La duodécima versión del Festival de Arte Urbano Manizales Biocultural demostró una vez más la ciudad es un epicentro de creación, diálogo y acción ciudadana a través del arte urbano.
Texto por Andrés F. Rivera Motato
Fotos por Jacobo Correa

“Este año quisimos reconocernos entrelazados: ciudad, naturaleza, raíz, pigmento, gesto y comunidad”, explica Luisa Fernanda López, directora del festival. “Nuestro lema promueve generar el muro como semilla, como símbolo de una producción artística responsable que responda al llamado del planeta”.
Durante varias semanas, el equipo del Festival Biocultural preparó una agenda que combinó formación, creación colectiva y reflexión. Una de las actividades principales fue el taller de aerosoles Street Art, liderado por Hender Moreno, artista invitado desde Málaga (Santander) y fundador del Festival de la Caneca. En este espacio práctico, los participantes exploraron técnicas del arte urbano y el graffiti, interviniendo objetos cotidianos como canecas de basura para transformarlas en piezas artísticas destinadas a la recolección de reciclaje dentro del evento.
Uno de los resultados de esta edición fue la creación del mural híbrido, una obra colaborativa entre los artistas locales, que fusionó pintura, aerosol y residuos electrónicos. “Este mural materializa nuestro lema —cuenta Luisa—. Es una metáfora del vínculo entre naturaleza, tecnología y humanidad. Además, es una pieza itinerante, un muro movible que recorrerá distintos puntos de la ciudad dentro de la semana por acciones por la vida”.
El festival también incluyó un proceso educativo con el Colegio INEM, donde se realizó un mural cocreativo sobre inclusión, diversidad, respeto y sostenibilidad. “Estas actividades son fundamentales porque permiten que el arte se viva como experiencia comunitaria, que los jóvenes entiendan que desde lo visual se pueden sembrar mensajes y acciones de cambio”, destaca la directora.
La jornada central del 4 de octubre se desarrolló en la plazoleta de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, donde se presentó oficialmente el mural híbrido. Allí también se realizó una feria gráfica en alianza con Arma Feria de las Artes de Manizales, con la participación de diez marcas locales que exhibieron productos derivados del arte como carteles, stickers, publicaciones y moda gráfica.
El componente reflexivo llegó con el conversatorio “Manizales en diálogo”, que contó con la participación del periodista, artista y comunicador Santiago Rivas, junto a Hender Moreno, quienes abordaron temas sobre ciudad, sostenibilidad y pensamiento crítico desde las prácticas artísticas. La jornada cerró con un set de DJ en vivo a cargo de Rivas y artistas locales, quienes convirtieron la plazoleta en un espacio de encuentro y celebración colectiva.Para López, esta versión reafirma que el arte urbano es un lenguaje de vida y transformación. “El Biocultural nos recuerda que el arte puede conectar comunidades, inspirar conciencia ambiental y fortalecer el tejido social. Desde las producciones artísticas podemos generar mensajes reflexivos y aportar a las problemáticas culturales, ambientales y sociales que atraviesan nuestros territorios”.
Le puede interesar: