El proyecto Hijas del Rock regresó en 2025 para seguir haciendo escena desde la voz y la fuerza femenina. Por segundo año consecutivo, la iniciativa hizo parte del Programa Municipal de Estímulos de la Secretaría de Cultura de Manizales, y cerró su proceso con un recital de Halloween en el auditorio de Confa, donde más de 20 artistas compartieron escenario en una celebración llena de música, energía y complicidad.
Durante varios meses, las participantes se reunieron en talleres de técnica vocal, manejo escénico, maquillaje, vestuario y composición, espacios que fortalecieron su confianza y presencia artística. Esta vez, el énfasis estuvo puesto en la voz como instrumento principal.
“Hijas del Rock evolucionó mucho desde el año pasado hasta este”, cuenta Paula Andrea Flórez, una de las organizadoras del proyecto. “Antes teníamos talleres de diferentes instrumentos, pero vimos que las chicas estaban más interesadas en el ámbito vocal. Por eso hicimos un gran montaje basado en la voz, tanto en solistas como en coros. Se montaron tres arreglos corales y quedaron espectaculares”.
El proyecto también contó con el apoyo de la Casa de la Mujer, Confa, la Casa de Cultura La Estación y la Casa de Cultura Atardeceres, espacios que acogieron parte de los talleres y procesos formativos. Además, los Chicos del Jardín abrieron las puertas de su lugar, El Jardín de los Instantes, para compartir jornadas creativas que fortalecieron la construcción colectiva del proyecto.
El recital final fue una puesta en escena que combinó música y teatralidad. Con el tema de Halloween y las criaturas fantásticas, cada participante eligió un personaje para interpretar sobre el escenario: había hechiceras, sirenas, gitanas, brujas y elfos. “El impacto visual fue muy bueno, la gente quedó maravillada al ver tantas chicas con tanto protagonismo y pasión”, agrega Flórez.
Además de los conciertos, Hijas del Rock fue un espacio de aprendizaje colectivo. “Las chicas quedaron con muy buenos conocimientos en maquillaje, vestuario y presencia escénica. Crecimos mucho en ese sentido, y ya pensamos en lo que viene. Queremos que este proyecto siga creciendo y ojalá podamos convertirlo en un festival”, afirma.
Lo vivido en el auditorio de Confa fue la confirmación de que el rock también se escribe en femenino, y que en Manizales hay una generación de mujeres dispuestas a seguir tomando el escenario con talento y determinación.



















