Desde hace cuatro años la Corporación el Faro, por medio del Festival Narrativas Urbanas, utiliza los muros de la ciudad para recordarle al mundo que en Manizales se convive a diario con víctimas que desean perdonar. Conozca los murales.
Fotografías por Andrés C. Valencia
Desde el 2 de octubre, fecha que comenzó el Festival Narrativas Urbanas, llueve con ganas. Sin embargo los 13 artistas invitados continuaron en los andamios con trajes impermeables esparciendo color y haciendo arte, porque tienen un compromiso y ese compromiso es con las familias de las víctimas y con la memoria, en un país sin memoria.
Lo escribió García Márquez: “El que no tiene memoria se hace una de papel”, y en este caso la Corporación el Faro, por medio del Festival Narrativas Urbanas, desde hace cuatro años está utilizando los muros de la ciudad para hacer memoria, para recordarle al mundo que en Manizales, como en otros lugares del país, se convive a diario con víctimas que desean perdonar, y fantásticamente el festival por medio del arte, crea obras que simbolizan el perdón y la reconciliación.
Trece artistas urbanos representan en sus obras a 120.498 víctimas del conflicto armado en Caldas, a los 83 líderes sociales asesinados en lo que va del 2017 y a las incontables mujeres abusadas sexualmente en el país. Siete artistas nacionales y seis internacionales son los encargados de pintar a Manizales y llevar el mensaje a Pereira, Armenia y Cali en el marco del Tour Policromías, un evento que surgió del Festival Narrativas Urbanas de Manizales
No es sólo pintar un muro; es ver los vídeos que realiza la Corporación el Faro con las víctimas, representar la historia de vida de las víctimas y sus familias, compartir un desayuno para que el artista le explique a la víctima su boceto, donde se añade, pero también donde se quita contenido, y después de mucho, los artistas salen a la calle a realizar el arte que aprendieron por años.
Este año la temática fue la muerte de líderes sociales, el abuso sexual y el arte como medio de reconciliación. Detrás de todo esto está Diana Lorena Gómez Giraldo, la directora de festival que desde una habitación repleta de aerosoles en la Casa Alternativa, ubicada en el Barrio la Argentina, coordina todo. La historia de ella es la historia del Festival.
Cuándo Diana Lorena Gómez se hizo bachiller, trabajó con la Alcaldía de Manizales en el barrio Solferino; descubrió que todas las personas tienen algo para contar, sean víctimas o victimarios. Después trabajó con una agencia de cooperación, investigó el acceso a la justicia de jóvenes vinculados a la violencia, realizó entrevistas y cartografías pero se descubrió haciendo una investigación de las mismas que se hacen en abundancia en todo el país. Crítica de la responsabilidad social de las investigaciones diseñó una herramienta, Narrativas de la Conflictividad, un acercamiento a los relatos de los jóvenes para la construcción de un mural.
«La prueba piloto de la herramienta se realizó con un joven al cual le asesinaron toda la familia, producto del sufrimiento quiso ser parte del paramilitarismo para vengar la muerte. El joven comenzó a hacer música, descubrió que la venganza no era la forma. Él dijo qué pintar, se hicieron militares, pero las armas fueron instrumentos. El mural era la historia de la víctima, pero también la historia de Florencia en Samaná (Caldas), donde sucedió todo», narra Diana Lorena.
En el 2005 Diana Lorena creó la Corporación El Faro dónde materializó Narrativas Urbanas con la ayuda del Programa Nacional de Concertación Cultural. «Yo soy la de las causas perdidas, mi pasión es poner curas porque el sistema no lo hace», comenta mientras se pone de pie para comenzar a repartir los galones de pinturas por la ciudad.
Los invitados en la cuarta versión
El grafiti es uno de los cuatro elementos del hip hop, es una modalidad de pintura libre destacada en un principio por su ilegalidad, y que generalmente se realiza en espacios urbanos. En Manizales las artes urbanas se encubaron en las casas de la cultura de barrios populares y con el tiempo se fueron consolidando varias escuelas.
«Las cosas cambiaron en Manizales, antes lo veían a uno rayando una pared y le echaban la policía, faltan más recursos y más apoyo a los procesos pero ya hay ventajas» cuenta Sepc, grafittero local que experimenta en una técnica novedosa, pintar en negativo, y para el festival retrató un joven que representa los falsos positivos del país.
Con dos osos y un gorila, Otis -también manizaleño,- creó un mural que sirve de homenaje a las victimas de la tragedia de 2011 en Cervantes. «Escuché de una victima un lema que me gustó bastante, unión, fuerza y trabajo, y como a mi me gusta pintar animales lo representé así -señala- porque eso demuestra que somos diferentes, pero debemos trabajar unidos para salir adelante y construir de nuevo, en este caso el barrio».
En la antigua fabrica de Única, el chileno Esec, pintó a una mujer con un libro de educación sexual en la mano, y en la parte superior del muro un ojo que observa detrás de un cerrojo: «Quise representar la cantidad de abusos que se dan por seguir considerando la sexualidad un tema tabú, por no sentarnos a hablar con nuestros niños, a enseñarles y a escucharlos», afirma el artista.
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