La curiosidad y reiteración de lo siniestro que delimita la cinta, junto con su presencia repetitiva en la ciudad de Medellín, Colombia, la convierte en un objeto
común que reúne este mundo nuestro y que es su símbolo: el de la cotidianidad de la muerte violenta.
El sensacionalismo o amarillismo resulta imposible en una ciudad delineada permanentemente por esta cinta. Lo que ella intenta alejar de nuestros ojos es lo que las imágenes de este trabajo denuncian, difunden y retratan sin filtro. Simplemente dirigen la mirada a una realidad que traspasa esa banda y nos concierne a todos.
Gentrificación, micro tráfico, asesinato: la violencia tiene muchas caras, pero una sola forma; es cíclica, como los intentos por contenerla. Este trabajo documenta la historia de una violencia que siempre termina como empieza, con una muerte prematura, una mancha de sangre y una familia rota.
Martes 9 de abril
Inauguración Expo
Presentación del Foto Libro Conversatorio con Santiago Mesa
7:00 p.m.

