Si se tuviera que caracterizar una clase, un referente claro podría encontrarse en el tedio del escritorio frente al tablero, las palabras del maestro y la cuenta pausada, casi eterna para que llegue el recreo. La compañía reverso de Uruguay y Chile escenifican Clase, momento en el cual el profesor (Rogelio Gracia) y la alumna(Camila Vives) terminan solos, encerrados en un aula.
El debate inicia con un choque entre posturas políticas, desembocando en demonios y fracasos con los que se carga a diario. Afuera el movimiento estudiantil lleva a cabo una marcha exigiendo sus propios derechos. Adentro el proceso de enseñar y tomar nota se intercala con ciertas interrupciones. No es fácil dejar a un lado las etiquetas.
Pocos son los momentos donde no se aprende, mucho menos los momentos en los que no se enseña. La obra gira en torno a los espacios donde este ciclo se interrumpe. Alrededor de un salón, los roles dispuestos para el espacio toman sentido y su información -en ocasiones poco pertinente- tiene una justificación al ser transmitida.
Las obras presentadas por la compañía Reverso en el Festival Internacional de Teatro de Manizales son Clase y La Sangre de los Árboles. Un núcleo común en estos trabajos es el cuestionamiento permanentemente a los roles sociales pasados por alto. Sin embargo cada producto escénico tiene un elemento particular en su creación, Clase maneja una construcción de personajes alrededor de sus creencias, traslapadas en ideales, esperanzas y frustraciones que ensimisman cada personaje, siendo un verdadero disfrute presenciar desde el público, el diálogo entre percepciones de mundo que dan por sentado las demás.