El arte más la tecnología se convierten en los catalizadores para conocer los cambios ambientales y sociales que nos rodean, estas fueron algunas de las temáticas del Festival Internacional de la Imagen que nos dijo adiós y nos deja varios puntos de reflexión acerca de la simbiosis que existe entre el arte, la tecnología y la sociedad.
Texto por: Diana B. Franco
Ilustración: Jhon James Marin
La combinación de los puntos descritos anteriormente nos enseña cómo las prácticas tecnológicas promueven cambios en concepciones sociales como el acceso libre a la información. Olga Mink, investigadora holandesa y directora de Baltan Laboratories, durante su conferencia denominada «The Commons» (Los Comunes), nos enseñó acerca de qué son todos aquellos recursos naturales o hechos por el hombre accesibles y no privados a todos los miembros de una sociedad.
Parece irascible que elementos necesarios para la vida y el buen desarrollo como el agua, la tierra e inclusive el aire, se vean privatizados. Un caso presentado durante la exposición fue la famosa “Guerra del Agua”, un acontecimiento que sucedió en Bolivia en la ciudad de Cochabamba, donde le exigían a la población pagar impuestos y adquirir una licencia especial para recoger agua de lluvia.
De igual forma, otra parte que destacó Mink durante la ponencia fue The Digital Commons, una nueva clase The Commons que surgió gracias a los cambios tecnológicos. Ésta se define como “toda información y conocimiento que son creados y compartidos entre las comunidades, son recursos libres virtuales y están disponibles para terceras personas gracias a las redes de información, ejemplo de ello es Wikipedia”. Sin embargo, al igual que con los recursos naturales, The Digital Commons, ya están a la mira de las grandes empresas que buscan lucrarse por medio de la privatización de la información, “the data is the new oil” (la información es el nuevo petróleo) mencionó alguna vez el Secretario de las Naciones Unidas: Ban Ki Moon. Lamentablemente muchos saben que la forma de obtener poder es controlando la información o privatizándola.
Pero a medida que crecen las formas de comunicarnos e intercambiar saberes, va creciendo también los medios para dejarnos en la completa ignorancia. Privar a la gente al acceso del conocimiento como medio de control para hacer la voluntad no sólo de grandes corporaciones sino también de entes gubernamentales. The Digital Commons se convierten en las herramientas para conocer y aprender a manejar los cambios sociales, políticos y económicos que son constantes, a saber cuáles son nuestros derechos y cómo enfrentar una injusticia, uno de los puntos tocados por Olga Mink fue:
“Crear conocimiento con el ideal de solventar crisis”
Tanto es así, el afán de recolectar y saber datos, que los ítems científicos para acumular información han trascendido la barrera de lo físico para hackear el cuerpo y ofrecer nuevas herramientas al ser humano para expresarse, condensar las sensaciones de un beso y verlos reflejados en ondas cerebrales gracias a neurosensores. Todo esto se pudo ver durante la ponencia.
¿Hasta qué punto deberíamos poner límites a que la tecnología ocupe parte de nuestra vida? Cada publicación y fotografía de los lugares que visitamos, hasta las relaciones que terminaron, son subidas a la red. Las emociones son sintetizadas en unos cuantos clics para el entretenimiento del público, pero el verdadero conocimiento es ordenado de tal forma para alienar a las masas y confundir. Una gran ironía.