Texto por: Jonny Carvato.
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En el municipio de Villa María, Caldas, surge un emprendimiento el cual le apuesta a congregar la cultura y la gastronomía regional en un solo espacio, ofreciendo a sus asistentes una experiencia sin igual, el cual recibe por nombre: La Poleka Café Cultural.
Con un café agroindustrial oriundo de la tierra fértil y amable de Palestina, también municipio de Caldas, La Poleka integra esta bebida de tradición como uno de los elementos que constituye su nombre, pues además del delicioso café, el modelo de negocio ofrece un atractivo y reconfortante recinto que permite contemplar el arte en una experiencia seductora.
«La propuesta inicial era tener un taller de arte, la idea del café surgió después. Queríamos montar un taller, pero nos dimos cuenta que era muy difícil convocar a la gente, ya cuando incluimos la parte gastronómica nos dimos cuenta que las actividades culturales se hacían más visibles porque la gente iba a comer algo». Agrega Lina Molano, una de las emprendedoras que lideran esta propuesta.
A causa de la falta de espacios culturales dentro del municipio, y de alianzas entre agentes culturales para dar a conocer su producción, el equipo, encabezado por artistas, inició su labor con talleres pedagógicos de artes manuales, una vez consolidado el café se conformaron nuevos grupos con diferentes iniciativas pedagógicas.
«En la Poleka se han llevado a cabo diferentes expresiones artísticas y talleres de formación, como talleres de dibujo, conciertos, proyección de productos audiovisuales, exposiciones en la galería, stand up comedy, cuentería. El objetivo del espacio es generar un aporte a la movida cultural del municipio».
Recientemente La Poleka Café Cultural ha sido acreedor de un reconocimiento, seleccionado como uno de los ganadores del programa departamental de iniciativas culturales otorgado por la Secretaría de Cultura y la Gobernación de Caldas. Esto refleja además de esfuerzo y disciplina, todo un compromiso con la gestión que se ha realizado durante estos años de actividades, generando confianza y reconocimiento, visibilizando el espacio y los proyectos que se gestan allí.
«Ha sido una oportunidad para resurgir y fortalecernos, como negocio, como equipo de trabajo y como familia».
El modelo de negocio apunta a replicar su propuesta en otros espacios, llegando a diferentes lugares y a más personas que esperan disfruten de la experiencia que brinda el recinto, ya que hasta entonces, su variedad de asistentes se han sentido cautivados por la versatilidad y las opciones que ofrece La Poleka.
Durante los períodos de cuarentena y confinamiento, el equipo ha dirigido sus labores principalmente en la parte culinaria a través de los servicios de domiciliarios, ofreciendo platillos típicos de la gastronomía colombiana al público de Villamaría y Manizales, con lo cual han obtenido un buen apoyo por parte de la comunidad.
«Esta época, más que una situación difícil, ha sido una oportunidad, una oportunidad de reinventarnos y de ofrecer nuestros productos desde otra alternativa. Es una gran satisfacción inventar cosas nuevas todos los días, y apostarle a que esa parte cultural, siga latente a través de nuestra gastronomía, a pesar de la distancia».