En junio la ciudad de las puertas abiertas recibe la diversidad. Manizales se llena de color, memoria, resistencia y dignidad. No hemos pedido nada que no nos pertenezca, reclamamos lo que nos han quitado: el derecho a existir sin miedo, a ser visibles, a amar y vivir con libertad. El orgullo LGBTI es protesta y reclamos, es resistencia desde el goce, es sanar lo que nos dolieron colectivamente, es celebrar que seguimos aquí a pesar de todo.
Nos vemos en las calles, en los auditorios, en las plazas y en las pistas de baile. Que se escuche fuerte: existimos, resistimos y no nos vamos a callar.