Texto por: Andrés F. Rivera Motato
Fotos por: Andres C. Valencia y Juan José Peñaranda
El rugido de los motores retumbó sobre la arena de la cancha de La Asunción. Las graderías, los andenes y hasta las terrazas cercanas estuvieron a reventar. Nadie quiso perderse el Super Enduro Cross Freestyle, un evento que, en cada feria, convierte a Manizales en un espacio de la acción sobre ruedas. el pasado lunes 6 de enero de 2025, 25 atletas desafiaron la gravedad.
Allí abajo, el terreno de futbol se transformó en una pista donde el enduro, el freestyle motocross, el stunt y el BMX freestyle convergieron en una coreografía de riesgo calculado. Las motos en medio del aire, las bicicletas giraron en espirales y las mandíbulas del público caían una tras otra. Cada salto fue un pulso en el corazón colectivo de los espectadores.
El Super Enduro Cross Freestyle no nació ayer. Detrás de cada pirueta hay una historia, y en el centro de esa narrativa aparecen diferentes expositores de este deporte, uno de ellos, Sebastián (Tatán) Mejía. Manizaleño de nacimiento, este embajador mundial del freestyle motocross ha llevado su ciudad a lo más alto. Gracias a él, Manizales no es solo un destino de café y montañas, sino una cuna para los deportes de acción y en la Asunción se demostró completamente.
El rugido del organizador
Juan Carlos Giraldo, organizador del evento, lo dejó claro desde el inicio: «Esto es un evento incluyente que vincula varios deportes: BMX, enduro, freestyle. Es una mezcla explosiva donde el motociclismo y el ciclismo encuentran su punto de encuentro. Lo que ven hoy no es solo un show, es una declaración de pasión y compromiso. Miren la cantidad de gente que viene. Este deporte ya tiene su lugar en la Feria».
Las palabras de Giraldo fueron confirmadas por cada salto que partía el aire. El público gritaba, reía, aplaudía. Cada aterrizaje perfecto fue celebrado como un gol en el último minuto.
El vuelo del BMX
En medio de los saltos sincronizados, Andrés Pardo, una leyenda del BMX Freestyle, se preparaba para su turno. Su bicicleta era una extensión de su cuerpo, y el aire, su lienzo. «Estar aquí siempre es un gusto. Manizales tiene algo especial. No es mi primera vez y cada vez me siento más conectado con el público. El deporte ha cambiado mucho. Antes eran competencias puras, ahora es puro show. Falta apoyo, claro, pero vamos mejorando. Lo importante es que seguimos aquí, volando».
Y voló. Giró, se suspendió en el aire, y el tiempo pareció congelarse por un instante. Cuando sus ruedas tocaron el suelo, la cancha explotó en aplausos.
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La carrera de obstáculos: pura resistencia
La emoción no quedó solo en el aire. La carrera de obstáculos enduro desafió a los competidores con un circuito diseñado para poner a prueba su técnica y resistencia. Troncos, rampas, llantas, arena, escaleras y pendientes empinadas se convirtieron en los enemigos a vencer. Cada piloto avanzaba con precisión milimétrica, sorteando los obstáculos con determinación. Las caídas fueron inevitables, pero cada uno se levantó con el rugido de la multitud respaldándolo.
A pesar de los tropiezos, no hubo heridos. Solo motores rugiendo, pilotos empujando sus límites y un público que no dejó de animar ni un segundo. Esta prueba no solo fue una demostración de habilidad, sino también de carácter.El Super Enduro Cross Freestyle no es solo un evento más de la programación, es una experiencia de la Feria Alternativa. Es el rugido de un motor que atraviesa el corazón de una ciudad. Manizales sigue demostrando que la Feria no es solo tradición; también es acción, riesgo y una dosis pura de adrenalina. El rugido continuará el próximo enero, pero por ahora, las huellas de las llantas y los ecos de los motores permanecerán grabados en la memoria de quienes estuvieron allí.
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