tradición, semilleros y una apuesta por la circulación del folclore colombiano
Escrito Por: Sebastián Flórez Agudelo
Fotografías Por: Andrés Camilo Valencia Chica
Con la dirección y composición Fabio Alberto Ramírez, en un acto de lanzamiento cargado de música, discursos y la presencia de autoridades, comunidades artísticas y niños de los semilleros culturales, se inauguró la edición del Festival Nacional de Música Andina presentando una pieza titulada Follages, que rinde homenaje al compositor manizaleño. El encuentro arrancó con una clara apuesta por la difusión y el relevo generacional de la música andina colombiana.
Según explicó Jaime Eduardo Salazar González, presidente de la Asociación Artística ARSIS, el festival nació hace seis años como homenaje a Fabio Alberto Ramírez —músico manizaleño que transitó desde el rock y el blues hacia la composición de música andina— y con la intención de fortalecer en Manizales un escenario que reconozca y potencie a intérpretes locales y nacionales. La iniciativa buscó, además, crear una plataforma para un semillero de músicos y bailarines que la región ya viene proveyendo a festivales nacionales.
Jaime Eduardo detalló que, de un proceso de más de 100 inscripciones en las distintas modalidades, un comité técnico seleccionó a los participantes que competirán en dos rondas virtuales; de esas rondas saldrán los 10 finalistas que se presentarán en la gran final presencial.
- Rondas virtuales: programadas para los próximos sábados 20 y 27 de octubre
- Final presencial: 2 de noviembre, Teatro Fundadores, Manizales.
- Inscripciones: 95 participantes inscritos entre solistas y agrupaciones (duetos, tríos, cuartetos, quintetos y obra inédita).
- Alcance territorial: representantes de 34 municipios y 12 departamentos.
- Acceso del público: la entrada es gratuita. El aforo anunciado para la sede es de aproximadamente 1.200 personas y el evento se transmitirá por las redes de la Secretaría de Cultura para garantizar acceso remoto.
El maestro Fabio Alberto Ramírez habló brevemente sobre su proceso creativo: trabaja «con una guitarra en la mano, una hoja y un lápiz» y deja que la música y la letra fluyan, en ocasiones en minutos y otras veces en semanas, según la complejidad de la obra. Su trayectoria, que abarca desde rock, blues y ahora música andina, sirvió de ejemplo para reivindicar que un músico puede transitar entre géneros sin contradicción artística.
La historia de Fabio —y el hecho de que sus obras inéditas hayan sido reconocidas en otros escenarios del país— fue precisamente la razón para dar su nombre al festival y usar su figura como eje para la promoción de la composición y la interpretación del repertorio andino.
El gobernador Henry Gutiérrez Ángel estuvo presente y pronunció palabras de respaldo al festival, enfatizando la importancia de preservar la tradición musical ante los retos de la globalización y el peso de otros géneros. En su intervención subrayó el compromiso de la Gobernación con la cultura como motor de desarrollo y cohesión social; mencionó cifras sobre programas culturales en Caldas —incluyendo un amplio número de niños vinculados a agrupaciones sinfónicas estudiantiles y un aumento presupuestal destinado a cultura— como marco de la política pública que busca fortalecer procesos artísticos en la región.
El gobernador además destacó el rol de las instituciones y aliados (la Secretaría de Cultura, la Alcaldía de Manizales, la Industria Licorera de Caldas, la Universidad de Manizales, Fundación Batuta y varias empresas privadas) para posibilitar el evento y sus actividades satélite.
Una de las notas más destacadas de la apertura fue la participación de grupos de niños y niñas de los semilleros artísticos. Los organizadores señalaron que el festival no solo es una competencia musical: es una política de fomento a la formación (vocal, instrumental y dancística) que integra presentaciones en lanzamientos, tomas culturales en centros comerciales y eventos abiertos al público. La presencia de la agrupación de danza de la Secretaría de Cultura, la Rondalla Caldas y la referencia a figuras como Juan Esteban Ocampo, que por cierto, cabe mencionar que hizo un acto de lo más espectacular lleno de folclor y gracia, ilustraron esa vocación pedagógica y comunitaria.
Los organizadores también resaltaron que el certamen incorpora criterios de inclusión: en la convocatoria hay clasificados y propuestas de intérpretes con discapacidad visual, programación afro y proyectos pensados para visibilizar la participación femenina en las músicas tradicionales.
Durante la rueda de prensa se enumeraron aliados y patrocinadores que facilitan la operación del festival y las tomas culturales: Industria Licorera de Caldas, Universidad de Manizales, Fundación Batuta, empresas como Calzado Rogelio Cardona, empresas locales y la promotora de eventos Infimanizales, entre otros. La organización anunció además que está trabajando en la posibilidad de llevar programación a parques y plazas, y en mediano plazo expandir el festival a municipios del departamento antes de intentar lanzamientos en ciudades capitales.
En la rueda de prensa, el público y la prensa preguntaron por las posibles ampliaciones del festival —por ejemplo, incorporar una modalidad coreográfica formal o sacar presentaciones a espacios abiertos— y por el apoyo municipal para logística y escenarios. Los organizadores respondieron que esas son metas a mediano plazo y que ya existen proyectos para crear modalidades infantiles y encuentros temáticos (mujeres, comunidades afro, etc.), con solicitudes de apoyo al Ministerio de Cultura para consolidar estas propuestas.
La apertura del festival se inscribe en un circuito cultural regional que ha dado a Caldas reconocimiento en certámenes como Mono Núñez, el Festival del Pasillo en Aguadas y otros encuentros nacionales. Para las autoridades y los promotores locales, sostener y ampliar festivales de música andina es una estrategia para fortalecer identidad, dar alternativas culturales a las juventudes y proyectar artísticamente a la región. En ese sentido, el festival Fabio Alberto Ramírez se presenta como un esfuerzo por consolidar espacios para intérpretes emergentes y compositores que trabajan en el repertorio tradicional.
La jornada de lanzamiento dejó en claro la voluntad de los organizadores, las autoridades y los patrocinadores por convertir a Manizales en un epicentro activo de la música andina: una mezcla de competencia, formación y acción cultural comunitaria. Los interesados en seguir las rondas virtuales y asistir a la final presencial deben estar atentos a las redes de la Secretaría de Cultura de Caldas y de la organización ARSIS para reclamar las boletas gratuitas y seguir las transmisiones.