Imagine a par paisas hablando con la jerga característica de Antioquia, con aquel acento sabroso que a muchas vuelve locas. Ahora ponga a estos dos personajes a rapear sin cambiar su acento ni palabras. ¿El resultado? Letras cargadas con frases como: ‘Venimos desde la quinta porra, nos va como a los perros en misa, el vivo vive del bobo, por el amor de Dios, yo soy el putas’, entre muchas otras. Estas canciones ricas en jerga paisa y vivencias de la calle, solo pueden venir de un grupo que nació en el barrio Aranjuez, los borrachos de la rima que residen en Medellín: Alcolyrikoz. Si a este punto, querido lector, por lo menos el nombre de esta agrupación le llamó la atención, lo invito a que conozca quiénes son los maestros de las artes verbales.
Estos tres pelados, a través de su música nos cuentan historias que nacen de los barrios y se plasman en cuadernos llenos de rimas y risas. Gambeta y Kaztro son primos, Fazeta es el parcero, el vecino que con sus mezclas terminó de componer este grupo que va de la A a la Z. Tienen un recorrido en la industria musical de admirar, pues desde que se conformaron en los años noventa, han llevado una lucha continua por rescatar el género Rap con su propio estilo, porque “Dios así lo quiso”.
En sus quién sabe cuántos años de carrera, tal vez desde que estaban en el vientre de sus madres, ya tenían claro que el viaje de Alcolyrikoz sería largo y traería consigo un despilfarro de emociones. Su primer demo fue lanzado hace nueve años y a partir de ahí comienzan a crecer, pues en el 2009 sacan su primer trabajo discográfico titulado ‘La Revancha de los Tímidos’, donde se encuentra uno de sus mejores temas: ‘Comediantes del Velorio’. Con la misma dinámica, al año siguiente lanzaron ‘El Despilfarro’ en forma de EP, el cual recomiendo que escuche sobrio porque a esa velocidad no es legal conducir en estado de alicoramiento.
Estos verraquitos no pararon y en el 2012 sale del horno ‘Viejas Recetas’, ‘Remixes y Otras Rarezas’, y como no lograron destrabar la lengua, decidieron sacar otro álbum y bautizarlo con el nombre de ‘Efectos Secundarios’. Bajo ‘Anestesia Local 1’ y ‘Anestesia Local 2’, no dejan de embriagarnos con sus rimas y narraciones tan cercanas a nosotros, que pronto en algún punto de alguna de sus canciones, nos logramos identificar recordando aquellas épocas en las que jugábamos al ritmo de la ronda infantil que decía “juguemos en el bosque mientras el lobo no está”.
Y no importa en cuál tarima toquen o frente a cuántas personas se presenten, porque además de haber compartido escenario con Method Man y Kase.O jazz Magnetism por mencionar algunos, también han participado varias veces en el Festival Altavoz, Estéreo Picnic, Convivencia Rock, Hip Hop al Parque, Concierto Radiónica, entre otros tantos, y puedo apostar que la energía de estos tres paisas es la misma sin importar en que llanura o cordillera estén tocando.
Si alguna vez le llega el chisme de que son crecidos, que va, no coma cuento. Estos artistas se siguen presentando en bares de su ciudad y compartiendo tarima con raperos que tienen el mismo espíritu musical. Por eso me fui una vez a Medellín, persiguiéndolos como loca, cogiendo cuál camión me pudiera llevar, solo para verlos por primera vez antes de que viajaran a México.
Y voilà, para mi sorpresa un show que en poco tiempo llenó mis expectativas. Sin más ni menos, nos pusimos a corear mientras deletreábamos A-L-C-O-L-I-R-Y-K-O-Z, así abrieron la presentación. No podía creer que por fin estaba en frente de los Ninjazz, escuchándolos rapear con mis manos arriba tratando de alcanzar el techo, el cielo, o tal vez las constelaciones.
El lugar era agradable, tenía ese aire underground en sus paredes y su gente estaba cada vez más a la expectativa por cada canción que estaban a punto de interpretar. Por un momento nos anestesiaron y de la ‘N.A.D.A.‘ nos llevaron a navegar entre la tranquilidad, historias y el mar. Como buenos colombianos, que no quedamos satisfechos con ‘N.A.D.A.’, pedimos desesperadamente la última canción.
Ahí fue cuando volvieron a escena, ambos tomaron el micrófono y a la señal de Fazeta apagaron el foco de aquel pequeño pero significativo show que tuvo lugar en Bombay, ese bar que vio mis ojos brillar, mi pelo alborotarse y mis pies bailar. Así como lo afirmaron Kaztro y Gambeta, la música nacional crece y se hace fuerte a nivel de sonido y calidad, con el plus de que los artistas se lo toman muy en serio y logran crear un sello de autenticidad llevando su música a otros países. Y por último, ‘yo también amo todo lo silvestre menos a Dangond’.