Alejandro Gómez, joven con de Síndrome de Ollier y deportista paralímpico de la Selección Colombia de tenis de mesa, logró ganar medalla de oro y plata en los Juegos Parapanamericanos Juveniles de Brasil de este año. Esta es su historia.
Fotos por Giovanny L Galvez
Mientras acomoda sus muletas de madera sobre las gradas del Coliseo Mayor de Manizales, Alejandro Gómez Loaiza, deportista paralímpico de la selección Colombia de tenis de mesa, hace chistes con sus otros compañeros de tenis discapacitados: «Estábamos en el salón y la profesora preguntó ‘¿Están todos completos?’, y yo levanté la mano y dije: ‘Pues profe a mí me falta un pedazo de brazo y media pierna», comenta sin ningún reparo.
Todos se echaron a reír a carcajadas. Él suele ser así, siempre abierto al humor negro y a ver la discapacidad como una ventaja la mayoría de las veces.
Síndrome de Ollier
Así se llama la extraña condición con la que vive Alejandro, que se caracteriza por la aparición en los huesos de numerosos tumores benignos llamados encondromas. Uno de cada 500 mil bebés nace con esta condición, la extremidad afectada se deforma por la enfermedad, en este caso, la pierna derecha de Alejandro. Pero esto a él nunca le ha importado y cuando alguien lo empieza a cuestionar en la calle con la mirada, él mismo se acerca: «Oye, me miras porque te parece rara mi pierna, ¿cierto? ¿quieres saber qué tengo?», lo dice con paciencia.
Normalmente todas las personas se quedan atónitas y asienten con la cabeza mientras él les explica el proceso por el que ha pasado y por el que le falta pasar: cirugías y más cirugías.
Año y medio en cama
Pum, pum, pum, pum. Así sonaba el martillo que rompía los huesos de la pierna derecha de Alejandro, pedazo por pedazo, en doce partes. Luis Enrique Cruz, el cirujano caleño que sostenía ese martillo, practicaba una elongación ósea.
Esta cirugía consiste en romper los huesos de la extremidad para alargarlos por medio de unos tornillos y aros especiales. Esta intervención fue muy fuerte para él porque se la realizaron en ambas piernas, primero en la derecha y a los seis meses en la izquierda; y tuvo que estar en su cama durante más de un año.
La pierna creció 12,5 centimetros, lo cual es un gran resultado para esas operaciones. A pesar de eso sus piernas no quedaron perfectamente alineadas, pues como aún está en etapa de crecimiento, el problema persiste. Para esto le realizarían otra operación igual, pero Alejandro decidió quedarse como está. Su papá le fabricó las suelas para todos sus zapatos, “para qué me voy a someter a otra cirugía sabiendo que ya sé vivir como vivo, con las muletas y la silla”, afirma con carácter.
Su pasión, el tenis de mesa
Llegó al deporte gracias a que un amigo lo llevó. Tal parece que las mismas ganas y pasión por jugar, que tenían los que crearon el tenis de mesa, las tiene Alejandro, pues cada lunes y miércoles sagrado practica por horas. Su entrenadora Sandra Milena Henao Duque cuenta al respecto: “Entrenamos día y noche, él aprende rapidísimo y nunca hace notar sus impedimentos”.
Después de jugar varios torneos intermunicipales, interdepartamentales y nacionales, y ganar varios de ellos, Alejandro clasificó en el 2015 para ir a jugar a Argentina, allí ganó medalla de plata. Después comenzó en forma su carrera como deportista profesional y ahora hace parte de la Selección Colombia de tenis de mesa y en marzo del 2017 ganó medalla de oro y una de plata en los Juegos Parapanamericanos Juveniles de Brasil. Fue un logro enorme y cada día está un paso más cerca de llegar a los Juegos de Tokyo en 2020, para ello debe ganar los clasificatorios correspondientes.
Los deportistas paralímpicos se dividen en 10 categorías según la lesión medular o el impedimento del deportista. Las categorías T1 a los T5 son los que se encuentran en silla de ruedas; los T6 y T7 son los deportistas que poseen una parálisis cerebral; y de la T8 a la T10 son personas con impedimentos de movilidad, es decir, que necesiten muletas o les falte una extremidad. Asimismo estas categorías se dividen por dos grupos generacionales: niños y adultos. En juegos internacionales, los jóvenes pueden clasificar para jugar en la selección de adultos, pero estos últimos no pueden jugar en la selección juvenil.
Alejandro encontró su vida tras la raqueta, él sabe que tiene un millón de oportunidades con ese deporte que ya lo está haciendo una persona de ejemplo y reconocimiento. También tiene claro que la discapacidad está en la cabeza y que sería muy posible que él nunca hubiera logrado lo que ha conseguido, si no fuera por su discapacidad, porque también hay bienes que por mal vienen.