensar en equipo, a crecer en conjunto y a luchar entre varios por un mismo fin”, menciona Alejandra Franco, capitana y entrenadora de Tsunami, el primer club femenino de Manizales.
Aunque se disfrute cada juego y salto, este deporte es de alta competencia y exigencia cardiovascular. La dinámica del Ultimate es sencilla, cuando alguno de los participantes tiene el disco no se puede mover, solo tiene 10 segundos para realizar un nuevo pase, 10 segundos para dar con el movimiento correcto donde la agilidad sale a relucir. No es inherente si eres hombre o mujer, porque acá lo que importa es el movimiento rápido y el trabajo en equipo.
“Todas las experiencias, mi evolución como deportista, conocer personas tan extraordinarias y construir con ellas un equipo disciplinado y fuerte, es una de las razones por las que he llegado amar este deporte”, comenta la capitana y resalta cómo esta práctica no sólo influye físicamente sino también mentalmente: “al final sólo te queda demostrar un buen espíritu deportivo”.
En el Ultimate no existen los límites físicos a la hora de jugar, debido a que no hay contacto directo con los demás y todo depende de la agilidad para lograr puntos. Solo el deportista puede callar esa voz que le grita ¡debes ganar a cualquier costo!, y para Laura Tabares, quien lleva 5 años jugando y percibiendo el Ultimate de otra manera, asegura: «Este deporte se hizo para gozárselo, no para enfadarse si alguien se cae encima por accidente o porque no me dejan lanzar el frisbee me debo enojar. Es un deporte en que la mente va a mil, pero a la vez debemos mantener la calma».
Cero árbitros más tolerancia
Hay que reconocerlo, las faltas siempre van a aparecer en los distintos escenarios deportivos, debido a la intensidad del momento, al subidón de adrenalina y al deseo de ganar, pero es la forma en la que sobrellevamos ese chute emocional, y cómo solucionamos el asunto, lo que manifiesta el lado más justo como deportistas.
“El Espíritu de Juego se trata de tener la conciencia de que cuando se llega el momento de una falta, por más agitado que se esté, tener la cabeza para decir, listo fue mi culpa, mi error, aceptar el llamado”, menciona Camilo Cárdenas, integrante y entrenador del equipo de los Dracos Fyover. Además agrega que si no hay un arreglo, se devuelve el juego hasta el momento inmediatamente anterior a la falta, dejando atrás cualquier conflicto.
El Ultimate trae consigo la mejora de la comunicación entre los integrantes, la familiaridad y el respeto, de la unión se pueden limar las asperezas. Cárdenas, quien además se destaca por su trabajo de grado realizado en la cárcel de la Dorada, donde se les enseñó a los presos el juego obteniendo buenos resultados como bajas de condena y mejor comportamiento de algunos reclusos, concluye: “el espíritu de juego es una manera muy certera de tratar un deporte, por más intensidad que vea en una competencia, siempre se debe estar pensando en un momento de cordura y conciliación con el otro”.
Equipos caldenses
En Manizales, son 7 los equipos registrados; 3 equipos masculinos: Dracos Flyover, Zeppelin y Helio. En los equipos femeninos se encuentran: Tsunami, Valhalla y Mambas, también hay un equipo mixto conocido como Changos. Además en Villamaría se encuentra el equipo Cumanday y por parte en Chinchiná está el grupo de Okavango.
Como disciplina, el Ultimate se abre espacio en la ciudad y lugares aledaños, con incesante lucha y organización de cada uno de los integrantes de los distintos clubes, quienes han puesto toda su dedicación en ensalzar un deporte que no sólo los convierte en grandes atletas sino que en el proceso los transforma en grandes personas.