El teatro también es la voz de jóvenes que no quieren guerra

Los niños y adolescentes también son protagonistas. Es recurrente escuchar voces de crítica por la ausencia de propuestas para niños y jóvenes en la reconstrucción de Colombia. Partiendo de esta premisa, cientos de kilómetros recorridos fueron necesarios para que más de 20 chicos de varios grados de escolaridad, vinieran a hacer parte del Festival Internacional de Teatro, para expresar a través del arte lo que la guerra no puede hacer.

Texto por: Esteban Hoyos

Fotos: Lania Lex

Esta vez, Turbo (Antioquia) y El Tigre (Putumayo), tuvieron su protagonismo en la sala Actores en Escena a través de dos grupos teatrales jóvenes que pusieron en contexto sobre las tablas la cruda situación que se vive en estos lugares olvidados por el estado, y atormentados por el desastre de la guerra como grupos guerrilleros, facciones vigentes del paramilitarismo y bandas criminales.

La Asociación Cultural y Ambiental Talento y Futuro (Turbo) fue el primer grupo en presentarse con la obra titulada En Camino a la Reconciliación. Trece chicos en escena le mostraron a Manizales que el departamento vecino cuenta con nuevas generaciones que a pesar de ser tentados a diario por el dinero fácil y una vida de guerra, quieren apostarle a las diferentes manifestaciones culturales para aprovechar su tiempo y olvidarse de los tormentos. El escenario era minimalista, y con un balón que representaba el mundo fue necesario para dar inicio a la intervención.

«Somos un pueblo con esperanza que trabaja y resiste, somos Colombia», fue la frase que se pronunció al final en coro y que englobó la actuación, una puesta en escena que relató lo que las bondades del trabajo en equipo para luchar contra los antivalores y el perdón pueden generar en nuestro país para construir la paz. La presentación cerró con el director de la obra Ramón García Gutiérrez, un hombre con condiciones de discapacidad por razones ajenas a la guerra, que lucha a diario para ayudar a sus chicos a escaparse de las tentaciones.

Luego de la anterior presentación se acomodó el grupo de teatro Tierra Fértil (Tigre) con la obra Putumayo Cómo Estás, Putumayo a Dónde Vas. El escenario nos dio la bienvenida con dos afiches medianamente grandes, en uno se encontraba un mayor indígena de las comunidades del sur, y en otro una niña que cargaba un loro, representando la esperanza de Colombia.

15 jóvenes se dieron a la tarea de relatarnos las tragedias más grandes por las que ha pasado este pequeño municipio. La historia narra a Putumayo como un personaje, quien es tentado por todas las razones que hacen de este territorio un lugar melancólico y abandonado por el estado. En un principio las pirámides DMG y DRFE engañaron a muchos campesinos que en su inocencia invirtieron desde las ganancias de un puesto de frutas, hasta el arriendo de su hogar. Putumayo también conoció la vida del dinero fácil, la prostitución, el narcotráfico y  sobre todo la naturalización de los muertos en las calles por las disputas entre facciones guerrilleras y paramilitares.

La historia finaliza con una reflexión sobre la educación. La respuesta expresada por estos chicos es la idea como arma y no las pistolas como guerra. La conclusión queda abierta como el título de la obra, lo cual significa el arduo pero único camino para transformar positivamente a Colombia: La educación.

Estas nuevas generaciones le han dado una gran lección a Manizales y al festival para ser pensado como clave para solucionar tantos años de tragedia. Todos los actores y directores tienen algo en común y es que han sido víctimas directas de la violencia en Colombia, y a pesar de eso se han unido al arte para cultivar y enseñar, para propagar la voz de esperanza, olvidarse del pasado  y construir de esta forma una mejor sociedad.