Un frío y pálido Sentimiento Post-Punk Más Allá de la Superficie de Manizales (2)

Un frío y pálido sentimiento Post-Punk: más Allá de la superficie de Manizales

*Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de La Revista AlterNativa.

Opinión de: Andrés Felipe Rivera Motato

Hace poco me topé con un cartel de esos que prometían algo especial: una fiesta Post-Punk y me ilusioné con la idea de estar inmerso en esa atmósfera sombría y escuchar los ritmos melancólicos que tanto me gustan. Con esperanza llegué a aquel bar y me llevé una sorpresa, pero no la que esperaba. La música, aunque no estaba mal del todo, navegaba por aguas demasiado conocidas: Depeche Mode, The Cure, The Police, y de vez en cuando, algo de Molchat Doma y Leonora. Fue una mezcla que me dejó a medias, me prometieron un viaje y me dejaron a mitad de camino. El bar estaba lleno, sí, y me sorprendió ver tanto interés por el género en la ciudad, ¡eso es genial! Pero, siendo honestos, pudo haber sido la banda sonora de cualquier noche de sábado en ese lugar. Para alguien como yo, que no sale mucho a estos espacios, fue decepcionante.

Desde que era un niño, los géneros oscuros siempre me han llamado la atención: el metal, el rock gótico, incluso el techno me atrapa. Pero el Post-Punk, hace más de diez años y gracias a una prima, fue lo que me enganchó de verdad. Desde entonces mi búsqueda de ese sonido no ha parado. Lo que me transmiten es algo que pocos géneros logran.

Es una melancolía que se siente en el aire, una niebla espesa, una oscuridad con escarcha y luz. Me evoca imágenes de murciélagos, de una moda particular, de una tristeza que, curiosamente, es hermosa y se convierte en arte. Y sí, hasta me hace bailar, incluso a mí, que soy de los que no dan ni medio paso. Para mí, el Post-Punk es como la banda sonora de Manizales, la ciudad donde nací. Es lo más cercano a describir cómo suena y cómo se ve, es mi gran inspiración. Aunque escuche música de otros lugares del mundo, mi ciudad es lo que más se acerca a lo que llevo por dentro.

Mi interés por entender este universo sonoro se hizo más fuerte después de un par de conversaciones, nunca se me olvidará lo que alguien me dijo en medio de la pandemia: el Post-Punk es «volver a mirarse como ser humano desde adentro». También es explorar esas emociones y sensaciones que nos conectan con nosotros mismos y expresarlas hacia afuera como una forma de desahogo. Es diferente al punk, que es más de confrontar al sistema, de «tirarle mierda» a la sociedad.

A veces, cuando hablo del tema, la gente se confunde y cree que escucho bandas como Blink-182 o The Offspring. Aunque me gustan, ¡no es de eso de lo que hablo! Mi voz es la de los góticos: la de los Malkavian, la de los que siguen a Corredor Polaco, a Tumbas, y sí, hasta a Bruma y Human Scale (mi propia banda). Aunque no sonemos exactamente Post-Punk, este género ha sido una fuente de inspiración enorme para creer que algún día podremos poner esos «murciélagos sobre el ritmo», porque nuestras letras ya lo llevan todo.

La depresión, la ansiedad, la melancolía… todo esto cobra más sentido en mi vida cuando pongo un poco de ese «baile melancólico» en mis oídos. Por eso me he tomado el tiempo de crear una playlist que curo y actualizo cada semana. Es mi proyecto de vida sonoro, un museo lleno de referencias que, espero, algún día se conviertan en algo más grande, quizá incluso en el sonido de mi banda.

Imagínense una noche de baile aquí en Manizales con estas canciones sonando, una luz tenue y un poco de escarcha en el aire. ¡Manizales se lo merece! Y no es que lo que se haya hecho hasta ahora esté mal, solo siento que la selección musical podría mejorar cuando se habla de una fiesta de Post-Punk. Diciendo esto, hasta me siento como el viejo conservador que se obsesiona con una idea. Entiendo que cualquier banda puede encajar en un género, pero en este caso no quedé del todo satisfecho. Creo que la fiesta podría ser mucho mejor, porque la escena demuestra que en Manizales sí hay gente a la que le gusta y que quiere desenterrar esas joyas musicales que, a veces, las mismas discotecas se encargaron de enterrar por poner siempre lo mismo.

Como dicen por ahí, «entre gustos no hay disgustos», así que hoy me di este espacio para hablar del Post-Punk, un género que, yendo en contra de su idea inicial, me saca del abismo y me pone a bailar mientras escribo. Espero que cada día seamos más pálidos, más fríos, pero con mucho más sentimiento Post-Punk para nuestra escena.

Quizá en algún momento tuve depresión, siempre he sido alguien muy melancólico y a veces aislado, un «extraño social». Y solo a través de este género he logrado desahogarme, entender lo que soy, lo que la vida me hace sentir y cómo me expreso conmigo mismo. Por eso, siento que tiene sentido contarle al mundo que, así como yo encontré esa ayuda en la música, quizá haya otra persona por ahí buscando una salida o una entrada para conectar consigo misma.

Le puede interesar:

{{ reviewsTotal }}{{ options.labels.singularReviewCountLabel }}
{{ reviewsTotal }}{{ options.labels.pluralReviewCountLabel }}
{{ options.labels.newReviewButton }}
{{ userData.canReview.message }}
SUSCRÍBETE AL Newsletter Revista alternativa

Al inscribirte en la newsletter de Revista Alternativa, aceptas recibir comunicaciones electrónicas de Revista Alternativa que en ocasiones pueden contener publicidad o contenido patrocinado.