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Congal guerreros sin armas: Mi vereda NO es campo de batalla.

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¿Quién correría más rápido en una carrera: La esperanza o el desapego? El documental ‘Congal guerreros sin armas’ narra el proceso de retorno de familias campesinas a su vereda, un territorio abandonado tras convertirse en un campo de batalla entre guerrilla y paramilitares.


[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Texto por Diana Castro

Fotrografías cortesía equipo Congal Guerreros sin Armas.

Para las familias de la vereda El Congal, colonizar su pueblo en ruinas es un acto para re-existir. Tras quince años de soledad, el caserío abandonado recibió las primeras pisadas de quienes fueron sus pobladores. Hay pocas marcas visibles de las balas en las paredes o de las casas quemadas por grupos paramilitares, todo se lo llevó el monte, mejor dicho, quedó oculto tras la maleza y los guadales que lloran.

“La naturaleza volvió a hacer de las suyas y el Congal quedó como cualquier montaña que tú ves… Escarpada, llena de árboles… entonces a ellos (las 270 personas que decidieron retornar) les tocó empezar desde cero, desyerbar, arreglar el terreno, construir. Ellos comenzaron solos y luego se les sumó la Fundación APOYAR y el Programa para el Desarrollo de Paz del Magdalena Centro (PDPMC)”. Cuenta Esteban, periodista integrante del equipo realizador del documental ‘Congal Guerreros sin Armas’.

[/vc_column_text][vc_empty_space height=»16px»][vc_empty_space height=»16px»][vc_single_image image=»14501″ img_size=»full»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_empty_space height=»16px»][vc_column_text]Para 2015, cuando Esteban Hoyos Jaramillo, María José Uribe Jaramillo y Ricardo Giraldo Aristizabal se bajaron de la chiva con cámara y micrófonos al hombro; el caserío ya tenía caminos organizados, una carretera para comunicarse con Florencia (la cabecera del corregimiento) y una escuelita. Lo que veían estos tres comunicadores de la Universidad de Manizales eran los frutos de dos años de batallas legales y trabajo comunitario de un proyecto que -según funcionarios públicos de Caldas- sería un modelo de retorno y restitución de tierras a nivel nacional.

El resultado de la investigación es una pieza audiovisual que documenta el regreso a casa. De las 54 familias desplazadas en 2002 han vuelto 17. Niños como Duberney Marín Betancourt, que acataron la orden de desalojo antes del incendio, hoy son adultos con deseos de conformar familia y tener proyectos agrícolas. Algunos adultos mayores como Daniel Betancourt y Ana Félix Herrera también retornaron para pasar sus últimos años en la finca y dejar terreno abonado por si los hijos se animan a sembrar.[/vc_column_text][vc_empty_space height=»16px»][vc_gallery interval=»3″ images=»14473,14481,14468″ img_size=»full»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_empty_space height=»16px»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_empty_space height=»16px»][vc_column_text]

Esteban Jaramillo: “Lo que a nosotros nos sorprendió bastante es la resiliencia, ellos decidieron dejar atrás lo que habían vuelto a construir cuando se fueron. Es una población campesina y como toda población campesina tiene un relación bastante fuerte con la tierra, ese sentimiento que te describo, ese amor a su tierra es como el amor que uno siente por su familia, es por el hecho de ver crecer El Congal y ver crecer a sus hijos allá que decidieron volver”.

El Congal era un centro de acopio para el café, cacao, maíz y fríjol que se producían en las veredas cercanas y se vendían en Florencia y el corregimiento de Berlín. También se transportaban el abono y otros suministros hasta algunas fincas de Argelia (Antioquia). 15 años después del desalojo, las rutas comerciales han cambiado y los precios del agro nacional continúan a la baja, es una situación remanente desde hace más de 20 años en Samaná y sus alrededores, razón por la cual la siembra de cultivos ilícitos fue una opción de vida para algunos trabajadores de la tierra.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

Una premier en el campo.

El documental ganó reconocimientos a nivel nacional como el Premio Orlando Sierra en 2017 y el Premio de Periodismo Regional de Semana y el grupo Argos en 2018.Finalizando este año el documental finalmente fue presentado en El Congal.[/vc_column_text][vc_empty_space height=»16px»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_empty_space height=»16px»][vc_single_image image=»14500″ img_size=»full»][vc_empty_space height=»16px»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

“Nos encerramos en la escuelita, que literalmente es un salón y allí estaban apeñuscados los campesinos y los niños. Se podían ver los sentimientos encontrados de las personas, las caras de emoción pero también de nostalgia. Incluso cuando se acabó todo un señor nos dijo  ‘ustedes venían, grababan, preguntaban y yo no entendía por qué lo hacían pero ahora entiendo’, nos agradeció”.Comenta Esteban Jaramillo.

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“La comunidad está dispuesta a decir lo que pasó, ellos saben que entre más se cuenten las cosas menos fácil va a ser olvidar, añade Ricardo Giraldo.

[/vc_column_text][vc_empty_space height=»16px»][vc_single_image image=»13990″ img_size=»full» onclick=»custom_link» link=»http://umanizales.edu.co/»][vc_empty_space height=»16px»][vc_column_text]El trabajo  contó con el apoyo intelectual de Leonardo Cárdenas González, en ese momento docente de la Universidad de Manizales. Dentro de la reflexión académica de los realizadores y el docente, se llegó a la conclusión de ausencia de material que divulgue la memoria del conflicto en Caldas. Además de las noticias o los trabajos teóricos, la memoria histórica de la región no tiene material pedagógico o canales de difusión para escuchar historias locales, de líderes comunitarios y de casos de resiliencia.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

Volver a las semillas o renacer.

Durante la realización del documental había un ambiente de esperanza, pese a que la titulación de tierras y el peritaje de la vereda avanzaran a paso lento, el trabajo de la comunidad parecían estar cerca al efecto bola de nieve. Se había fijado como plazo máximo el 5 de octubre de 2018 para iniciar la delimitación del centro poblado. De igual modo, el proceso de restitución inició con buen aliento tras el fallo beneficioso del Juez Fander Leín Muñoz Cruz en 2016, los cultivos sembrados años atrás dieron sus primeras ganancias.

La historia violenta de El Congal puede ser una historia sin nombre, puesto que es un cuadro recurrente en la ruralidad del país. No obstante, la cohesión social y el retorno progresivo destacan al terruño y a sus habitantes, así mismo, las generalidades del proceso de restitución de tierras también presentan fallas en el plano legal, hasta ahora no se ha logrado una titulación completa para las 17 familias ganadoras del fallo de restitución, así mismo, la fecha para la delimitación del centro poblado fue incumplida.[/vc_column_text][vc_empty_space height=»16px»][vc_gallery interval=»3″ images=»14472,14474,14476″ img_size=»full»][vc_empty_space height=»16px»][vc_column_text]Otra generalidad que inclina la balanza del otro lado del Congal es la militarización del campo a cargo de grupos paramilitares. Situación que se asomaba lentamente al término del documental. Ricardo Giraldo confiesa que de haberse presentado antes, de seguro sería un tema mencionado en el producto audiovisual, sin embargo, Jhon López, líder comunitario, logró hacer varias denuncias durante las premiaciones en las que ‘Congal héroes sin armas’ resultó como ganador.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]El Congal es una historia que continúa, el documental anterior retrató un momento de esperanza, ahora Ricardo desea continuar relatando la historia local, esta vez con apoyo de Telecafé para lograr una investigación a profundidad sobre los problemas de orden público y el penoso historial de ausencia estatal.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_single_image image=»14471″ img_size=»full»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_empty_space height=»16px»][vc_column_text]La comunidad organizada continúa trabajando a diario en tres ejes para su buen vivir: el acompañamiento a las víctimas, el trabajo digno de la tierra y el empoderamiento de quienes habitan la vereda. Líderes como Jhon, Ana Feliz y Daniel, que ya son figuras visibles para personas dentro y fuera de El Congal, continuarán en su labor hasta donde sea posible.  

Vea el documental completo aquí:[/vc_column_text][vc_empty_space height=»16px»][vc_video link=»https://www.youtube.com/watch?v=rLbVdeD61Tg&t=1s» align=»center»][vc_empty_space height=»16px»][/vc_column][/vc_row]

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