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FIT2017-ACV-cambuyon-12

En ‘Cambuyón’ el protagonista es el ritmo

Siete artistas, dos directores, un ‘leitmotiv’: el ritmo. La obra que inauguró el XXXIX Festival Internacional de Teatro de Manizales es un viaje musical por los ritmos que han marcado la cultura mundial.

Fotografías por Andrés C. Valencia

Cambuyón es la más reciente creación de la Compañía Enlace SC de Tenerife, España. Esta precisa combinación de música y artes escénicas es un recorrido por la evolución musical en la que confluyen el clogging (percusión corporal), el tap, el hip hop, y cantos con sabor cubano.

Su nombre se debe a que en las últimas décadas del siglo XIX y hasta finales de los años setenta, los puertos canarios eran demasiado pequeños para los grandes buques ingleses que llegaban con mercancías, así que anclaban en altamar y los locales iban hasta allí atraídos por unos grandes carteles que decían “Come Buy On” (Ven a comprar). Es allí, además, donde deciden iniciar la historia de la obra, un barco en el que más que mercancía se intercambia cultura.

Para realizar Cambuyón se requirió de más de año y medio de investigación, según su co-director y performer Jep Meléndez, en co dirección con Carlos Belda. En este proceso se comenzó por indagar acerca de la expresión corporal, el clogging y los tipos de danza. Todas las personas que trabajan en la obra se habían topado con Meléndez en algún momento para crear, por lo que este comenta: “Yo vengo del tap y Carlos del teatro, entonces nos juntamos hace años y ahora nos encontramos para hacer algo de percusión pero que también tenga historia y no sea únicamente número-black out-número-black out”.

Raúl Cabrera Hernández, uno de los siete artistas de Cambuyón, brilla por su voz con ritmo cubano. Este performer cuenta que el viaje que emprende el barco de la obra se sumerge en los ritmos de África, Irlanda, Norteamérica, Cuba y termina en una plaza que puede ubicarse en cualquier parte del mundo. Para él, el mayor reto de mezclar la música con las artes escénicas fue aprender de expresión y lenguaje corporal, pues Raúl sólo había trabajado con la música hasta el momento de montaje del espectáculo. Ahora debía expresar con su cuerpo y no con su voz.

“Cada uno puso su especialidad: la percusión, el baile del hip hop y del freestyle, y en mi caso mi canto cubano. Todo eso se fue confluyendo en una sola idea”, relata Raúl. Para los directores este fue uno de los mayores retos, pues condensaron en Cambuyón diversas ideas, bailes, estilos y ritmos dando forma a una historia que se contó en el lenguaje de la música. Esta obra fue una creación colectiva de participación amplia entre los directores, artistas, personas de vestuario e iluminación.

Y es que el ritmo, leitmotiv que atraviesa las manos, piernas y voces de Néstor Busquets, Raúl Cabrera, Jep Meléndez, Berta y Clara Pons, Jonathan Rodríguez y Rubén Sánchez, también se manifiesta en otros elementos. Simulando una tormenta, los sonidos vocales de los artistas se suman a unas latas de aluminio que cualquiera pensaría al principio se vieron accidentalmente, pero resultan volviéndose otros instrumentos más como su cuerpo. También suenan las luces, caídas como rayos que dan permiso de silbar a los cuerpos, y la escenografía entera como un tambor enorme. Todo suena.

Respecto al vestuario, Rebeca Rocha, vestuarista de la compañía bogotana Mukashi Mukashi, resaltó: “Me gustó mucho cómo manejaron la puesta en escena con la paleta de color del vestuario e igualmente la escenografía, pues ambos eran muy simples, pero nos dejaban muy claro que la historia transcurría en un barco”. La paleta de color oro predomina en el vestuario, la escenografía y la iluminación de actores y espacio.

Para Jep Meléndez es una suerte tener a Carlos Belda como co-director, pues “hicimos la creación juntos, después salté al escenario y dejé todo en sus manos”. Este catalán describe que lo que más le gusta de ser director es aportar su visión al estar fuera, dar una idea y marcar el camino a seguir. Sin embargo, cuando dirige y no baila ni actúa siempre echa de menos la parte en la que tiene enfrente el público, los contagia de su actitud y existe una conexión recíproca. Esta vez pudo disfrutar ambas.

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