[vc_row][vc_column][vc_column_text]
Columna de opinión por Andrés Rodelo
Empecemos por reconocerlo: hay un sentimiento en contra de lo intelectual entre muchos amantes de la cultura popular. Fanáticos que van a una convención de cómics y de videojuegos en busca de la bandana de Naruto, el peluche de Totoro, el afiche del Joker, la camiseta del Capitán América, y por otros intereses como participar en karaokes y en concursos de cosplay, pero nada más.
¿Que si tengo un problema con los fans que asisten disfrazados de Deadpool? Para nada. Yo no tendría el menor reparo en elaborar el inverosímil cabello de Gokú con cartulina negra y lanzar Kame Hame Has como un niño de 10 años.
Pero, ¿las convenciones solo deberían ser eso? Buenísimo divertirse, aprovechar la oportunidad para hacerse con algunos artículos de tus franquicias favoritas, pero, ¿qué tal aprender de tus gustos gracias a conferencias, charlas, debates y foros?
Estas últimas actividades despiertan entusiasmo para algunos, pero hacen que también el fan irracional del que hablo salga espantado. Una tendencia que produjo que los eventos de este tipo reconozcan esta indiferencia hacia el aprendizaje, de allí que no incluyan actividades por el estilo en sus programaciones y mejor le apuesten con fuerza a lo que tiene mayor acogida: los locales con la bandana de Naruto, el peluche de Totoro, el afiche del Joker, etc., para desgracia de quienes sí quieren aprender.
Y claro, comprendo hasta cierto punto que coloquen cara de asco al escuchar la palabra ‘evento académico’. Lo digo por estas divas del conocimiento convencidas de que hablar con un lenguaje rebuscado, aburrido y confuso es sinónimo de ser el mismísimo Stan Lee, personas que contribuyen a empeorar la situación. Así que la culpa es de parte y parte.
Sin embargo, este fenómeno ha hecho que perdamos de vista que un evento académico también puede ser divertido, apasionante, esclarecedor, revelador y comprensible tanto para el fan entendido hasta del más mínimo detalle sobre un tema como para el que se acerca a este mismo tema por vez primera.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/2″][vc_empty_space height=»16px»][vc_single_image image=»12765″ img_size=»full»][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]
En fin, toda esta carretera para llegar a lo siguiente: los próximos 22 y 23 de septiembre se realizará la Geek-Con, en Expoferias de Manizales.
Por supuesto, no faltarán la bandana de Naruto, el cosplay de Deadpool, el afiche del Joker, la camiseta del Capitán América, pero lo interesante es que destinó un grueso de su programación a una gran actividad llamada Zona Académica, que ya anunció debate entre fans de Marvel y DC, conferencia sobre la trilogía de Batman de Christopher Nolan, entre otros encuentros.
Una apuesta por el aprendizaje que me asombra, porque es la excepción y no la regla en esta clase de eventos, como ya lo dije. Bienvenida entonces esta Geek-Con, que desde ya genera expectativas. Colombia y Manizales necesitan más espacios en los que podamos hablar de la ideología ultraderechista de Batman y menos en los que la única opción sea cantar a pulmón herido el opening de Digimon.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]