En el marco de apertura de la décimo quinta versión del Festival Internacional de la Imagen en la ciudad de Manizales, que tiene como propuesta este año la Ciudadanía Digital y las Ecoacciones, se tuvo como evento inaugural la presencia musical de Systema Solar, que hizo estallar de emoción, agite y alegría a todo el auditorio del Teatro Fundadores.
Directo del Caribe colombiano llegó este colectivo músico-visual, como ellos se definen, para cantarnos, rapearnos y mostrarnos historias que nacen en la tierra de la cumbia, el sombrero vueltiao y la champeta, todo el auditorio se alzó para mover las caderas y convertirse en toda una amenaza rítmica y visual.
Systema Solar nace en el 2006 en la costa caribe con las voces y talento de Walter Hernández “Índigo” (voz), Jhon Primera “El diablito del flow costeño” (voz), Vanesa Goksch “Pata´e perro” (Visuales), Arturo Corpas (Dj), Juan Carlos Pellegrino (Productor), DaniBoom (Dj, productor) y Andrés Gutiérrez “Andrew” (Percusionista), quienes conforman las 7 constelaciones de este Systema, junto con el Solar, que hace referencia a lo que en la costa se considera como una porción de tierra en el patio de la casa donde la familia se reúne y donde viven los animales domésticos. De ahí el origen de su nombre. Todos ellos en familia aportan desde su larga trayectoria musical para cocinar temas que hacen reventar, transmitiendo la cultura lingüística caribeña de la que todos nos hemos apropiado, como el ‘Wepajé’.
El espíritu de su originalidad musical que hizo enloquecer cuerpos colombianos y extranjeros en Manizales, nace de la riqueza de los sonidos afrocaribeños como la cumbia, el bullerengue, el fandango y la champeta; los mismos que fusionan con ritmos electrónicos y estilos propios de la calle como el Hip-Hop, Techno, Break Beats, scratching y por supuesto, el vídeo en vivo, lo que en últimas es su propuesta: la creación de espectáculos músico-visuales que cuentan con el sello de un estilo original que denominan Berbenautika.
¿Berbenautika? Se preguntarán quienes no son costeños. Hace referencia a la inspiración musical de Systema Solar. La palabra viene de Verbena que en la costa caribe alude al ambiente y la fiesta popular que se genera de la cultura de los picós (grandes equipos de sonido) que es clave en el sentimiento musical y vivencial de quienes son costeños de pura cepa. Reunirse cada fin de semana para armar la verbena exige necesariamente de estos monstruos del sonido, los mismos que emplean estos embajadores caribeños para retumbar los oídos y teletransportar a los espectadores a cualquier rinconcito del Caribe.
Pero la magia de este colectivo músico-visual va más allá, y mientras hacen bailar a sus espectadores hasta que se les reviente El Botón del Pantalón, ofrecen en vivo y en directo una experiencia que despierta los sentidos gracias el ensamble eléctrico que fusiona ritmos colombianos, acompañados de danzas rituales hechas por los vocalistas, mientras todo el colectivo empapado de luces con un vestuario dinámico y salvaje propio de la selva, cuentan historias de personas comunes que entre verbenas y salir a trabajar cada día como burros (como ellos lo cantan), van insertándose hasta En Los Huesos.
En el Teatro Fundadores nadie se quedó sin saltar y tararear, aun sin saber toda la letra de las canciones durante el concierto. La fusión de los colores, historias visuales, vestuario salvaje, bailes rituales y letras cargadas de crítica social, tienen como resultado una puesta en escena indescriptible, como lo señaló un espectador español, que no pudo dar su nombre debido al shock, resultado del espectáculo:
“En España jamás se ha visto un show como este. Aquí los cuerpos tienen una energía más vibrante. Es un espectáculo espléndido, maravilloso”, traduce el éxtasis fulminante luego de una catarsis de magnitud apoteósica como la que generó Systema Solar esa noche.
La apertura e inauguración del Festival Internacional de la Imagen anotó un golazo que hizo sentir a todos muy Bienvenidos a un evento que los recibió con uno de los mejores exponentes de la música colombiana, desde una propuesta que desafía lo inimaginable. He ahí porqué fue Systema Solar el encargado de dar apertura al festival, pues su propuesta engancha, encierra y conjuga el arte, la tecnología, el diseño y la ciencia desde la cultura caribeña de Mi Kolombia, nombre de uno de sus temas. El desafío innovador de su conjugación musical entre lo visual y lo teatral, gracias a sus bailes, representan una anomalía dentro del mundo de la música colombiana, así se escabullen a cualquier encasillamiento a un género musical determinado. Abarcan un sinfín de elementos en vivo propios de la cultura costeña indescifrable, donde los sonidos y los colores del mar, tienen sus raíces en el indigenismo, africanismo y la herencia extranjera al país.
Las luces se apagaron y estos caribeños vestidos de cebras, se despidieron deseando: “Larga vida al Festival”, mientras los espectadores no paraban de gritar: «¡Otra! ¡Otra!», nuestros sentidos regresaron a la realidad, la selva en fusión con el Mar Caribe se alejó y supimos todos, colombianos y extranjeros, disfrutar de este gran espectáculo, como Álvaro Castro, un chileno que no conocía al colectivo:
Me pareció ‘la raja’ (bacano), fue genial. Es una propuesta maravillosa que también se ve en Bomba Estéreo y grupos de Ecuador, pero ésta me pareció fabulosa, es muy completa.
Así es como Systema Solar deja impregnado en la memoria su recuerdo, desde el sabor, los colores y sonidos afrocaribeños que hicieron que hasta los abuelos saltaran y todos al unísono cantaran junto a la Zona Estelar Berbenautika. No hubo tristeza porque partieran estas constelaciones, por el contrario, agradecemos como espectadores un ritual músico-visual que nos recordó que lo único en la vida que vale la pena es ser feliz. Gracias por la energía solar y ¡que empiece el Festival!
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