“Hay que matar a Treplev”: traicionar a Chéjov para volverlo eterno

La pieza conserva el núcleo trágico del texto chejoviano: un joven dramaturgo —Konstantín Treplev— que busca el reconocimiento de su madre, la famosa actriz Irina Arkadina, mientras lucha con el peso de la herencia artística, el amor no correspondido y la imposibilidad de crear algo verdaderamente nuevo. Pero en manos de Mesa, todo se despoja de solemnidad. El resultado es una adaptación feroz y lúcida que dialoga con el desencanto contemporáneo: una puesta en escena que no reverencia al clásico, sino que lo enfrenta, lo desmenuza y lo pone a sangrar otra vez.