La segunda fecha de las ediciones del festival Grita, es una ceremonia amenizada por los sonidos extremos. El domingo en Expoferias se disfrutó de lo mejor del metal, que invitó a la audiencia a vivir la música a través del headbanging y el mosh pit.
Texto por: Julián Duque Rojas – Polifonía Urbana
Fotos por: Juan David Rivera, Giovanni Galvez y Andres C. Valencia
El segundo día del Grita 2022 arrancó con la fuerza característica del metal. La banda manizaleña Dúplex presentó en escena, toda la fuerza característica de un estilo que recuerda los sonidos de agrupaciones como Ultrágeno. En escena no escatimaron energía, pues según Checho (baterista) y Ross (guitarrista y vocalista), su filosofía consiste en brindarse con todo para conectar con sus espectadores.
La celebración la continuó la banda bogotana Ironclad, un proyecto formado en el 2007, cuyo sonido se define como una mezcla entre el death metal clásico y el speed metal, un estilo que a los oyentes de a pie, puede recordarles lo vertiginoso de la música extrema de los años 80.
Moth una de las bandas que hace parte del sello Hateworks, fue la siguiente en acudir al llamado de la música. La banda hizo parte también de la primera edición de la Sesiones Grita, un evento que se constituyó en plataforma para mostrar su propuesta nacional e internacionalmente.
En escena, GOC (Gnosis, Oscuridad y Caos) de Envigado Antioquia, fue la encargada de darle continuidad a la jornada. A través de su propuesta artística involucra la sonoridad del black metal con un concepto que busca develar la realidad más allá de los miedos y la conformidad. Su puesta en escena incluye máscaras de telas y harapos, una metáfora sobre las propias situaciones que queremos ocultar.
Continuando la línea del death metal, The Scum de Manizales, puso a todos los asistentes a mover la cabeza. Como es tradición en este tipo de géneros, apela a las temáticas de horror para sacudir espíritus, al tiempo que sus sonidos evocan en el cuerpo una descarga de adrenalina, que no pudo ser detenida ni por la ruptura de una cuerda de guitarra.
Ocultus fue la última de las bandas nacionales en hacer presencia sobre la tarima del Festival Grita. La agrupación caleña trajo nuevamente a nuestra ciudad su propuesta, cargada de la oscuridad característica del black metal, pero que incluye un sello personal que la ha convertido en emblema del género en nuestro país.
La banda local Cuntcrusher, trajo nuevamente su poder a escena, al igual que Dúplex y Moth, participó en Sesiones Grita, específicamente en las del 2021. En escena, destacan la potencia del trash, las temáticas del death y el virtuosismo del progressive. Su show utilizó toda la artillería, que prepararía al público para los primeros healiners de la noche.
Continuando por la línea los riffs rápidos y contundentes, los estadounidenses de Warbringer trajeron la fiesta del trash al escenario, una presentación cargada de intensidad que puso a todos los presentes a sacudir las cabezas y a levantar los puños.
I Am Morbid, un supergrupo derivado de Morbid Angel, fueron los encargados de cerrar la velada. Su proyecto lleva a la tarima el legado de una de las bandas que han contribuido al desarrollo del death metal, canciones que también son himnos para las personas que aman y disfrutan del género.
En esta segunda fecha del Grita, quedó en evidencia que este tipo de festivales van más allá de la música. Se trata de escenarios en donde se fortalece la cultura, se tejen relaciones, amistades y comunidad.