Texto por: Jonny Carvato.
Fotografías por: Andrés C. Valencia.
Congresistas de varios partidos políticos, exceptuando aquellos de ultra derecha, optaron por apoyar el proyecto de ley que promovía la legalización del cannabis recreativo en el territorio nacional, respaldando el proyecto con argumentos comparativos con aquellas propuestas que regulan el consumo de otras sustancias como el licor.
La propuesta que planteaba inicialmente habilitar espacios en los cuales los usuarios pudiesen comprar y consumir sin que existiese problema alguno que infrinja la ley, pues en algunos países europeos existe el modelo en el cual ciertos establecimientos cuentan con licencias especiales para tal fin, ha sido derribado en el último debate con una cifra de 102 votos en contra y 52 a favor.
El proyecto buscaba modificar el artículo 49 de la Constitución Política, habilitando espacios y regulando los procesos de consumo de los usuarios de cannabis mayores de edad.
En la ciudad de Manizales existe un colectivo conformado por más de 250 personas que, desde sus prácticas, sus propuestas y desde el activismo cannábico, buscan una alternativa para mitigar el microtráfico a través del autocultivo, lo cual a su vez fomenta el consumo responsable, que se consideraba en la propuesta de legalización en Colombia.
Cannabisclub opera como una red a través de la cual los usuarios pueden informarse del proceso de siembra, el cuidado de la planta y las implicaciones tras un consumo consciente del cannabis, a través del activismo, la pedagogía, la agronomía y el área de la salud.
«Vimos la necesidad de hacer una lucha mucho más organizada, en donde se pueda compartir conocimientos, generar discusiones y análisis de las diferentes perspectivas en la lucha cannábica».
Boris Puerta es un activista cannábico perteneciente al colectivo, quien lucha desde hace años por la reivindicación de derechos y oportunidades para los usuarios de la planta ancestral. Boris considera que, demás de su uso recreativo, el empleo terapéutico es cada vez más frecuente gracias a los diferentes beneficios que otorga el cannabis medicinal en la salud humana. «Actualmente hay una política pública de drogas desde el prohibicionismo, y las cosas siguen igual».
De acuerdo con Boris, en el departamento de Caldas la ley beneficiaría a cientos de usuarios que emplean el cannabis para diferentes fines, visibilizando ventajas en cuanto al diseño e implementación de políticas públicas que robustezcan el concepto de consumo desde una perspectiva consciente y responsable.
«Nuestro departamento lleva el primer puesto más alto de consumo, teniendo en cuenta la población de consumo. Hemos visto que las políticas públicas han fracasado porque no ha llevado a un consumo consciente, ni a una reducción de daños o a una mitigación de riesgo, ni tampoco a la misma prevención del consumo».
Ahora bien, históricamente Colombia se ha hecho famosa en el exterior por un pasado soportado en titulares donde el narcotráfico, la violencia y el conflicto armado han sido los protagonistas. Si bien es cierto que es un pasado que ha teñido de sangre el nombre de nuestra nación, y que muchas veces nos molesta y nos entristece ser relacionados con sólo una faceta oscura que hace parte de la historia de nuestro país; sin embargo, también se desconoce toda la riqueza que de alguna manera nos pertenece: una tierra fértil y productiva.
Al respecto, una de las medidas para combatir el narcotráfico, o el microtráfico en los contextos locales, que continúa asediando a nuestro país es sacar el máximo provecho del suelo a través del atocultivo. Esto, de manera responsable, puede convertirse en una oportunidad para gestionar el propio consumo, evitando todo el proceso de cultivo, transporte y distribución ilícita, donde muchas veces el producto final que se consume no es óptimo para la salud del usuario, pues, durante todo este proceso, la marihuana se ve afectada por ambientes perjudiciales que terminan anulando las propiedades naturales de la planta.
«Como organización de cultivadores procannabis, visibilizamos sus riesgos impuestos, historias de su prohibición, y todo tipo de beneficios y derivados, generando consecuentemente una apuesta ambiental».
Durante la pandemia, el Congreso llevó a cabo numerosas sesiones en donde se discutían las ventajas y desventajas de implementar el proyecto de ley que conduciría a la legalización. Se visibilizaban entonces oportunidades para los usuarios y/o consumidores de cannabis facilitando y disponiendo una información verídica y confidencial para hacer mucho más consciente su consumo; sin embargo, con la derogatoria del proyecto de ley, las cosas vuelven a ser como siempre han sido.
Así mismo, muchos consumidores desconocen o se encuentran poco informados sobre aspectos como la dosis mínima o la cantidad de plantas para un cultivo en casa, aspectos realmente útiles para no caer en artimañas policiales, cuando realmente existen condiciones especiales para el porte de la dosis personal siempre y cuando sea de uso íntimo y no pase a manos de terceros.
«Cada vez más consumidores tienen unos vacíos súper grandes desde lo jurídico y lo social, porque te dicen que puedes tener 20 plantas, tienes derecho a 20 gramos y a conseguir una marihuana de calidad, el problema muchas veces es el desconocimiento», manifiesta Boris al respecto.
«Congreso hunde el proyecto que legalizaba el consumo de la marihuana». «Se tumba el proyecto de ley para legalizar el uso del cannabis»: estos son algunos de los titulares que ratifican el derrocamiento de una posible regulación del empleo del cannabis amparado por la ley.
Al respecto, los usuarios y las diversas redes de consumidores que se gestan en el territorio continúan en una lucha imparable por restablecer los procesos pedagógicos, laborales y familiares, que han sufrido rupturas como daño colateral a causa de los estigmas y la prohibición que ha rodeado el empleo de la planta durante años, al menos en nuestra cultura, porque ¡Hey!, no es una droga, es medicina.