Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

Pseudopathological Vivisection resurge mientras el mundo se pudre

Texto por: Tatiana Guerrero

Fotografías: Andrés Camilo Valencia

Pseudopathological Vivisection es una banda manizaleña conformada por cuatro integrantes que rompen con los estereotipos comúnmente asociados al Death Metal, el género al que se consagraron desde sus comienzos en el 2011.

A diferencia de la imagen tradicional de músicos de Metal con largas melenas y actitudes agresivas, ellos se destacan por ser personas serenas y juiciosas. Su rebeldía se manifiesta más en pequeños detalles como algunos piercings, tatuajes, atuendos oscuros, ideologías y una inclinación hacia bandas de géneros alternativos.

Se podría decir que los jóvenes pertenecen a la especie del ‘tigre de papel’, ya que, detrás de la siniestra fachada del Death Metal, que muchos podrían percibir como intimidante, se esconde su verdadero poder: la empatía, la ternura y el afecto que demuestran hacia sus amigos, familia, parejas, y mascotas (Toby, Odie, Pitu, Gon). Su jovialidad también se refleja en pormenores como los divertidos calcetines que lucen, estampados con personajes de televisión, gatitos, papitas francesas, caritas, entre otros.

Pseudopathological Vivisection está conformada por dos ingenieros físicos, uno industrial y un abogado que también es psicólogo, quienes, de manera autodidacta, han desarrollado una profunda pasión por la música.

El grupo lleva el mismo nombre del décimo tema del álbum debut Onset of Putrefaction, creado por la banda alemana de Death Metal Progresivo, Necrophagist. «Queríamos el nombre más crudo y visceral de todas las canciones de la banda y encontramos ese», explica Julián Eceheverri, co-fundador, compositor y guitarrista de la agrupación manizaleña.

A lo largo de los años, la banda ha experimentado varias transformaciones. En sus inicios, fue concebida como un proyecto de estudio por Julián e Iván David Buitrago, el vocalista y bajista, acompañados por otros miembros que ya no forman parte del grupo.

En el 2013, se sumaron Alejandro Puerta en la batería, y Santiago Ospina en la guitarra, consolidando una agrupación más estable.

Sin embargo, entre el 2016 y 2023, el grupo atravesó un periodo de menor actividad, limitándose a reuniones esporádicas. Fue en 2023 cuando la banda resurgió con más fuerza y determinación, lo que les ha permitido estar en varios eventos del país, y recientemente superar las audiciones que los llevó por primera vez juntos a la edición 17 del Grita Fest, donde desataron su sonidos infernales, distorsionados y cargados de altos decibeles.

“Para nosotros estar en el Grita es un motivo de orgullo, de felicidad, pues fue un trabajo muy arduo, nos preparamos, ensayamos e invertimos muchísimo, pero siempre lo disfrutamos”, expresa Santiago.

Las calles de Manizales están en un aparente estado de docilidad y somnolencia, que suele detonarse en la ciudad nocturna después de una agresiva lluvia. En contraste, el cuarteto de jóvenes afina sus instrumentos en un pequeño apartamento, ubicado en el quinto piso de un edificio, donde probablemente los demás residentes ignoran que el Brutal Death Metal toma forma en una habitación reducida, ya que los músicos logran mutear los estridentes ruidos con algunos trucos.

Inicialmente, los jóvenes hablan de temas aparentemente triviales, pero que dan sentido a su cotidianidad. En medio de la conversación, Iván saca varios Chocobarriletes, una versión reciente de un clásico dulce. Este gesto desata los recuerdos de uno de los miembros, quien revive una parte de su infancia: Su madre trabajaba en una reconocida fábrica de dulces y solía llevarle muestras de golosinas que nunca llegaban al mercado. Esta experiencia resulta ser análoga con la banda, pues algunas de las canciones que han creado en los últimos años, aún permanecen inéditas, sin ver la luz.

Julián comenta que eligieron el Brutal Death Metal —ese género rebelde, extremo y visceral, descendiente del Heavy Metal— creyendo que componer su música y letras sería una tarea sencilla. Sin embargo, al llegar a la cuarta canción, comprendieron que el proceso era mucho más complejo, y que requería de un esfuerzo técnico considerable.

Las letras de sus sencillos están inspiradas en una mezcla de hechos ficticios, reales, mitológicos y aterradores, que convergen en una reflexión sobre la muerte. Entre sus principales influencias musicales destacan bandas de Death Metal estadounidenses como Dying Fetus, Suffocation, Putrid Pile y Waking The Cadaver, así como la escocesa Cerebral Bore y la inglesa Annotations Of An Autopsy.

“Nuestro lema es: ‘mientras el mundo se pudre, esta banda les contará cómo lo hace’. En ese sentido, empezamos a contar historias aleatorias, como la de un violador del siglo XVlll condenado a la guillotina.  Sobre un abogado corrupto que lo encarcelan y los mismos presos que él condenó en el pasado lo terminan asesinando. Y una de nuestras favoritas está basada en una noticia de una señora a quien le allanan su casa y encuentran cuerpos de bebés congelados en el refrigerador. De hecho, el outro de la canción es la voz de la presentadora”.

En esta nueva etapa, el grupo decidió crear nuevos sencillos, dando origen a tres canciones bautizadas Gastronomía Caníbal, Sangrenegra y La Casa del Degüello. Cada una de estas composiciones está inspirada en eventos históricos de Colombia.

“La primera habla de la leyenda urbana de un restaurante en La Calera, Bogotá, en donde servían carne humana. Además, se dice que algunas personas que desaparecieron en la toma del Palacio de Justicia (1985) fueron consumidas en ese lugar. La segunda canción habla sobre un bandolero guerrillero de los años 60, cuyo alias era Sangrenegra y fue considerado como el más cruel y bárbaro en la época de La Violencia en el país. La tercera revive un enfrentamiento ocurrido en Salamina, Caldas, entre los ejércitos liberales y conservadores en los 1800. La casa donde tuvo lugar la batalla, en la que se llevaron a cabo numerosas ejecuciones, hoy es patrimonio histórico”.

Contenido apoyado por:

Manizales ostenta el título de ‘Ciudad de las Puertas Abiertas’, pero parece que las mantiene cerradas para la escena de la música alternativa. Julián hace reminiscencias y destaca que, en otros tiempos, las casas de cultura de la ciudad impulsaban procesos importantes, tanto así que en varias ediciones del Grita Fest, las bandas locales que abrían el evento eran formadas en estos espacios.

“No ha existido un escenario que se mantenga, todo ha sido muy fluctuante y limitado. Los lugares se van cerrando, en este momento los dos de siempre son Silmaril y Plug and Play, pero hay que tener en cuenta que son bares, y ellos no permiten la entrada de menores de edad”, señala.

Finalmente, los chicos se van por las vías ilegales de la imaginación y se aventuran a vaticinar el gran domingo, el día en que se presentaron y concluyó el Grita.

Iván soñaba con ver al público desbordado de energía, disfrutando y pogueando al ritmo de su música, «explotando junto a nosotros», dice con emoción. Entre risas, Julián bromea diciendo que lloverá Napalm, y añade, con una sonrisa cómplice, que espera que los asistentes terminen diciéndoles a los ausentes: «Se perdieron algo realmente increíble».

Nuestros recomendados:

{{ reviewsTotal }}{{ options.labels.singularReviewCountLabel }}
{{ reviewsTotal }}{{ options.labels.pluralReviewCountLabel }}
{{ options.labels.newReviewButton }}
{{ userData.canReview.message }}