Texto por: Daniel Diaz
Fotos por: Andres C. Valencia – Giovanni Galvez
Contenido patrocinado por Alianza Francesa de Manizales y coproducido con Polifonía Urbana
En uno de aquellos espacios propicios para el intercambio de experiencias, narraciones, prácticas, caprichos, deseos y gustos, nos encontramos el 25 de junio, un sábado lluvioso como algunos otros, en torno a la música y a la fiesta de reconocernos en el/la otrx, en un encuentro mundial e itinerante propuesto hace ya más de 3 décadas por nuestros hermanos franceses, donde lo más importante es visibilizar la diversidad y las amalgamas que se construyen indistintamente de manera reaccionaria o involuntaria o de maneras más conscientes y decididas.
La Plaza Andina, también conocida como Plaza Ernesto Gutiérrez, aglomeró a diversos viandantes que como esporas llevadas por los vientos de la música, caían para nutrir e intercambiar el sembrado cultural días después del solsticio de verano y del Inti Raymi, fechas de celebración pues el sol suele estar más presente. La Alianza Francesa de Manizales y la Fête de la Musique abonaron este gran cultivo sonoro en donde muchas almas impermeabilizadas recibieron la lluvia de sonidos, insumo necesario y útil para el crecimiento espiritual y para el bienestar, muestra de ello es que muchas de estas plantas humanas practican el sonotropismo, una tendencia de estar vinculadxs con la música y el sonido, según algunas declaraciones, para conservar la cordura o para perderla sanamente.
El jardín sonoro estuvo conformado por una variedad botánica significativa con especímenes como Batuke´Ma, Fego Cantactor, Ciudademente, Yaipee, Pitu Mijo, Fuego en el Aire, Las Del Carajo, Rose Artist, Vientos de Cambio y Admissor en el hibernadero más alto y otra variedad aún más diversa en la parte descampada.
Marta Yepes una de las girasones asistentes comentó «Me gusta la cultura, la gente, el clima y Vientos de Cambio en esta Fiesta de la Música» asiente su acompañante, Esteban Muñoz un Diente de León.
La primera en florecer fue Batuke´Ma a eso de las 10:30 de la mañana, una Heliconia Episcopalis Vell más conocida como Platanillo Cetro en forma de batucada y con una intención de pedagogía social por medio de la música, que además lleva ya 6 años de vida, en un proceso donde todas las personas son bien recibidas.
Laura Isabel Hernández uno de sus pétalos comenta «Para mí ha sido revitalizante volver a tener esta experiencia de tocar en vivo, siempre ha sido muy bonito, la energía ha sido espectacular» Mientras Sergio Gutiérrez, uno de sus sépalos expresa que «es un honor abrir en la Fiesta de la Música, darle inicio en este estilo de batucada»
La mañana continúa y el clima abre con paciencia, evidenciando que los procesos toman tiempo, y va floreciendo Fego Cantactor (Juan Felipe Gómez), un ave del paraíso que mezcla artes escénicas y artes musicales «Hoy salieron dos canciones una que se llaman 6402 y otra que se llama Paraco, estas dos canciones reflejan la realidad que han vivido muchos colombianos durante las últimas épocas y tratan de concientizar a través de las letras» comenta esta heliconia mientras aviva y recibe comentarios sobre su proceso, y camina altiva entre las otras flores exhibiendo su doble destreza en las artes escénicas con teatro, malabares, máscaras y los acordes, armonías, ritmos, contrapuntos y creatividad en las artes sonoras.
Al medio día, con una tenue canícula, un grupo de girasones urbanos tirados hacia el Ska Fusión se muestran firmes y con sus rostros dirigidos hacia el hacer su música, se trata de Ciudademente, un proyecto que nace en el 2019 fusionando porro, cumbia, ska, jazz, bolero… con letras evidentemente animalistas, ecologistas y con un marcado discurso que congenia con ideas progresistas y de inclusión.
Uno de los girasones, Sebastián Bustamante, reconoce que «Necesitábamos ver al público, nosotros los músicos, los artistas, necesitamos al público. Son ellos los que nos dan de comer, los que escuchan las canciones, los que se manifiestan a través de nuestras letras» y agradece estos espacios en Plaza Andina que produce la Alianza Francesa.
Así Manuela Amézquita, una Venturosa violeta con blanco, productora de la Fête explica «Hicimos una acogida que fuera realmente de esta región, trajimos música de la región, proyectos que llevan trayectoria, que están consolidados» y su compañera una Azucena y Directora de la Alianza Francesa en Manizales, Marcela Echeverri, cuenta que «El evento después de dos años de hacerlo virtualmente, quisimos acerca de nuevo a los artistas con el público en un escenario que es de todos» además, evidencia que es un proyecto colaborativo entre muchas manos como las de El Ministerio de Cultura, Efigas, La CHEC, EMAS, Revista Alternativa, Quehacer Cultural, Radio Fanta, La Radio Nacional de Colombia y La Embajada de Francia en Colombia.
Aún cerca al meridiano Yaipee, un Cayena blanca, prende al público con el, ya muy difundido y aclamado reggaetón, una formula exitosa para sonar y gustar, sin desconocer el esfuerzo y trabajo que esto requiere, pues como él mismo lo dice «Son 8 años de carrera que me han permitido recorrer una gran mayoría de los colegios, discotecas y diferentes festivales de la ciudad.» El día continúa y los girasones siguen sin afanes la música que les llama. El próximo centro de atención es un Anturio negro, es el Pitu Mijo, un artista del RAP y Hip Hop, con una larga trayectoria y una maestría en letras ingeniosas y un muy buen ritmo. El Pitu Mijo lleva un estreno consigo, se trata de «Todo o nada un trabajo en conjunto con la agrupación Esquinas Colinas, Suburbial ritmos y producido por la 304 Estudio» un tema muy interesante como a los que nos tiene acostumbradxs este exponente del RAP, Hip Hop en la ciudad.
Entrada la tarde y con el agua residual de la lluvia ya en proceso de evaporación, el reggae se hace presente con un par de palmeras añosas y que siempre llevan un ritmo tranquilo, con letras sociales y las infaltables conexiones con la espiritualidad, Las del Carajo con más de una década tras sus hombros y Fuego en el Aire, con un poco menos tiempo en su labor, pero con mucha fuerza, un par de árboles en continuo ascenso y que aún siguen sin encontrar tope.
Después de un buen tiempo de interpretación de música en vivo, se llegó el momento de las danzas a cargo de una florida Rose Artist, que generó otro espacio de asombro y encuentro entre despistadxs, curiosxs y quienes más concentradxs estaban. Entre giros, contorsiones y bastante coordinación y disciplina, da paso a los muy esperados, Vientos de Cambio, un ecosistema de Frailejones y su entorno que suenan a las zampoñas, charangos, bajos, guitarras para interpretar carnavalitos, chacareras, guabinas, Huaylas… un sinfín de géneros sonoros de la región andina que, como dicen, debe seguir «reconociendo también estos sonidos indígenas y rescatando este valor de estas culturas». Un grupo que lleva dos años tocando juntos y que se le auguran varios años más de trabajo.
Para cerrar, y como ya nos tiene acostumbradxs la Fête en Manizales, entra a la escena nocturna una fuerte Cereus (Admissor Dj), una flor blanca y amarilla que suele florecer únicamente en las noches, es una suculenta que se encarga de sonorizar la oscuridad entre música y luces artificiales y propias, un digno cierre para el inicio de otra época del año, mientras se espera el próximo 21 de junio, para continuar bailando y cantando en este sonorama de plantas humanas, que en su sonotropismo representan toda la identidad y parte de la idiosincrasia de adictxs a la música y a esta fiesta anual y viajante.
Escucha el capitulo especial de Polifonía Urbana La Fête de la Musique llegó a su décimo segunda versión en Manizales, volvió al escenario público, en el corazón de la ciudad, la Plaza Andina, un parque donde convergió la diversidad de géneros musicales con los públicos ávidos de vivir una verdadera Fiesta de la Música. Programa realizado en coproducción junto a la Revista Alternativa. Esta entrega contó con el Apoyo de la Alianza Francesa de Manizales .
A continuación revive los mejores momentos de la Fête de la musique 2022 en Manizales.