Texto por: Juan Pardo
Fotografías por: Lex Artis
Echados en el suelo y recostados sobre los árboles con las piernas estiradas, un grupo de pelados bogan guarapo mientras escuchan los sonidos cósmicos de Monster Cyclon. Sobre ellos una hilera de cálidas luces ilumina el Parque de La Gotera, espacio que durante esa tarde sirve de punto de encuentro para quienes asisten al Segundo Picnic Electrónico. Este evento es organizado por Vive Lab Manizales, el Laboratorio de Imagen Móvil, Cluster Lab Eje Cafetero, y LASO Eje Cafetero, grupos que, desde la Universidad de Caldas, buscan rescatar y emprender nuevos espacios y productos culturales a través de múltiples modalidades.
Una luminosa tarima que proyecta atractivos y estrambóticos visuales, cautiva a quienes pasan por el lugar, y por unos potentes parlantes se escuchan los beats astrales de Monster Cyclone, proyecto musical y visual que a través de la experimentación con código y la creación interactiva, hizo viajar a los asistentes por géneros como el synthwave, glitch, ambient, drum and bass, breakbeat.
Mientras llega la noche, el ambiente medio hipster del lugar se interrumpe por momentos gracias a los gritos de angustia y frustración de algunas personas sentadas al frente de un televisor plasma que, hábilmente, fue ubicado a un costado del lugar. Muchos se reúnen alrededor del partido de Colombia, y durante el entre tiempo, van y digieren su comida vegetariana y se soyan al DJ que suena en el momento.
David Chika y DJ H Ramírez completan el cartel del picnic, donde también se proyectan confusas imágenes sobre un video beam, y en el centro del parque se alza una escultura lumínica. Este Picnic Electrónico nació en un Festival de la Imagen, y desde ese entonces ha buscado visualizar nuevas propuestas artísticas y culturales a través de experiencias digitales, lúdicas e interactivas.
Con el pitido final de árbitro, se levanta un tercio del público asistente. Unos se concentran por primera vez en el ambiente y la música que está sonando, y otros se despiden con la desazón del empate.
Sin embargo, en quienes valoramos estos espacios, queda un sabor dulce en el paladar, porque si se siguen realizando periódicamente este tipo de encuentros en lugares como La Gotera, Manizales gozará de parches más diversos y bacanos, y diferentes a caminar, tomar, comer o sentarse en algún sector del Cable.
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