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El cadáver viajero

Texto y fotografías por: Bruno Sandstede y Abel Azcona

«El cadáver viajero es una pieza procesual de base documental y performativa diseñada y desarrollada por los artistas Bruno Sandstede y Abel Azcona. Durante los años 2020 y 2021, estos acompañaron a Raúl Carvajal Pérez en los últimos meses de denuncia y reivindicación de una larga protesta de más de diez años de duración, en los que Carvajal se instaló junto al cadáver de su hijo, asesinado por negarse a participar en la red de falsos positivos detonada por el régimen uribista. Como venganza a su negativa, Raúl Antonio Carvajal fue asesinado y desde entonces su padre reivindica, mediante instalaciones documentales y con el propio cuerpo presente, reconocimiento y reparación.

En esta obra, mediante fotografía, vídeo y documental, ambos artistas plasman el día a día de la protesta con documentación original, testimonios de ambas partes, audios de extorsión a Carvajal padre y diversos materiales. Durante el proceso de creación de la obra, en junio de 2021, el protagonista de la pieza fallece y, ante este suceso, se activa la parte performativa con el fin de reivindicar, nacional e internacionalmente, la figura de ambos y su causa. Los propios hijos de Raúl y hermanos del asesinado envían a Azcona la vestimenta militar original con la que Raúl Antonio Carvajal fue asesinado al negarse a participar en la estratagema de los falsos positivos, los mismos ropajes que vestía el cadáver depositado por su padre en el centro de la plaza Simón Bolívar, donde durante años permanecieron padre e hijo reivindicando justicia.

Durante el año 2021 y 2022, Azcona, política y performativamente, acudió a todos los actos políticos y artísticos vistiendo el traje, alargando así el concepto bautizado por los medios colombiamos de “el cadáver viajero” como acto de visibilización de la historia de Raúl Carvajal Pérez y Raúl Antonio Carvajal, ambos represaliados, uno de ellos asesinado por el régimen uribista.» (fuente página www.abelazcona.art)

Don Raúl no pudo instalarse en la Plaza Bolívar de Bogotá junto a la casa presidencial y el congreso porque no lo dejaron. Sin embargo, durante varios años estuvo un par de cuadras más abajo, exactamente en la Séptima con Jiménez.

Allí llegaba todas las mañanas a las 9:00 am, sin falta, y no se iba hasta bien entrada la tarde. Su ritual comenzaba cuando aparcaba el furgón, bajaba, abría las puertas traseras para sacar cuerdas y fotografías. Amarraba los cabos a un semáforo y una señal de tránsito para luego colgar diferentes recortes de periódico de sus viajes por Colombia en busca de la verdad.

Don Raúl fue hasta la finca del Ubérrimo para preguntarle en persona a Alvaro Uribe Velez que había sucedido con su hijo asesinado, también fue a la guerrilla y al ejército, se encadenó en el bunker de la fiscalía, insultó a Uribe, encaró a Juan Manuel Santos, premio Nobel de la Paz, quien para la época del asesinato de su hijo, el Cabo Raúl Carvajal, era ministro de Defensa; también lo sacaron de la JEP (Jurisdicción especial para la paz). Nadie le quiso dar nunca la cara y explicarle qué había sucedido en realidad.

Este padre le decía a todo el que pasaba “voy a morir en esta esquina”, allí lo auxiliaron con pipa de oxígeno y solución salina en un par de ocasiones porque se negaba a ir a un hospital y dejar la esquina sola. Durante largo tiempo durmió dentro de su furgón pues no tenía adónde ir a la capital, allí estuvo a punto de morir en varias ocasiones debido a su diabetes y a las fuertes heladas bogotanas.

Las irregularidades de la muerte de su hijo las conocía mejor que cualquier abogado, y a pesar de las constantes amenazas en contra suya, de su familia, de sus abogados y en contra de todo el que quisiese ayudar, Don Raúl siguió firme en su lucha hasta que con Covid, y ad portas de un coma diabético, tuvo que ser ingresado en una UCI del Hospital Santa Clara de Bogotá donde fallecería unos días más tarde.

Su muerte causó revuelo e indignación en la sociedad colombiana; a lo largo y ancho del país miles de personas se manifestaron en memoria de Don Raúl y su rostro fue pintado en los muros y calles de todo Colombia.

Hoy su familia sigue sin conocer la historia completa del asesinato del Cabo Raúl Carvajal. Además Don Raúl ha muerto sin haber visto justicia.

La presente pieza desea reivindicar la memoria de Don Raúl y su lucha, no dejarla en el olvido y llevarla a los más diversos escenarios, ciudades y países. Donde todos podrán escuchar la voz de Don Raúl, conocer su lucha y clamar justicia por el crimen de estado perpetrado por el gobierno colombiano.

Para ver el proyecto completo click en el siguiente enlace https://abelazcona.art/obras2021-2023#/elcadaverviajero/

para conocer más del trabajo de Bruno Sandstede click en el siguiente enlace www.brunosandstede.art

https://www.instagram.com/somosalternativa/
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