Fanzines, stickers, botones y libros se pueden conseguir en El Publicadero, espacio que se tomó la Feria del Libro durante dos días y visibilizó a más de 26 artistas nacionales e internacionales expositores del DIY (Do It Yourself o hazlo tú mismo). Conozca la historia de la autopublicación.
Fotografías por Esteban Gallego
Desde los años 30 hasta la fecha, existen incontables publicaciones en el mundo donde la palabra censura no existe, donde las ideas rechazadas son publicadas, donde la autopublicación y la movida DIY (do it yourself o hazlo tu mismo) tiene valor. ¿Dónde se puede conseguir? En alguna esquina de la calle, afuera de conciertos de punk o música independiente, en una protesta o en ferias. Lo que es seguro es que los encontrará cada año en El Publicadero, en el marco de la Feria del Libro de Manizales.
La movida de los fanzines y sus autores llamados fanzineros es underground. Aquellos espíritus rebeldes se inspiran en los temas que más les apasiona y son dueños de sus propias ideas, las cuales escriben, editan, dibujan y les dan vida a la hora de difundirlas en distintos formatos a cualquier hora y en cualquier lugar. El nombre de estas publicaciones independientes viene del término en inglés Fan Magazine (revista de fanáticos o aficionados) y como su nombre lo indica, es una revista realizada para y por aficionados.
Ni crea que ellos se lucran, lo que hacen lo hacen por gusto propio y para satisfacer una necesidad, no por remuneración económica. El dinero recaudado generalmente se utiliza para cubrir los costos de producción y para poder sacar el siguiente número.
¿Dónde nació esta vaina?
Hace ya más de 80 años, el ilustrador y artista Boris Greiff decidió publicar el primer fanzine llamado Ficciorama, donde participaron fanáticos de la ciencia ficción que eran rechazados en revistas comerciales. Luego fue la música rock and roll que movió lo corazones de los adolescentes, quienes se tomaban el trabajo y la libertad de divulgar fanzines con sus gustos musicales. Pero lo que llevó el fanzine a la cima, fue el punk setentero en Inglaterra, donde los chicos de crestas, taches y parches repartían sus publicaciones en las entradas a los conciertos.
A Colombia este fenómeno llegó 10 años después, se sostuvo y actualmente innova. En los años difíciles de guerra en el país, donde el punk se desahogaba en los ochenta y noventa contando historias de violencia, narcotráfico, corrupción e injusticias, muchos de sus seguidores tampoco se callaron la jeta y comenzaron a plasmar en hojas y cuadernos sus sentimientos e inconformismo a través de ilustraciones, poemas y palabras. Luego sacaban fotocopias a sus creaciones transgresoras y las repartían en las calles, en puntos de encuentro o en los garajes donde tocaban sus bandas favoritas. Era esta música la que inspiraba a toda una generación.
En aquella época esta práctica era más espontánea, pues se tenía el afán de comunicar sus pensamientos censurados por la prensa o medios tradicionales. Aunque el fanzine ha cambiado a través de los años, sigue conservando una intención política y social, pero menos explícita.
Y como buenos manizaleños, nos enorgullece tener a dos grandes ilustradores, artistas e impulsores de la movida del fanzine en la ciudad. Creadores de Dr. Fausto Fanzine, por un lado Reptil, quien también ha publicado varios números de su propio fanzine Fuego, y además dicta talleres semanalmente en el centro cultural Banco de la República sobre cómo hacer una auto publicación. Por otro lado Ed. Muñoz, quien también ha sacado su propio fanzine Cortauñas y ha creado el espacio El Publicadero dentro del marco de la Feria del Libro de Manizales.
“El Publicadero lleva tres años. Se creó para visibilizar a los nuevos artistas, pues lo editorial no es solo lo que sale de las grandes editoriales o librerías, es algo pulsante dentro de la gente que dibuja, escribe, hace gráfica de forma independiente y edita libros y revistas, entonces vimos la necesidad que dentro de la Feria del Libro existiera esa oferta editorial diferente”, explica Muñoz.
Ed. ha logrado convocar diferentes artistas de Latinoamérica y Colombia para que expongan su trabajo artesanal e innovador, pues ha sido la magia del fanzine lo que lo ha llevado a continuar con El Publicadero. “Lo que me enamoró del fanzine fue esa libertad absoluta de formato y contenido, de estilo y narración, donde tu único límite son tus propias ideas, son esas ganas de sacarlas y que la gente las lea y las aprecie de alguna forma, conocer gente con funciones similares y reunirse a compartir. Este año llegaron 26 expositores diferentes. El espacio tuvo una duración solo de dos días, pues son proyectos que vienen de otras ciudades y bajo sus propios recursos, extenderlo salía costoso”.
Entre los expositores de El Publicadero estuvieron:
Colectivo Colmillo, Bogotá: “Somos un taller de ilustración – diseño e impresión en serigrafía y risografía. Trabajamos la Ilustración aplicada en distintos formatos y sustratos como libros, cómics, fanzines, ilustración para pósters, hacemos casetes y camisetas. La idea es que no esté la ilustración sola, sino que tenga un texto que lo acompañe y lo explique. La magia del fanzine es hacerlo tú mismo y no esperar a que otros lo hagan. Este es el primer libro que sacamos, hay 60 ilustradores de distintos países y el tema central es Los Simpsons”.
Martin Lietti de Morón, Buenos Aires, Argentina: “Mi colectivo es Estudio Mafia, llevamos 5 años. La magia del fanzine es que uno participa en todo el proceso, desde la idea hasta imprimirlo y llevarlo a la gente. Somos muy artesanales y trabajamos con la técnica de impresión risografía”.
Liliana Arango, alias Capitán Dinamita, Manizales: “Mi propuesta artística ha girado en torno al género y feminidad por experiencias personales. Mi especialidad son las ilustraciones en acuarela y en ecolines, técnicas aguadas. Mis temas son sobre parafilias, fetichismo, erotismo y la liberación de la mujer en general”.
Jennifer Rubio, Manizales: “A mí me gustan las casas, siempre he vivido en lugares en arriendo y nunca he estado a un lugar fijo. Con esa idea hice un fanzine de lo que es una casa y cómo llevarla a todo lado. La magia del fanzine permite una autoedición, todo depende de ti, eres tu editor e impresor, independiente y autogestionado”.
Yised Hernandez, La Casa de Lucía, Manizales: “Trabajo la ilustración sobre cerámica, textil, dibujos en pañoletas y libros. Me gustan los temas misteriosos, hacer hibridaciones (niña abeja, niño pajaro), juego surreal. La magia del fanzine es pensarlo, hacerlo y tomarte el tiempo de hacer cada agendita, cada objeto. Esta es una familia de papas, cada una tiene su personalidad”.
Pablo Romero, Revista Lumpen, Medellín: “Esta revista es una iniciativa literaria que reúne colaboradores de Medellín, artistas y escritores que apenas están emergiendo. Tiene literatura marginal, pero también ensayos, cuentos, entrevistas, microrrelatos y poesía de escritores de la capa baja de lo literario que han sido rechazados en editoriales”.
Es así como El Publicadero llegó a su 3ª edición y logró destacar aquellos artistas que cansados de escuchar un NO en varias editoriales, se juntaron para exponer sus iniciativas y proyectos en formatos diferentes y breves en forma de cómic, fanzine, ilustración, libro y stickers.