“Othello es un es un espejismo maléfico en el que acercándose no ves más que arena. O tu propia tragicomedia”
Gabriel Chamé B.
Texto por: Diana Buriticá
Fotografías por: Andrés C. Valencia
Divertida, entretenida, inteligente, son algunos de los adjetivos para describir Othelo, la obra con que Argentina se hace presente en esta versión XXXVII del Festival de Teatro, demostrando una vez más la gran factura de su producción teatral.
Interpretada en múltiples propuestas teatrales desde 1604, un año después de haber sido escrita por William Shakespeare, llevada al cine también en varias versiones, la trágica historia del moro de Venecia envuelto en una trama de intriga y celos, cobra vida en un escenario.
Cada objeto es utilizado para crear un mundo absurdo que se transforma permanentemente durante la obra y atrapa al público sin descuidar e involucrar permanentemente a Shakespeare, quien participa de la fiesta clown a un lado de la escena, de igual forma en que algunos de los personajes se hacen a un lado de su papel en la obra ya para interpretar otro personaje de la tragedia o para darle visos de actualidad, referenciando incluso lugares y dichos.
Conservando el rigor del texto original del Othello del escritor inglés, los personajes de esta propuesta teatral adaptada y dirigida por el Maestro Gabriel Chamé, juegan permanentemente entrando y saliendo de la tragedia, convirtiéndola en una pieza maestra del teatro de lo burlesco de la comedia, en un experimento brillante, donde lo trágico se vuelve cómico gracias a la impecable actuación del elenco de Buen día Theatre de Argentina.
Allí se propone una relación entre el teatro clásico y el contemporáneo, que sin duda alguna será una de las piezas teatrales para recordar en esta versión del FIT.
Esta extraordinaria puesta en escena demuestra el gran trabajo desarrollado por el maestro Chamé Buendía, su experiencia en el mundo del clown, su participación en el famoso circo del Soleil y su amplia trayectoria internacional como incansable investigador y creador teatral.
La sorprendente, plástica, enérgica y limpia actuación de cuatro actores que inundan el escenario simple en escenografía, demuestran una vez más que el teatro es más que un buen montaje escenográfico, es ingenio creador que transporta al público a mundos lejanos y extraordinarios.