La suerte que acompaña a las hermanas Marín

[vc_row][vc_column][vc_empty_space height=»10px»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/4″][vc_column_text]Por: Lania Lex

Marcela Marín es una diseñadora visual que se desempeña como vestuarista y su hermana Andrea es licenciada en Artes Escénicas, quien lleva 8 años dedicada a la enseñanza con población vulnerable. Son las mentes maestras de obras como Los venenos y Los topos de su compañía de teatro Pata de Conejo. En 2015 consolidaron este proyecto, año desde el cual se han caracterizado por el amor a los animales y las ganas de tener suerte en el mundo del arte. “Pata de conejo es una construcción de toda la vida, no nos habíamos dado cuenta sino hasta el 2015 que lo que estábamos buscando estaba al lado nuestro” afirmó Andrea.

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La Casa de las Garzas es el segundo hogar de las 2 hermanas que han trabajo desde el teatro por la cultura de la ciudad.

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A las dos las motiva el hecho de hacer lo que aman, arte, y eso lo tuvieron claro desde niñas. “Siento que con lo que hago transformo a otros y me transformo a mí cada día”, complementó Andrea.

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Para Marcela el arte es “una expresión, una manera de comunicarse”. Ella se comunica a través de sus prendas.

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Para Andrea el arte es “una manifestación transformadora que conlleva mucha pasión, vocación y paciencia”. Los niños son su motor de creación y transformación.

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Sus gustos musicales son una especie de amalgama, un sentir diario de descubrir algo nuevo desde la música clásica, el punk, metal y el rock de los ochentas.

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En el epitafio de cada una diría algo como lo siguiente:

Andrea: “El tiempo es el mejor autor, siempre tiene un final perfecto”, frase de Chaplin.

Marcela: “Nadie me quita lo bailao”.

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