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A una cuadra de la Plaza de Mercado de Riosucio se encuentra el taller de arte de Gilberto Guerra, el hombre que desde hace veinticuatro años decidió elaborar en compañía de sus amigos de infancia – conocidos en el municipio como el grupo de Los 30 – una diabla para el carnaval; la cual se da a conocer el segundo día de esta festividad.
Texto por: César Giraldo Durán[/vc_column_text][vc_gallery interval=»3″ images=»292,295″ img_size=»full»][vc_row_inner][vc_column_inner width=»1/2″][vc_column_text]
Beto, como se conoce a Gilberto, diseña la estructura de la diabla de cuatro metros en acero, guadua, madera, icopor y papel con engrudo para darle forma. Manifiesta:
“La elaboro en estos materiales para que sea resistente, porque cuando la saco la gente se sube a ella, baila a su alrededor y en ocasiones la dañan, pero no me importa, porque así es la fiesta».
[/vc_column_text][/vc_column_inner][vc_column_inner width=»1/2″][vc_column_text]El taller de Beto huele a pintura, pegante, madera húmeda, trementina y metal fundido. Sobre una gran mesa de madera gris salpicada de pintura y desgastada por el tiempo, reposan los pinceles erizados por el uso, las cocas donde se combinan los colores y los afiches publicitarios, materiales que el riosuseño utiliza para realizar su trabajo.[/vc_column_text][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_zigzag color=»orange»][vc_row_inner][vc_column_inner width=»1/2″][vc_single_image image=»296″ img_size=»full»][vc_column_text]Los recortes de periódico, fotografías, afiches de América de Cali y posters de chicas en vestido de baño, cubren las paredes del local. Es en ese lugar donde la “bizcocha” de veinticuatro primaveras toma forma durante dos años para hacerle compañía a su diablo.[/vc_column_text][/vc_column_inner][vc_column_inner width=»1/2″][vc_single_image image=»10540″ img_size=»full»][vc_column_text]
“Me siento inclinado por el encanto de la figura de la mujer, por eso al principio la pinté en una las paredes de la Plaza de Mercado”, expresó Beto.
[/vc_column_text][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_single_image image=»11543″ img_size=»full»][vc_column_text]Luego de pintarla, en 1984 tuvo muchos inconvenientes con la junta del carnaval, ya que esto iba en contra de la tradición. Pero no fue impedimento para que Guerra no trabajara en un proyecto más ambicioso. Luego de retratar la diabla en diferentes lugares del pueblo, decidió en compañía de unos amigos, crear una diabla que saliera en el carnaval.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]
“Tuve muchos problemas con la comunidad y en varias ocasiones tuvo que intervenir la policía”, dijo Beto. Pero ahora todo es distinto, la diabla es un miembro indispensable en la organización del carnaval y su presencia se ha oficializado en la comunidad. Desde hace veinticuatro años lleva acompañando al diablo y la aceptación de la comunidad hará que haya diabla para mucho rato.
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