Un Famtrip con aromas de café y palabras en francés (7)

Un Famtrip con aromas de café y palabras en francés


Texto por:
 Andrés F. Rivera Motato

Fotos por: Andres C. Valencia

La mañana comenzó con esa luz tibia que cae sobre la Avenida Santander cuando todavía no hay afán. Frente a la fachada de la Alianza Francesa de Manizales, los primeros invitados del FamTrip Amigos del Francés 2025 llegaron con sus celulares dispuestos, cuadernos, tarjetas de presentación y la curiosidad compartida por entender por qué Caldas se está convirtiendo en destino para los viajeros francófonos y cómo esta red, que apenas comienza a articularse, podría transformarse en una plataforma para el turismo cultural del departamento.

Después de un recorrido breve por las salas de la Alianza, comenzó el momento de encuentro entre los empresarios, quienes algunos de diferentes sectores del turismo encontraron algo en común y eran las ganas de mejorar su relación con el francés, un espacio de conversación sobre sus experiencias con clientes francófonos, intercambio cultural y hospitalidad. Allí surgió la idea que terminaría atravesando toda la jornada: la llegada del viajero francés no es solo un movimiento económico, sino un encuentro de memorias, lenguas y maneras de habitar el territorio.

Las mesas estaban dispuestas para un desayuno que funcionó más como antesala. Era fácil reconocer a los que venían del sector hotelero por la manera en que preguntaban por ocupación; a los agentes, a los guías y a quienes aun comenzando su camino empresarial encuentran en el turismo una puerta de entrada para sus sueños.

La ronda de pitch fue un pequeño ritual. Cada participante se presentó no como empresa, sino como historia, rutas cafeteras hechas a mano, hoteles construidos desde la memoria familiar, agencias que nacieron entre viajes improvisados y sueños que se extendieron más allá de un mapa. Allí todos entendieron que la Red Francófona quizá sea otro camino por explorar

Luego vinieron las conversaciones con los invitados principales. Primero, Alexandre Burgy, dueño del Restaurante L’AngeVin quien habló de la mirada europea sobre el Eje Cafetero, un destino que mezcla naturaleza, patrimonio agrícola y autenticidad. Después, Ferney Salgado, de Coraves, aportó un aterrizaje más cercano, la necesidad de fortalecer el encadenamiento local, profesionalizar la oferta y posicionar experiencias que se sostengan en el tiempo.

El camino hacia el café

Al mediodía, el bus partió hacia Chinchiná. haciendo una parada en el camino para recoger a la persona que se encargaria de hacer reir y enrutar la historia de todo el viaje por los cafetales de la Hacienda La Gaviota. La bienvenida fue simple, cálida y directa: una mesa servida y la promesa de que ese lugar —una finca rodeada de cafetales altos, pájaros inquietos y viento fresco— era parte de una historia más grande, la del café como lenguaje universal.

Un almuerzo como en casa dio paso al segundo momento de la jornada, esta vez acompañado por música del territorio campesino y un ambiente que resumía el espíritu de Amigos del Francés. Carolina y Jorge, anfitriones de La Hacienda La Gaviota y participantes de cohortes anteriores del programa, compartieron con los empresarios parte de lo que ha sido su experiencia.

Jorge lo explicó con claridad: “Amigos del Francés nos ha abierto más las puertas para entender al público francófono. No es solo el idioma, es también su cultura, su manera de comportarse. Siento que es una oportunidad que todos aquí vamos a tener en algún momento y que nosotros hoy vivimos a diario: atender a estas personas maravillosas que llegan con un valor especial para el territorio, que es su amor profundo por la naturaleza”.

La experiencia cafetera

Inició el recorrido por los cafetales. Allí, entre hojas de café, plátano y el aroma de campo, el grupo entendió que un famtrip también es una lección sensorial. La Gaviota tiene esa capacidad de hacer que uno sienta que está entrando a otro ritmo del día. Carolina, quien dirigió este camino, contó un poco de la historia del lugar y también de las familias que sostienen estas tierras desde generaciones atrás.

Tampoco podía faltar una cata de café en el corazón de la hacienda. Allí, entre métodos de preparación y aromas recién liberados, los asistentes descubrieron las particularidades del grano de la región y el valor de vivir la experiencia desde el lugar del turista. Cada sorbo fue una lección para enseñar que el turismo también hay que sentirlo. Sin proponérselo, los empresarios comenzaron a crear una especie de networking espontáneo; quienes tenían hoteles compartieron contactos con los que ofrecían rutas, y la misma experiencia de La Gaviota terminó promovida entre ellos como una muestra viva del potencial que guarda el territorio.

La conversación que quedó resonando

En la tarde, durante el espacio libre, muchos se acercaron a comentar lo vivido. Entre ellos, Yordano, de Viva Aventura Manizales, quien sintetizó lo que para varios había significado la jornada:

“Esto que estamos viviendo hoy es encadenamiento real. No solo es mostrar lugares, sino cuidar la tierra y que la vean afuera. Que lleguen extranjeros, que disfruten nuestras costumbres, que vivan nuestras tradiciones. Y agradecer… agradecer a la Alianza Francesa porque estos espacios nos conectan, nos dan formación, nos dan experiencias. Esto es más que un viaje: es construir juntos”.

Sus palabras sonaban a alguien que ha visto crecer el turismo en Caldas, que ha guiado viajeros por caminos de tierra y que sabe que la belleza del paisaje también implica responsabilidad.

En medio de ese ambiente sereno, y terminando la jornada, surgieron las palabras que le dieron sentido al día: Eloísa Castillo Torres recordó que estas experiencias no solo están diseñadas para los viajeros francófonos, sino también para los públicos locales. “También para los públicos locales puede haber una experiencia a la cual se le pueden sumar eventos culturales, programación cultural, y lo que va a hacer es darle un valor agregado, va a enriquecer justamente también esa experiencia” Con esa idea como cierre, el FamTrip dejó claro que Amigos del Francés no solo fortalece rutas y servicios turísticos, sino que construye una manera distinta de habitar el territorio, donde la hospitalidad y la cultura se entrelazan para crear conexiones que permanecen.

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