Texto por: Diana B. Franco
Fotografías por: Andrés C. Valencia
En los sueños podemos ser libres, no existen barreras para nuestras capacidades y nos expresamos sin las ataduras que impone la sociedad; de esta manera el arte se transforma en el puente entre el mundo onírico y la realidad.
Es así, que como seres netamente sociales, buscamos la forma de comunicarnos por cualquier medio, y es de esta forma el arte se presenta en todas sus manifestaciones, dando lugar a grandes encuentros como el Festival de los Sueños: Arte y Diversidad.
Durante una semana los asistentes presenciaron obras de teatro, espectáculos de danza y expresiones musicales a cargo de personas en condición de discapacidad, lo que dio lugar a escenarios culturales y de integración.
Sin embargo, más allá de la escenografía, las luces y demás artilugios que acompañaron cada presentación, uno de los aspectos importantes a destacar del evento, es cómo el arte se convierte en la forma perfecta para que el público y participantes, construyan vínculos sociales y comunitarios.
Este festival es la plataforma idónea para demostrarle a una sociedad indiferente que hay personas, que a pesar de carecer algún sentido, son mucho más competentes y capaces de explotar su potencial artístico.
Por eso y por mil razones más, se le debe brindar importancia a este tipo de programación, ya que el arte tiene ese poder de romper estigmas, estereotipos, y da cabida a quienes dentro de la comunidad son considerados muchas veces como ‘diferentes’.
El amor y la pasión por actuar, cantar y bailar, se convierte en motor de impulso para continuar creciendo como personas y artistas, de esta forma los participantes del Festival de los Sueños no ven obstáculos ni límites, lo que demuestra que las personas realmente discapacitadas, son aquellas que teniendo todas las habilidades para realizar sus sueños no lo hacen.
DEL SEMILLERO AL ESCENARIO
Andrea Marín Arcila, Coordinadora del Festival de los Sueños y docente de la Corporación Alberto Arango Restrepo- CEDER, mencionó: “En mi ejercicio diario como profesora veía que las personas con discapacidad asimilaban los conocimientos en el campo del arte, y que uno podía potenciar todas las capacidades que ellos tenían en un hecho escénico.”
Después de mucho esfuerzo y debido a la dedicación de la docente de la Corporación, nace el semillero de Teatro del CEDER, y se comienza a generar un movimiento de arte en la Institución. A partir de este proyecto y como si fuera magia, nace el Festival de los Sueños, “un encuentro donde las personas en situación de discapacidad dieran a conocer sus obras.”
Andrea agregó que durante sus jornadas de laborales, la clave para lograr un trabajo de calidad es aprender a comunicarse de una forma eficaz con las personas en situación de discapacidad, y ver qué potencial se encuentra en cada uno de ellos.
También destacó las razones por las cuales este proyecto sale adelante; “Esta semana cultural, se realiza gracias al apoyo y la solidaridad de las personas que nos colaboran. Cabe destacar a todos aquellos aliados, los espacios y la difusión que hacen posible las presentaciones y muestras artísticas”.
La meta final del certamen es crear conciencia sobre los límites que muchas veces se les atribuye a las poblaciones más olvidadas y discriminadas, darles una voz para expresarse.
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