En la pintura no hay secretos, es algo que requiere tiempo, práctica e ir afinando el ojo para crear imágenes dramáticas y emotivas que reencarnen la naturaleza humana.
Texto por: César Giraldo
Fotos por: Ana Fajardo
A Miguel Escobar Uribe siempre le gustó la pintura y fue hasta que llegó a Buenos Aires (Argentina), en el 2009, a realizar estudios, en diseño gráfico y luego en publicidad, que comenzó a pintar por su cuenta.
“Nunca me gradué de la universidad y estando en Argentina, quise estudiar en Italia en una academia clásica”, recuerda el Pintor manizaleño. En el 2014 Miguel Escobar envió cinco fotografías de sus cuadros y una reseña del trabajo que había realizado hasta entonces. Fue aceptado en la academia y realizó sus estudios en Florencia (Italia) durante cuatro meses.
“No quería ser un pintor de academia, entonces yo quería empaparme un poquito de la academia y del dibujo, y estar en Florencia y luego mandé unos cuadros a Odd Nerdrum”, explicó Miguel Escobar. El pintor noruego, luego de recibir tres fotografías del trabajo del pintor manizaleño, reconoció el talento de Escobar y lo invitó a que fuera su aprendiz durante seis meses.
“Me fui a vivir a la casa de Nerdrum en Noruega, cerca a un pueblo que se llama Stavern”, recuerda Miguel Escobar que allí vivía con la familia del pintor y era él quien preparaba las telas, los bastidores y los colores. De igual forma, el joven pintor ayudaba en las tareas del hogar del artista noruego como llevar y recoger las hijas al colegio, lavar, limpiar fueron parte de su experiencia.
“Aprendí mucho sobre la luz, las texturas y como soltar un poquito la mano de la academia, porque la academia no es una pintura suelta como uno ve en Rembrandt o Velázquez”, comentó el Pintor.
Durante seis meses Miguel Escobar aprendió del trabajo de su maestro y la forma en la que el pintor noruego crea su obra. “Si uno ve una pintura de Nerdrum de lejos se ve muy bien, pero de cerquita empieza a ver todas las texturas, él raspa con lija, con espátula, de todo”, comentó el Pintor caldense.
Aprender a pintar como lo hizo Miguel Ángel o Leonardo y otros grandes artistas del renacimiento, junto a un maestro y permaneciendo largas jornadas en el taller, fue el camino que Miguel Escobar eligió en su formación como pintor. “Hoy en día es mucho lo de la universidad, yo creo más en, como estar directamente con una persona como Nerdrum u otro pintor que uno admire y sea bueno”.
A su regreso a Colombia fue aprendiz del pintor caldense, David Manzur, quien Escobar contactó a través del pintor manizaleño, Jenaro Mejía, en una visita que él realizó a la casa del arquitecto, Simón Vélez, en La Candelaria (Bogotá). “Lo llamé y le dije que era de Manizales y que había estado en Florencia, (…) entonces me dijo que si tomábamos un café o que si iba al estudio, obviamente le dije que al estudio”, comentó.
Miguel Escobar viajó a Barichara (Santander) para encontrarse con David Manzur, quien tiene su estudio allí, para mostrar su trabajo. “Fui al estudio y le mostré mis cuadros, le gustaron y empezamos a trabajar juntos”. Ambos artistas trabajaron durante mucho tiempo, en donde el joven pintor aprendió sobre la importancia del dibujo y los grises.
“Él da mucha importancia al dibujo, y más que él dibuja los grises, que el gran color parte de los grises, eso se lo aprendí mucho”, comentó Miguel Escobar. Ambos pintores permanecen en contacto, en donde hablan y comparten el trabajo que se encuentran realizando.
Coincidencialmente cuando David Manzur tenía 25 años pintó un retrato de la bisabuela de Miguel Escobar. La pintura permaneció bajo el cuidado de la abuela de Miguel hasta que falleció, luego el cuadro fue entregado al joven pintor, el cual cuelga en su cuarto “el esposo de mi bisabuela quería regalar un retrato y le encargó a Manzur”.
Una mezcla de pintura figurativa y abstracta
Las escenas que pinta Escobar oscilan entre lo real y lo irreal. Tarántulas gigantes que intenta devorar dos ovejas, pinturas sobre guerra e imágenes que retratan la vida humana a través de la vida animal, son elementos característicos del artista en su obra.
“Nunca tomo escenas que están en la realidad que uno puede ver, sino que son cosas que no se reconocen de la realidad, pero están mezcladas de una forma que no existen, como una realidad alterna, como un sueño”, explicó Escobar. Los formatos de los lienzos con los que trabaja el Pintor son entre 1.60 cm o dos metros, esto con el propósito de pintar a tamaño natural.
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“Los perros, las ovejas, los animales, sean como el tamaño que son en la realidad. Para que sean como una ventana a lo que quiero mostrar”. Realizar un cuadro puede durar entre uno o dos meses, teniendo en cuenta que durante el proceso cambia su forma. “Cambia demasiado, cuando empiezo un cuadro, era una cosa y termina siendo otra”, dijo el Pintor.
La ausencia del hombre
En los cuadros de Miguel Escobar se reemplaza la vida humana por la animal. Escenas que reencarnan un escenario apocalíptico, en donde perros, ovejas, gatos y tarántulas habitan espacios que antes fueron ocupados por el hombre. “Como una tina, unos sofás rotos o una mesa con comida, es como un retrato de la sociedad. Como los animales pasan a ser los humanos”, comentó.
Otro de los elementos característicos de la obra de Escobar, es la presencia del galgo, canino que tiene notable presencia en la historia del arte. “Uno siempre ve los cazadores de Velázquez, el rey es con la escopeta y el perro al lado”, manifestó el Pintor.
Cada cuadro se inicia por el elemento que nunca se ha pintado. Esto se realiza con el fin de ir probando la nueva forma a dibujar. “Si nunca he pintado unas tarántulas, empiezo por esa parte para ver cómo la voy a manejar”, dijo Escobar. La pintura es de disciplina, es por ello que Miguel pinta diariamente entre 9 o 10 horas.
Luego de formarse en el exterior con pintores de la talla de Odd Nerdrum, el pintor manizaleño regresó con una perspectiva diferente sobre la pintura colombiana. “En los otros países ha revivido mucho la pintura figurativa, después de lo abstracto e hiperreal, me parece que hay muy pocos pintores figurativos”, comentó.
Exposiciones
En el 2014 Miguel hizo parte de una exposición colectiva en Bogotá, luego en Manizales y después en Italia. Fue en el Museo de Arte Contemporáneo de Sicilia (Macs) en donde dejó cinco de sus cuadros en una colección permanente, entre ellos cuatro escenas de guerra y otro que se llama Primero de noviembre, el cual retrata el día después de Halloween con su desorden y basura.
La primera exposición de Escobar fue en el Museo de Arte de Caldas, ubicado en el Teatro los Fundadores. “Me fue súper bien, y a la gente le gustó mucho, tuve buenas críticas”, dijo el Pintor. Durante el 2019 el objetivo de Miguel es hacer obra, con miras a realizar una exposición a final del año. “Soy un maniático al trabajo y en esto no se puede parar, y siempre estoy en lo siguiente, y así se va yendo”, dijo.
Información adicional
Principales referentes pictóricos de Miguel Escobar:
Jamie Wyeth
Adrew wyeth
Gustave Doré
Tiepolo
Velázquez
Bosco
Rembrandt
Durero