Texto por: Sofía Gómez Piedrahíta
A Mariana le costaba mucho encontrar una verdadera opción vegetariana en Manizales, fue entonces cuando le propuso a Mateo, su novio, preparar y vender ellos mismos una hamburguesa pero con la proteína de lentejas. Y fue así como empezó Muérdago.
Con un recipiente lleno de hamburguesas vegetarianas empezaron a repartir por Manizales sus ganas de salir adelante y lograron llegar a las playas de la ciudad amurallada a punta de sus ventas.
Valerosos, se metieron a cuanto festival y feria pudieron, llevaron sus productos vegetarianos a la Feria de Emprendimiento Universitario 2018, el Festival ACAB 2018 y tuvieron la oportunidad de estar en el Festival de Arte Corporal 2019 en donde descubrieron que el parche de tatuadores era tan vegetariano como ellos. Pasaron de vender 28 hamburguesas a la semana a producir 28 al día.
«La pasamos increíble, mientras uno cuidaba el chuzo el otro se iba y se rayaba la piel»
Juntos empezaron a vender sus productos cada 15 días. Mateo, diseñador visual, realizaba el arte promocional, lo publicaba en redes sociales los lunes, recolectaban los encargos durante la semana y luego entregaban sus hamburguesas vegetarianas en el Cable acompañados de un par de cervezas. La recepción de los clientes fue tan favorable que integraron la proteína de congelada de lentejas y garbanzos. Muérdago se impregnó en la cocina vegetal y el menú creció tanto como sus creadores.
Gracias a sus ganas de viajar y de ofrecer opciones vegetarianas en la ciudad de manizales, Mariana creó este emprendimiento junto a Mateo. Y aunque, debido a su profesión de abogada, Muérdago pasó a un segundo plano por un tiempo, hoy continúa con su sueño vegetariano.
Dar el gran salto de independencia laboral los llenó de optimismo, su hogar se convirtió en el espacio de trabajo y su casa llena de afiches de películas, libros y objetos amados se volvió el laboratorio de su esfuerzo conjunto.
Sin embargo, la llegada del Covid-19 al país en 2020 frenó su producción. «El mundo y mi trabajo se frenó, pero no mis responsabilidades», declara Mariana. Deben seguir pagando facturas y arriendo, pues estos no paran de correr.
Junto a Mateo han potenciado la microempresa, le metieron diseño, activaron sus redes sociales y extendieron su vertiente vegetariana y vegana al agregar más productos: tortas individuales de proteína congelada de lentejas y garbanzos, berenjenas al escabeche, antipasto, pimentón ahumado, emparedados de verduras, lasaña de setas con plátano y wok de teriyaki o curry. La cocina se ha vuelto el taller de creación y ellos en unos artistas impregnados en su marca. Ahora cuentan con un nuevo integrante, Hernán Camilo Hurtado el joven domiciliario que llega a todos los rincones manizaleños con el fin de hacer llegar su esfuerzo en conjunto.
Muérdago es un negocio local que está arrancando su trayectoria y no tiene un colchón económico como las grandes marcas ya establecidas en el mercado. El filósofo Ralph Emerson dijo que una biblioteca es un gabinete mágico en el que hay muchos espíritus hechizados que despiertan cuando abrimos los libros. Tal vez Muérdago sea la novela de Mariana y Mateo que espera en un estandarte a que algunos optimistas, como ellos, los despierten al apoyarlos con su empresa. ¿Qué papel literario quieren formar en esta historia? Ser quienes arrinconan este relato en la repisa dormida o aquellos que se atreven a conocerla y convertirse en partícipes de quienes serán la economía del mañana.
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