Veeduría en Asuntos de Género de Manizales
Fotos por Diego J. Wilde
¿Qué significa vivir una vida feminista? para quienes hacemos parte del Bloque Feminista de Manizales, que nació hace dos años en medio de las movilizaciones sociales de septiembre de 2020, es una pregunta que nos pasa todos los días por el cuerpo y que hace que, cualquier aspecto de la vida no nos pase inadvertido, sin detenernos.
Dice Sara Ahmed (2017): “Vivir una vida feminista no significa adoptar una serie de ideales o normas de conducta, pero sí quizá, hacernos preguntas éticas sobre cómo vivir mejor en un mundo injusto y desigual, (…) cómo seguir confrontando historias que se han hecho concretas, historias que se han hecho tan sólidas como muros”. Nosotras, mujeres jóvenes y adultas, diversas en múltiples sentidos, y personas que rompen con el molde impuesto que nos ha dividido de forma binaria y con la jaula de la heterosexualidad obligatoria, le apostamos a eso, a vivir vidas feministas en medio de un país que nos silencia o nos mata por luchar por otra realidad que creemos posible.
En medio de este reto permanente, nos encontramos en un contexto nada alentador, en este lugar del país. La creación y consolidación de la Secretaría de las Mujeres y Equidad de Género en Manizales, que reconocemos como un logro del movimiento social de mujeres, feminista y de diversidades y disidencias sexuales, se ha convertido en una disputa permanente y en una serie de decepciones que nos persiguen en cada administración. La Secretaría nació en 2016; en Bogotá esta dependencia nació en el 2012, así que, tener la nuestra cuatro años después es un logro importante en una ciudad conservadora y negacionista como esta.
Desde este espacio se han tenido logros importantes, como la formulación de la Política Pública LGBTI, la creación de la Línea Morada (123 opción 5), la apertura del Consultorio Morado como espacio para brindar apoyo jurídico y psicosocial a mujeres y población LGBTI víctimas de violencias basadas en género, la puesta en funcionamiento del Jardín Nocturno Luz Verde para cuidar a niñas y niños de madres cabeza de hogar que laboran los fines de semana, el Hogar de Acogida para mujeres víctimas de violencia, la apertura de la Casa de las Mujeres Empoderadas, entre otras iniciativas.
Como organizaciones sociales hemos hecho lo posible por generar articulaciones con las instituciones del Estado, especialmente con la Secretaría en mención, aún reconociendo nuestras propias desconfianzas, decepciones y eternas batallas con una institucionalidad que sigue siendo patriarcal, excluyente y que no suele escucharnos. Aunque, con todas las mujeres que han ocupado el cargo de secretaria de las Mujeres hemos tenido distancias, desacuerdos y tensiones propias de la política y de lo político; la relación con Jeniffer Cotacio, quien ocupó este cargo hasta el pasado 19 de agosto, nos ha parecido desconcertante.
Hemos investigado juiciosamente lo realizado por esta dependencia, encontrando fallas importantes que podríamos dividir en tres asuntos:
El primero, su cuestionable gestión de los procesos, que ha llevado a una limitada implementación de las políticas públicas que afectan directamente a las mujeres y personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas, y que ha priorizado la inversión en los emprendimientos, que, si bien son importantes para la autonomía económica, no terminan atacando la raíz de este problema estructural que nos afecta, que son las violencias que tienen su origen en el patriarcado. Incluso, en algunos de los proyectos que resaltábamos líneas arriba, como el Hogar de Acogida, no hubo contratos para su funcionamiento en el primer trimestre, y no se ha implementado tampoco el Sistema Municipal de Cuidados, que es central para las mujeres en condiciones de vulnerabilidad y empobrecimiento.
El segundo, la desarticulación del trabajo de la Secretaría con las organizaciones sociales de Manizales, especialmente con las 15 que hacemos parte del Bloque Feminista en el presente. Hemos realizado distintos intentos para encontrarnos y generar acciones conjuntas con esta dependencia, pero lo que hemos recibido a cambio, ha sido el ser ignoradas, el no apoyar nuestras iniciativas o el no volver a ser citadas por asumir una postura crítica con la administración municipal.
Finalmente, pero no menos importante, varias denuncias por presunto acoso laboral que han realizado algunas funcionarias que han trabajado con Jeniffer Cotacio. Aunque son las entidades competentes las encargadas de resolver jurídicamente estos casos, nuestra responsabilidad es hacernos una pregunta profundamente ética: ¿es deseable y aceptable que una mujer con denuncias por acoso laboral ocupe el cargo que se centra en la protección y defensa de los derechos de las mujeres y diversidades?, nosotras creemos que no y por ello presionamos su renuncia.
Es así como históricamente, pero de forma más contundente en la actual administración, hemos visto que la premisa orientadora de las acciones de la Secretaría de las Mujeres es tomar decisiones sobre nosotras sin nosotras. Esta es la paradoja de la política patriarcal en Manizales: logramos ganarnos a pulso la creación la Secretaría, para que quienes han ocupado ese lugar en el último año y medio terminen invisibilizándonos y negándonos la posibilidad de proponer alternativas para vivir vidas dignas de ser vividas, vidas libres de violencia.
¿Nuestra respuesta?, en la primera semana de agosto creamos la primera Veeduría en Asuntos de Género de Manizales, un hecho histórico en esta ciudad, a partir de la cual seguiremos haciendo control político a las acciones de esta administración y de las venideras, poniendo en el centro todas las acciones que tienen que ver con las mujeres, diversidades y disidencias. Ya que para quienes gobiernan, nosotras estamos en la periferia de sus decisiones, nosotras mismas hemos decidido ponernos como centro, y recordarles que también tenemos agencia política y que hemos logrado juntarnos y articularnos para decirles que ¡nunca más tomarán decisiones sobre nosotras sin nosotras!
El pliego de peticiones que nuestro movimiento ha construido apenas ha logrado el primer punto, la renuncia de Jeniffer Cotacio, pero nuestra lucha continúa alrededor de los siguientes puntos:
1. El nombramiento de una persona con un perfil idóneo y validado por las organizaciones y grupos NARP, LGBTIQ y de Mujeres de Manizales para ocupar el cargo de secretaria de las mujeres y equidad de género; es decir, que tenga formación y experiencia específica en asuntos de género con enfoque étnico.
2. Garantizar canales permanentes de transparencia y acceso a la información de los proyectos y actividades realizados por la Secretaría de las Mujeres y Equidad de Género.
3. Realizar la caracterización de los grupos étnicos de la ciudad.
4. La implementación efectiva de las Políticas Públicas que se encuentran en el Plan de Desarrollo Municipal.
5. Fortalecer y efectivizar los canales existentes para la prevención y acción en casos de acoso laboral en la Alcaldía de Manizales.
6. La creación de una mesa de diálogo que involucre al equipo de la secretaria de las mujeres, a las diferentes organizaciones sociales, la comisión de género del Concejo Municipal de Manizales y los organismos de control, esto con el fin de garantizar los derechos de participación y no discriminación, y donde se discutirán distintos temas de interés de las poblaciones implicadas en el quehacer de esta dependencia.
Nos seguiremos preguntando cómo vivir vidas más feministas, lo cual no tiene una respuesta, un paso a paso o una receta para ser las mejores feministas o las perfectas feministas, porque sabemos que esto no existe y que no es lo que deseamos. Lo que sí tenemos claro es que tumbaremos los viejos muros patriarcales que nos impiden vivir mejor y que le hacen creer al mundo que entre mujeres somos enemigas, cuando estamos más juntas que nunca.