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Amadeus-08

Fundación Amadeus: Maestros del amor y la música

A las afuera de Cali, más de 100 personas con discapacidades cognitivas aprenden a diario a desarrollar todo su potencial creativo y personal gracias a la música.

Fotos por: Silvana Gallego

Hace unos meses el nombre de un colombiano relucía en los medios internacionales ostentando el galardón del héroe del año para CNN. Jeison Aristizábal era el personaje reconocido por su trabajo como fundador de la Asociación de Discapacitados del Valle, todo a pesar de sufrir una insuficiencia motora de origen cerebral.

En un país como Colombia, donde según cifras del Ministerio de Salud y Protección Social, viven un aproximado de 1’121.274 personas registradas con una discapacidad (como Jeison), muchos se las arreglan día a día para derribar estereotipos y conceptos que los encasillan de incapaces. Otro de estos ejemplos sucede a solo unos cuantos kilómetros de la organización de Jeison en Aguablanca, Cali, donde a través de la música decenas de estas personas logran lo impensable.

Mientras llena hondo sus pulmones y resopla por una boquilla negra, un joven recorre con sus  dedos índice y anular los papelitos que están pegados sobre las teclas de su melódica azul. En esta ocasión, como se acostumbra a veces, no está escrito el nombre de las notas musicales. Esta vez sobre los cuadros de cinta de enmascarar se ven dibujadas casas, peces, flores y demás figuritas.

Con estos dibujos y demás ayudas lúdicas y creativas más de 105 niños, jóvenes y adultos descubren y aprenden diariamente la magia de la música en la Fundación Amadeus, una organización sin ánimo de lucro que se dedica a atender personas con discapacidad cognitiva como síndrome de down, autismo, asperger, discapacidad eve, moderada, entre otros, todo a partir de la música, la danza y la pedagogía de forma interdisciplinaria.

Situada a las afueras de Cali, esta fundación se vislumbra como un gran espacio campestre, adueñado por chicos y chicas de tres a sesenta años que corren libremente por sus salones y senderos dentro de un mundo libre de ataduras y prejuicios, donde pueden no solo jugar, sino desarrollarse y proyectar a ser ellos mismos.

Todo comenzó hace más de 15 años. Mientras atravesaba la ciudad una mujer de rostro amable llamada Amparo Arango, vio a un par de niños con Síndrome de Down pidiendo limosna. Esto la conmovió a tal grado que decidió cuidarlos en su apartamento. Meses después estaba registrando la Fundación Amadeus.

Merecedora al premio Mujer CAFAM por el Valle del Cauca en el 2008, así como el reconocimiento como mujer vallecaucana por la Secretaría de Equidad de género en el 2011, entre muchos más, Amparo Arango ha logrado hacer de su vocación desinteresada un ejemplo visible a nivel internacional, y mejor aún, ha logrado demostrar a través de su trabajo que todas estas personas quieren y pueden realizarse como seres humanos completos y felices.

“Ellos son los maestros del amor. Vinieron al mundo a dejar unos mensajes: La tranquilidad, la serenidad, la sonrisa, el amor, el compartir y el dar”.

Cuenta Amparo con orgullo, quien a través de la experiencia logró desarrollar su propio modo de enseñanza llamada Método AMAR.

El Método busca que a través del entendimiento y la interpretación de piezas musicales estas personas logren encontrar su potencial original. “El método vuelve a dar esperanzas a la familia”, asegura Amparo, quien ha viajado por países como como México y Puerto Rico enseñando este procedimiento, el cual se encuentra avalado con varias investigaciones científicas impulsadas por la Fundación Valle de Lili.

Pero, ¿cómo lograr enseñar teoría musical a estas personas? Amparo lo logró al representar las notas musicales con dibujos, formas, tamaños y colores familiares para todos. Por ejemplo, cuenta Amparo, para la nota Do se utiliza el dibujo de una Puerta; para el Re un pez; para Mi una flor; Para Fa un niño, y así sucesivamente. Añade: 

“La música está inmersa en el ser humano. El ritmo se encuentra innato en la parte corporal. La melodía es el sentimiento. La armónica está en la parte cognitiva”.

¿El resultado? Un grupo musical de 18 muchachos que se la pasan de presentación en presentación interpretando música andina, colombiana, instrumental, tropical y hasta novenas. En este último género musical tienen mucha experiencia, hasta el punto de lograr el Tercer Puesto en el Concurso de Villancicos Ambientales organizado por la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, con la canción ‘Amor, ambiente y pasión’, compuesta por los mismos integrantes de la Fundación.

AMOR, AMBIENTE Y PASIÓN from Juliana López on Vimeo.

Para conocer más sobre la Fundación Amadeus, puede ingresar a la página web: www.fundacionamadeus.org

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