Ay Tango Un grito de arrabal en el centro de la urbe manizaleña (1)

¡Ay Tango! Un grito de arrabal en el centro de la urbe manizaleña

Texto por: Rafael Santander Arias

Fotos por: Felipe Pinzón A / Promotora de Eventos y Turismo

Hay algo en el tango que inspira al silencio, bien lo dijo Enrique Santos Discépolo, «El tango es un pensamiento que se baila». Para el pensamiento, el sentir profundo y la contemplación estética ¿qué mejor que el silencio?. Ese silencio de la mesa y de la barra, de la pasión contenida, la corriente subacuática de nuestro sentir a punto de desbordarse, acompañado por un bandoneón capaz de consolar a quienes se rinden ante su llanto aletargado o el de las parejas que bailan en medio de su acompasada pasión es lo que tiende a asociarse con el tango. Así que resulta inevitable preguntarnos ¿cuándo se grita el tango?

En Manizales, por lo menos, se gritó entre el 26 y 29 de junio. «Manizales grita: ¡Ay Tango!» fue el nombre del evento que reunió a la comunidad tanguera de la ciudad, una comunidad que lleva años preservando y transformando esta tradición al punto de reconocerse como patrimonio cultural inmaterial la Milonga Manizaleña, la cual muy merecidamente pudo celebrar esta segunda entrega del festival.

Claro que el tango también se grita, se grita en medio de la fiesta popular que se toma las calles de la ciudad, que quiere reapropiarse del espacio público, sobre todo en el centro histórico, para reconocer y dignificar esta práctica de orígenes tan marginales y tan lejanos. Así como en Buenos Aires y Montevideo, en Manizales el tango forma parte de nuestro patrimonio, y hay una comunidad que ama la música y el baile, aquello que está detrás de esta cultura. La cifra de 8.250 asistentes demuestra su cohesión y fuerza.

Entre los nombres particulares del abanico de eventos culturales públicos celebrados en la ciudad destaca este de «Manizales Grita». «¡Ay Tango!» fue el primero de la serie de seis eventos que se realizarán a lo largo de este semestre con «Grita Rock», como es tradición, pero también «Grita Salsa», «Grita Plancha», «Grita Góspel» y «Grita Reguetón».

El origen de esta música y esta danza, en los arrabales.  Estos, lugares marginales y diferentes al típico suburbio de personas en su búsqueda de ascenso en la escala social y vida citadina. El arrabal es el lugar donde llegaron los campesinos que quedaron sin trabajo una vez la ganadería extensiva redujo la cantidad de trabajadores en las grandes haciendas de Argentina y Uruguay, allí también llegaron algunos delincuentes comunes, con quienes se asocia más la palabra. Arrabaleros son aquellos que no tienen interés en hacer parte de esta dinámica urbana. En el suburbio se vive, pero este no se vive. El arrabal, en cambio, es una forma de vivir también.

Ramiro Cárdenas, participante de la III Copa de Baile de Tango y Arrabal, —evento que duró del 27 al 29 de junio, inscrito dentro del festival— expresó su alegría de hacer parte de la competencia «Es primer vez que me apunto a este gran programa. Los dos años anteriores vine a verlo, me gustó y este año me quise meter porque es un arrabal, el arrabal bueno, el arrabal que uno siempre debe de bailar y que lleva uno en el cuerpo y en el alma». Con estas palabras expresa ese espíritu que se pudo vivir en medio de la celebración.

El evento fue inaugurado oficialmente por un desfile el día 27 que partió desde el Parque Caldas y recorrió la carrera 23 hasta la Calle del Tango. Participaron en total 7 academias de danza diferentes y un grupo de más de 70 bailarines y músicos. Además de la Copa de Baile, hubo clases gratuitas y abiertas para toda la comunidad y espectáculos musicales en diversos lugares de la ciudad, teniendo prioridad los salones de baile Las Trompetas, ⁠Los Faroles, ⁠Reminiscencias Tango Show, ⁠Mr. Tango, ⁠Tiempo de Tango y ⁠Naborí.

Para Nicolás Montoya, vocero y gestor de la Calle del Tango este evento «Significa hoy una memoria y una evocación permanente, elementos de identidad y orgullo común que han sido incorporados por parte de la población como un bienestar. La práctica o la enseñanza de estos ritmos permite que la calle del tango se consolide como un epicentro de entretenimiento e integración».

Quedó claro para la ciudad que Manizales sí es una ciudad tanguera y que si se desconoce esto es por la propia cultura del arrabal, tan alejada de las dinámicas urbanas modernas y de un deseo de protagonizar o figurar. El arrabal en Manizales se vive, se baila y se grita.

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