Texto: Stefanía Herrán Paniagua
Fotogafías: Andrés Camilo Valencia
El 2021 quedó marcado por un estallido social en todo el país, este llevó a cientos de miles de jóvenes y proletarios a las calles para demostrar su inconformismo con la situación actual propiciada por el gobierno de turno encabezado por el presidente Ivan Duque Márquez. Estallido social que duró más de 50 días, dentro de los cuales se derramó sudor y sangre de los hoy llamados jóvenes para la reactivación. Durante las manifestaciones nos encontramos con escabrosos números como más de 70 manifestantes asesinados, más de 300 desaparecidos, más de 100 actos de violencia sexual, casi 2.000 heridos y más de 3.000 judicializados (Comunicado del comando departamental de paro en Caldas, junio 21 del 2021).
Días llenos de terror acontecieron a lo largo del territorio colombiano; Manizales, la ciudad universitaria, no fue la excepción. Evidenciando denuncias de atropellos y violencia contra manifestantes y contra sus derechos humanos.(DDHH). “Lanzaron recalzadas con tornillos oxidados y demás objetos que pueden hacer daño a los ciudadanos que están manifestando, causando así daños físicos desproporcionados a los manifestantes” (Equipo de Derechos Humanos de Manizales, denuncia pública 012).
Colombia aún reclama sus desaparecidos, sus muertos y sus derechos, mientras los dirigentes políticos se preocupan por una reactivación económica, que irónicamente, en Manizales, va de mano de los comerciantes de la ciudad y claro, estando en una ciudad universitaria, de los jóvenes que fueron violentados días atrás con hechos atroces. Dentro del Pacto por la Reactivación económica, se observa cómo gran parte de este pacto se soporta de la comunidad universitaria, la misma a la que llamaron vándalos, guerrilleros, etc. “Diseñar programa económico de reactivación en la ciudad en coordinación con el Sistema Universitario; Grupos de Expertos que permita la expansión del gasto público en sectores estratégicos para reactivar el aparato productivo de la ciudad.”(Pacto por la reactivación y el crecimiento, Alcaldía de Manizales). Un pacto que se presenta con aras de recuperar el déficit económico, pero que no termina por convencer a nivel social, ni borrar lo sucedido en días pasados.
En una ciudad donde gran parte de la economía es movida por los jóvenes, se le preguntó a comerciantes de Manizales sobre su clientela y su opinión sobre el paro nacional del 2021.
“Si fuera solo por mi, también me hubiera ido a marchar con la bandera en la mano, claro sin violencia”(Comerciante en el sector de Chipre).
Domiciliarios y vendedores de la ciudad también apoyaron las manifestaciones que se realizaron en el 2021, no asistieron a ellas pero consideraban que la intención era correcta ya que se peleaba por sus derechos y su trabajo. Afirmando el querer asistir pero no poder hacerlo por su deber y necesidad de laborar día a día.
Recibimos más respuestas similares por parte de comerciantes y emprendedores manizaleños, quedando claro que el descontento no era solo de unos pocos y que por parte de los demás habitantes del territorio consideraban a las manifestaciones como justas y necesarias.
Sin embargo, al momento de unas manifestaciones no solo los marchantes y los comerciantes intervienen, también lo hacen las instituciones del gobierno, y estas, que en teoría están para ayudar y proteger a la ciudadanía, fueron las principales victimarias de los jóvenes que estaban en las calles en pie por la desigualdad social.
Gracias al colectivo por los DDHH, Tierra de Todos, se obtuvieron las denuncias públicas de retenes ilegales en el sector de Cervantes, negación de asistencia médica para los marchantes, retenciones arbitrarias en carros particulares, ataques por parte del ESMAD y tratos indignos contra las personas que eran aprehendidas.
No es un secreto que gran parte de la población de Manizales es adolescente perteneciente a más de nueve instituciones educativas, tanto superior como media, de la región, instituciones que hoy están sumadas al pacto por la reactivación de la Alcaldía de Manizales. Jóvenes que son quienes más compran a los pequeños comerciantes de la ciudad de las puertas abiertas, a locales como papelerías, restaurantes, transporte, actividades culturales, comida e incluso quienes aportan vida a Manizales con la cultura, las artes, los deportes y el ánimo característico de la juventud. La ciudad es ayudada por la juventud del territorio, aunque al momento de un estallido social, considerado por muchos como necesario, ya no parece importar que la meta de la administración local sea convertir a Manizales en la capital universitaria de Colombia.
Mientras en las protestas fueron mínimas las intervenciones públicas del primer mandatario de la ciudad, al momento de las agresiones a manifestantes por parte de la MEMAZ (Policía Nacional Metropolitana de Manizales) y del ESMAD. A la hora de la reactivación se le puede ver paseandose por las calles de la ciudad llevando con orgullo su título ante los manizaleños. Disfrutando del teatro que arropa el FITM en las empinadas faldas de la ciudad, teatro que es posible gracias a los jóvenes que dan su arte y que la apoyan.
Es irónico que el trato hacía la misma población cambie tanto al momento de hablar de economía, que solo se respeta los DDHH cuando estas personas ayudan en una reactivación pero no cuando son marchantes en busca de mejores condiciones para el país.
Es selectivo el trato que se les da por parte de las autoridades estatales. Aquellos jóvenes a quienes tildaron de vándalos, inadaptados, hasta de delincuentes y los que fueron aprehendidos de manera indigna, a quienes golpearon y violentaron, ahora son buscados para mejorar la economía, pregonando el hacerlo de la mano de la ciudadanía para convertir a manizales en la capital universitaria de Colombia, donde los jóvenes son violentados en marchas y exaltados fuera de ellas.
Si el mismo trato y la misma importancia que se le da a los jóvenes en tiempo de reactivación, fuera el mismo que se les diera en tiempos de paro, probablemente la ciudad completa sí estaría en pro de un “Pacto” por la reactivación y el crecimiento.