Texto por Andrés Felipe Rivera Motato
Fotos por Andrés C. Valencia
- Manizales disfrutó con la Fête de la Musique el 21 y 24 de junio, un festival que celebró 15 años en la ciudad, por medio de dos escenarios para 71 músicos y artistas en vivo. Más de 400 personas se reunieron para disfrutar de la diversidad sonora.
En medio de la quietud de un fin de semana con festivo, para Alba Lucía Ramírez y su familia —su esposo, sus dos hijos y el perro—, su tarde habitual del sábado tomó un giro inesperado. Mientras caminaban tranquilamente desde su casa en Milán, un eco musical llegó hasta ellos y los atrajo, este se hizo cada vez más nítido mientras se acercaban hasta llegar a la Torre de Niza. Este imán sonoro era la invitación a dejarse llevar por la corriente de la Fête de la Musique, un evento lleno de diversidad musical y buen ambiente en un rincón especial de la ciudad. El simple paseo de la familia de Alba Lucía se convirtió para ellos en el inicio de esta celebración en dos tiempos. La celebración sonora del Solsticio en la ciudad, resonando con el mundo.
La Fête de la Musique, o Fiesta de la Música, nace en Francia el 21 de junio de 1982, coincidiendo con el solsticio de verano. ¿Y qué es el solsticio? Es ese momento del año en el que el sol alcanza su máxima declinación aparente —o mínima, dependiendo del lugar donde se observe—, marcando el día más largo del año en el hemisferio norte y el más corto en el sur. Para muchas culturas europeas, especialmente la francesa, este día simboliza un renacer, un punto de inflexión que se celebra con folclor y música. La idea es simple: la música debe invadir las calles y espacios públicos, ofreciendo conciertos gratuitos y abiertos a todos.
Mientras en su tierra natal, Francia, la edición de 2025 tuvo altercados, la experiencia en Manizales fue el testimonio vivo de que la música es, ante todo, un espacio para la paz, la diversidad y el esparcimiento. Aquí, cada nota fue un abrazo, cada ritmo una invitación a la unión, demostrando que, a pesar de las diferencias, la armonía puede prevalecer cuando el lenguaje universal de la música es protagonista.
El Escenario del Mirador de Niza: Un Desfile de Talentos
La tarde del 21 de junio comenzó con una lluvia tenue, como si el cielo quisiera refrescar el ambiente para lo que se venía. Pronto mejoraron las condiciones climáticas y con esto, el espíritu del solsticio de verano trajo su propia magia.

Eloísa Castillo Torres, coordinadora cultural de la Alianza Francesa y productora de la Fête de la Musique, resaltó el papel vital del escenario este año. “Este es un escenario que tiene unas condiciones diferentes, que es un espacio para los músicos, digamos, también un poco más llamativo por el tipo de público que pueden atraer por la zona, por el sector donde está ubicado”. Sobre los retos, Castillo fue clara: “Retos todos los que se puedan imaginar. Hay unos retos que van siendo como paso a paso, como parte de un proceso. El principal es el tema financiero, el tema de financiamiento de un evento que es crucial. Hay retos de gestión, de convocar al público, de hacer la difusión, el reto de tener una alta calidad y mantener una calidad”.
El festival fue un crisol de sonidos, desde los más prometedores hasta los más experimentados. Los primeros en subir al escenario fueron los Rock Stars, una banda nacida de las lúdicas del Colegio Anglohispano. Su presentación fue una muestra de que la formación musical desde la niñez tiene un espacio vital en la Fiesta de la Música. Luis Felipe Rave, profesor del grupo musical, no ocultaba su orgullo: “Este mérito no es mío, sino de ellos. Y es muy valioso estar en un festival como invitados, un festival que generalmente es por convocatoria”. Rave enfatizó el poder pedagógico de la música: “Desde el punto de vista pedagógico, las virtudes de la música son inmensas, desde el mismo funcionamiento del cerebro que a diferencia de otras tareas estimula a los dos hemisferios al mismo tiempo. Como en la parte también cognitiva de comunicación, en la autoestima, en la confianza, en las relaciones públicas también”.
Después, Manila’z irrumpió en el escenario con su rap, demostrando años de experiencia individual que ahora se fusionan en un proyecto ambicioso, sorprendiendo y rompiendo el esquema de la tarde. Le siguió Acusbeats, haciendo honor a su nombre con un rap que fusiona lo acústico y lo urbano, evidenciando su búsqueda por crecer y dejar huella.
Una de las sorpresas más gratas fue la Orquesta Sinfónica de Caldas. Ver a la orquesta en un festival de este tipo es inusual, y su concierto de músicas colombianas con metales y percusión dejó a la audiencia maravillada. Sharon Naranjo, directora ejecutiva de la Orquesta Sinfónica de Caldas, compartió su emoción: “Para nosotros es muy importante hacer parte de estos eventos que en Manizales no son tan comunes, en los que le abran espacio a todo tipo de música. Más nosotros como orquesta sinfónica porque la gente siempre piensa que nosotros somos solo clásico y con este ensamble estamos demostrando que también somos folclor”.

Bajado con Espejo ofreció una propuesta llamativa y diferente: punk con folclor. Sus letras al ritmo del tarro de las galletas y el banjo confirmaron que Manizales es una cuna de ideas musicales atípicas. Lorena Uzurriaga, con su pop alternativo y sonoridades latinoamericanas, aportó una perspectiva refrescante y resaltó el papel de la mujer en estos espacios. “Me encanta la diversidad. Me encanta ver público con diferentes gustos. Creo que eso es una de las cosas valiosas de la Fiesta de la Música y que un día como hoy, solsticio de verano, se alce la voz y se celebre con música”, comentó Uzurriaga.
Sara Ocampo, asistente del festival aportó una perspectiva sobre la representación femenina en la música local: “Es algo muy muy complejo. Realmente la mujer no es como que tenga mucha presencia lastimosamente en la música, más que todo en la ciudad. Pero ni siquiera es porque no haya talento, sino porque no se han abierto los espacios necesarios para que las mujeres puedan tocar y por eso es importante venir a estos espacios donde sí se nota la presencia femenina”. Su llamado a la acción resuena con la esencia de la Fiesta de la Música: “El arte lo es todo, la verdad. Si no hay arte, hay violencia, hay problemas, hay discusiones. El arte es una forma bella de mostrar todo lo humano”.
Con la caída del sol, Sick Morgan, una banda de punk rock con más de 20 años de trayectoria, estalló en el escenario, llenando por completo el Mirador de Niza con su energía. Desde Pereira, La Terraza trajo el ska y puso a bailar a la multitud con sus trompetas y hasta pogo. “Hemos querido hacer no solamente ska, sino hacer ska fusión, entonces traemos ritmos de muchísimas partes, de música del norte, música del sur y todo se lo mezclamos y esa es La Terraza”, explicaron los integrantes. Subrayaron la importancia de la unión regional: “Si no lo hacemos nosotros, nadie lo va a hacer por nosotros. De nosotros depende que todo ese tipo de espacios surjan”.
Besana trajo su propuesta de pop, consolidándose como una banda promesa de la ciudad. Y para cerrar la jornada principal, Rockadura celebró 20 años de trayectoria con la Fête de la Musique. Esta banda de rock y psicodelia dejó un legado de paz y colectividad, un broche de oro para una primer jornada que no se olvidará.
Cierre en Silmaril: Rock y la visita Francesa
El martes 24 de junio, la fiesta remató en Silmaril, un espacio donde el rock y la música experimental tomaron el protagonismo. La noche estuvo marcada por la presentación de Sonic Barton, quienes con un show digno de teloneros de talla internacional, sacaron la cara por el talento local. Canciones como «Roja» y «Analogía del Caos» trajeron consigo a la tarima un poco de ese rock nostálgico que nació para quedarse, siendo los embajadores perfectos para lo que vendría.
El festival cerró con altura con la banda Carmen Sea, una banda francesa que, después de su paso por Rock al Parque, trajo a Manizales un espectáculo digno de grandes festivales como Coachella, su sueño y un paso más en su prometedor camino. “Nos sentimos súper afortunados, fue una oportunidad increíble para nosotros. Fue una locura, los paisajes de Manizales nos parecen hermosos. La ciudad es realmente increíble. El público colombiano, ¡lo máximo!” Compartieron
El Corazón de la Fiesta: Diversidad y Visión de Futuro
Marcela Echeverri, directora de la Alianza Francesa de Manizales, compartió la razón detrás del compromiso de la institución: “Porque la Alianza Francesa tiene en su misión la cultura y la educación. Para poder promover la cultura, pues hacemos este tipo de actividades”. Ella destacó la permanencia del evento: “Nosotros cumplimos con la diplomacia de influencia de Francia en los territorios y en este caso con Manizales, pues es la excepción y ya llevamos 15 años precisamente, trayendo la Fiesta de la Música desde Francia para Manizales”. Echeverri sueña con un futuro aún más grande para el festival en la ciudad: “Me sueño como se hace en Francia con muchos escenarios, todos los músicos afuera tocando haciendo todo el desfile que se puede hacer y en todas las partes que haya una apropiación de todo el público, de toda la gente del evento”.
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