Texto por: Jonny Carvato
Fotos: Cortesía de A cántaros danza, Teatro punto de partida, Actores en escena, TICH, Facultad de Artes y Humanidades Universidad de Caldas.
En las artes escénicas hay mujeres luchando artística, política y poéticamente desde las tablas; mujeres que batallan por la igualdad de oportunidades, por la credibilidad, por sus ideales artísticos; mujeres que trabajan arduamente desde su oficio como escritoras, dramaturgas, directoras, gestoras o actrices; mujeres que dan vida o que te la quitan a través del teatro.
Son mujeres que a través del tiempo y las dificultades han continuado irrevocables, firmes y, sin duda, mujeres que han aportado a la consolidación del teatro y de las artes escénicas en la ciudad de Manizales. Estas mujeres que hacen eco en el tiempo debido a su ingenio, a su lucha, a su sensibilidad y a su pasión.
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«Creo absolutamente en la colectividad, creo en el otro, creo en la grandeza de lo que pueden hacer las personas y las fuerzas unidas juntas; por eso hago teatro, porque es una de las artes donde es imposible hacerlo solo».
Dramaturga, actriz, directora y docente, Liliana Hurtado ha emprendido desde la academia su lucha por la igualdad y por el respeto; una lucha insaciable en contra del abuso manifiesto en multiplicidad de formas. Es feminista y ha liderado varios movimientos performáticos con tintes de denuncia, con los cuales manifiesta el descontento y la inconformidad hacia acciones que ultrajan, violentan y abusan de estudiantes dentro de la universidad, estudiantes, en su mayoría, mujeres.
«La lucha que las feministas hemos hecho a lo largo de la historia se está visibilizando hoy en día, gracias a esa lucha las mujeres nos hemos posicionado y hemos ganado credibilidad en nuestro oficio», señala Liliana con firmeza y convicción en sus palabras.
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Asimismo, destaca todas las disputas a nivel artístico que las mujeres de teatro atravesaron históricamente, en donde el papel de la mujer era opacado por los hombres. «Hay siempre un halo de sospecha en las cosas que nosotras hacemos», puntualiza Liliana; esta poca credibilidad tiene su cauce en la manera cómo, a lo largo de la historia, resuenan las voces masculinas, y es precisamente la mujer la que ha permanecido oculta en la historia, desconociendo así las contribuciones que pudo haber realizado en el arte en esta línea de tiempo.
Liliana es una luchadora empedernida, crea desde su cicatriz y lo hace con convicción en la escena; se remite a su herida, vuelve a sentir su dolor y lo transforma en un hecho artístico; allí, cuando el dolor se convierte en arte, se entrevé entonces un panorama de resiliencia, resistencia y rebelión.
«El diario vivir, el trasegar, es un escenario que refleja multiplicidad de formas en las que las mujeres son violentadas o sometidas; se convierte en una motivación para luchar desde la escena».
Actriz y directora artística del grupo teatral TICH (Teatro Independiente Chipre), Piedad Jurado es una de las mujeres de teatro emblemáticas de la ciudad de Manizales gracias a su permanencia en el oficio a través de los años. Reconoce la participación de la mujer en la actualidad dentro del ámbito de la dirección escénica y la gestión.
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Jurado tiene como ejemplo a grandes maestras y exponentes del teatro como Fanny Mickey y Patricia Ariza, por sus contribuciones al teatro colombiano y porque gracias a ellas se emprendió un gran movimiento que involucra a más y más mujeres en la escena teatral. «Actualmente, la mujer participa desde la creación de textos dramáticos y es reconocida su labor», señala Piedad. Sin embargo, afirma, desde su posición como artista y creadora, que aún sigue siendo muy notoria la participación de hombres en el campo de la dirección y en un menor (pero significativo) porcentaje la participación de mujeres directoras.
«A través de la creación teatral se puede sensibilizar a las personas, llevar un mensaje y confiar en el teatro como una herramienta poderosa de comunicación, ratifica la directora Manizaleña.
En sus años de labor dedicándose al teatro asegura respecto a las mujeres: «somos aguerridas y demostramos que luchamos». Gracias a esas luchas se ha logrado un gran avance y participación a través del tiempo, precisamente por aquella función social del teatro, porque refleja momentos de la vida, de la sociedad y del entorno que vale la pena reflexionar.
«Hace falta que nos organicemos, que las mujeres de la escena alcemos la voz femenina desde el teatro para que sea más fuerte, más potente, más visibilizada».
Actriz, directora, coreógrafa y formadora; Yolanda Arias ha participado en la escena teatral desde hace 30 años, desde hace 12 años conforma el grupo A Cántaros Danza, del cual es directora, es también formadora en procesos de danza-teatro en el Teatro El Escondite. Arias resalta el trabajo de la mujer en la escena viva a nivel nacional, en la cual se visibiliza a más mujeres que se preparan para afrontar los retos en este campo artístico; esto gracias a los diferentes espacios académicos donde la mujer se integra con fuerza a las labores de la dirección, la dramaturgia y la gestión principalmente.
«Afortunadamente, ha existido un ambiente de camaradería y respeto con mis compañeros, soy la única mujer y todos trabajamos para que las cosas salgan bien hechas indistintamente del género”, puntualiza Yolanda.
Yolanda recalca la importancia de fomentar un espacio donde el trabajo de las mujeres de la escena sea reconocido localmente, en el cual las artes creadoras puedan generar acciones transformadoras desde el teatro y en donde se tenga en cuenta la percepción de la mujer frente a los diferentes hechos sociales.
Para ella, el papel de la mujer en el teatro es igual que en la vida: gestar, crear, dar vida no desde la procreación sino desde la creación misma.
La coreógrafa confía en la posibilidad que tiene el teatro de conectar a los seres humanos, de conectar historias, de conectar pasados y presentes. El teatro para ella posee una gran fuerza para transformar colectivos y esta transformación implica una lucha constante desde el escenario, creando piezas que toquen las fibras más sensibles del espectador y lo conduzcan a un proceso de reflexión en sus acciones individuales para la posteridad.
«A través del tiempo, la mujer se ha logrado posicionar en todas las esferas sociales, y su papel histórico se refleja en una lucha constante. Las mujeres de hoy debemos agradecer lo que han hecho las mujeres a lo largo de la historia; gozamos de unos derechos y de una participación en la sociedad».
Actriz, directora, pedagoga y formadora de Actores en Escena, Liliana Díaz ha dedicado la mayor parte de su vida al teatro y a la creación escénica. Reconoce que gracias a las luchas emprendidas por parte de miles de mujeres en los diferentes ámbitos sociales, principalmente desde el campo artístico y desde el teatro, hoy en día las mujeres pueden gozar la experiencia artística desde el escenario.
«Las mujeres manejamos nuestra propia sensibilidad, cualidades y fortalezas distintas a la de los hombres. Somos diferentes, pero existe un complemento entre hombres y mujeres en el arte», apunta Liliana, quien confía ciegamente en el teatro como una herramienta con voz propia, donde hombres y mujeres gozan de la libertad al alzar sus voces y comunicar un mensaje a través del poder de un arte vivo.
En Manizales se continúa trabajando teatro, fortaleciéndolo, reconociendo la lucha individual y colectiva entre sus pares y, lo más importante, disponiendo de sus espacios de creación para expresar inconformidades, debatir opiniones, compartir experiencias y mostrar a través de la ficción un trozo de realidad. En palabras de Liliana: «Ese es el regalo que nos dejan los dioses, un lugar donde nos podemos refugiar los seres humanos».
«A pesar de que se han superado periodos de violencia y opresión hacia la mujer, aún se siguen presentando episodios de agresión en entornos artísticos y culturales».
Actriz, productora y gestora, Nidia Giraldo hace parte del Teatro Punto de Partida desde 1999. Su carrera comenzó desde la época del colegio con la pretensión de ir tras un amor adolescente, pero terminó enamorándose del teatro para toda su vida. Reconoce que el teatro la ayudó a encontrarse como persona, a descubrir su propia sensibilidad y a explorar una faceta artística que era desconocida para ella.
Gracias al contacto con el teatro y con el entorno artístico y cultural de la región, asumió posiciones políticas y sociales, ante lo cual Nidia afirma: «Como mujeres confiamos en el teatro y en el arte para expandir el pensamiento, para formar, comunicar, no estamos en tiempos arcaicos en donde las mujeres no podíamos decidir».
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Nidia confía en el arte como herramienta de sensibilización, desde allí se puede emprender una lucha por cualquier ideal. Para ella, el teatro se ha convertido en una herramienta efectiva para la resolución de conflictos, respaldar argumentos y de-construir pensamientos
«El papel de la mujer en el arte es exactamente igual al papel del hombre, es el papel del artista, el papel del humano que debe trascender las fronteras del hacer y reencontrarse con el ser sensible que tiene la capacidad de transformar el mundo si se empeña en hacerlo. Me inspiran las mujeres luchadoras»,