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«El arte no puede existir sin la tecnología»: Ernest Edmonds

Mr. Edmonds es el ‘Chair of the Board’ de ISEA, el Simposio Internacional de Arte Electrónico más importante del mundo. Hablamos con él durante el Festival Internacional de la Imagen.

Fotografías por Lania Lex

El Festival Internacional de la Imagen es, sin lugar a dudas, uno de los eventos culturales más relevantes de toda la región. Una gran logística y organización donde más de 350 exponentes de todo el mundo demuestran los últimos avances en creación artística y digital.

Aún así, este año la vara del Festival se sitúo mucho más arriba al convertirse en el anfitrión de ISEA, el Simposio Internacional de Arte Electrónico más importante del mundo, siendo así Manizales la única ciudad iberoamericana en recibir tal monstruo en sus tierras.

Por esta razón sentimos la necesidad urgente de hablar con una de las brillantes mentes detrás de este evento. Ernest Edmonds, artista, pionero en el campo del «computer art» y Chair of the Board (miembro directivo) de ISEA para esta versión y las próximas ediciones en Sudáfrica, Cánada y Corea del Sur, fue el encargado de iluminarnos en este interesante tema del arte tecnológico:

¿Qué prefieres, el arte o la ciencia?

Arte, es muy simple. Porque el arte es más inquisitivo, acoge la pregunta. La ciencia es más resolutiva.

Mucho de tu trabajo artístico involucra la tecnología… ¿Qué llegó primero a tu vida?

El arte llegó primero. A los 16 años estaba muy inmerso en el arte, pero también encontraba mucha facilidad en las matemáticas. Sin embargo, encontré que mis amigos que habían ido a la universidad de arte, -esto fue hace muchos años-, no habían aprendido mucho más que cómo limpiar pinceles. Entonces decidí que era más fácil ir a la universidad a aprender matemáticas.

No es muy común ser bueno en ambas áreas, las personas tienden a escoger entre artes o matemáticas…

Yo encontré que la filosofía y la lógica eran muy importantes en mí. Y creo, sin ser muy orgulloso, que soy muy respetado en ambas comunidades. Quisiera decirle a las personas que no tienes que elegir hacer solo una, puedes hacer más de una. Puedes alcanzar ser profesional en ambas.

¿Cuál es el pasado, el presente y el futuro del arte tecnológico?

Seamos claros en algo primero: no puede existir el arte sin la tecnología. Por ejemplo, el lápiz, es una pieza de la tecnología. Igualmente, lo importante que pasa recientemente es que los artistas están escribiendo códigos de computadores como parte de su arte. El código en sí es una nueva técnica. Es algo muy común en estos días, aunque algunos llevamos haciéndolo un buen tiempo.

Aunque se podría hablar de un tipo de ‘artistas de Photoshop’, yo distingo entre estos y los verdaderos artistas que escriben códigos, porque este está realmente usando el concepto de la tecnología y los computadores, y lo explora para su valor estético.

Quizá te pueda dar un ejemplo de algo interesante para ver en el futuro… hay algo en la música llamado «Live coding», donde quiénes lo ejecutan cambian el código, el programa, mientras la música está siendo tocada, también generada de este código, y muestran todo en la pantalla al mismo tiempo. Ahora, y siendo sincero, estos chicos no lo han logrado muy bien del todo, pero es un ejemplo de la dirección que está tomando el código en el futuro.

Pero entonces dónde queda la emoción, el sentimiento del arte detrás de todos estos códigos…

En mi caso, baso gran parte de mi trabajo en manipular el color, y dependiendo de cuál parte del color yo use, mi trabajo desarrolla distintas respuestas emocionales.  En cierto sentido, de esto es de lo que se trata, pero es una manera de hacerlo. Por ejemplo, pasados artistas como Paul Cézanne o Kazimir Malevich, si hubieran tenido un computador en sus tiempos, estarían haciendo cosas parecidas a las que yo hago ahora. Lo que quería hacer Cézanne era crear sensaciones, y emociones.

¿En qué estás trabajando ahora?

Mi último trabajo está basado en interactuar con el color a través de muchas locaciones ubicadas por el mundo. Una parte de él está en Belfast, Irlanda, y la otra parte está en Sidney, Australia. En cada lugar, las personas pueden interactuar con esto, pero también, las piezas puedan interactuar una con otra en tiempo en real. Siempre lo quise desde los 70’s, pero en ese entonces no teníamos la tecnología, ahora es un gran logro para mí tener este trabajo, donde amarra lugares juntos entre sí, se podría decir, desde un punto arquitectónico, como una percepción del espacio, porque relaciona esta ciudad, con otra.

Qué opinas del logo de este año, Bio-creación y paz…

Yo creo que es hermoso, estoy muy complacido y orgulloso de que en ISEA lo tengamos. Recuerdo que fui al primer simposio de ISEA en 1988, en Holanda. ISEA tiene una larga tradición, en esos días tenía un gran significado para mí porque llevaba un buen tiempo trabajando con computadores en el arte, pero no mucha gente lo hacía o hablaba de esto. Estaba la revista Leonardo, que cumplió 50 años, pero conocer personalmente gente en este área era asombroso. Lo interesante es que hoy hay un par de conferencia en este área, pero todavía ISEA es el más importante.

¿Qué piensas de la edición de este año?

Yo creo que ha sido emocionante. Somos lo suficientemente viejos, -30 años-, para poder reinventarnos y pensar de nuevo en los próximos 30 años. Como Chair of the board, esa es mi misión para estos años venideros, repensar, no cambiar, pero sí clarificar cosas, y pensar en los próximos 30 años.

Existen instalaciones y exposiciones que terminan por resultar confusas para muchos de nosotros que no estamos acostumbrados a este tipo de arte. ¿Cómo acercar este conocimiento a la gente del común?

El punto principal es aprender a cómo ver y escuchar. No entender, ni interpretar, sino a prestar atención. Apreciar el arte se trata de prestar atención a los detalles, de mirarlos detenidamente. Y muchas veces, las personas encuentran esto muy difícil. Creo que mi recomendación es no venir con la expectativa de entender o interpretar, no es saber qué significa, es poder permitir recibir las sensaciones, la energía del arte. Citando al compositor americano Phillip Glass, él dice,»la gente constantemente me pregunta qué significa mi música, y yo les digo, no me hagan esa pregunta, pregúnteme, ¿es significativo?».

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