“¿Cómo podemos ser hermanas si somos de distinta especie?”, esta es la pregunta que se hacen Leonor y Manuela, dos mujeres australes que, durante los 65 minutos de la obra chilena-argentina-uruguaya llamada La sangre de los árboles, trata de dar respuesta a esta interrogante a través de una puesta en escena sin tiempo ni espacio, donde la música y la luz son los actores secundarios.
Presentada en el Auditorio de la Universidad Nacional, La sangre de los árboles expone la historia de Leonor y Manuela, interpretadas por Juana Viale (Argentina) y Victoria Césperes (Uruguay) respectivamente, dos mujeres que buscan reconstruir la relación de hermanas que se ha ido disolviendo entre ellas a través de los años, las ocupaciones, la distancia… y los hombres.
Dirigida y escrita por el dramaturgo chileno Luis Barrales, la obra está impregnada de feminidad, siendo completamente intencional la presencia mayoritaria de mujeres dentro de la producción de la obra: Sus dos actrices; la compositora de la música original Ángela Acuña; su intérprete en vivo con violenchelo Jacqueline Oroc; escenografía, vestuario y diseño de Luces, Rocío Troc, entre otros. Sin embargo, la presencia de Barrales termina por equilibrar la obra hacia ámbitos más generales sin perder la fuerte predominancia de temas e intereses femeninos.
Así mismo, el uso de una narrativa no lineal destaca a través de la puesta en escena, dando saltos temporales y ejemplificando una evolución –para bien o para mal- por parte de ambas protagonistas, las cuales reaccionan y se cuestionan de manera distinta de acuerdo al lugar y a los años que van transcurriendo.
De igual forma cabe destacar la gran importancia de los recursos luminotécnicos, sobre los cuales recae la responsabilidad de llevar al espectador de la mano entre efectos y transiciones epilépticas para comprender los saltos y los retrasos en el tiempo. Igualmente, las piezas musicales en clave de violonchelo acompañan y describen de forma teatral los sentimientos y acciones que no pueden ser expresadas.
Una búsqueda interminable por las raíces de la familia, la razón de ser de sus padres para poder comprenderse a sí mismas, el significado de la sangre como unión o separación, la confusión sexual a causa de la misma soledad, de todo esto habla La Sangre de los Árboles.