El Ilustre Dogor

Texto e ilustraciones por: Oscar Manuel López Quintana

TU NO ERES NADIE SI NUNCA TE LLAMARON UN «TOY»

El Dogor primero que todo nació para parchar, en el mundo de los aventureros el Dogor ya está aquí y el tiempo para cogerse en las calles es correcto.

Conocí a personas que contribuyeron a forjar un progreso personal y profesional, son quienes fueron lo que hoy puedo ser, lo que puedo hacer y lo que puedo perder hoy. Me cuestiono mucho: ¿qué llevo yo en la mente? ¿Qué tanto sé? ¿A qué juego? ¿Cuáles son mis ideales? ¿Qué es lo que yo pienso? ¿Qué pienso hacer con mi vida? Bien pueda y me analiza, qué diferencia, ¿no?

De «chinga» recuerdo estar en una dualidad de querer romperla, los primeros roces con el graffiti enrolaron mi ganas de crear. ¿Qué específicamente? «Global Magazine» podría ser un ejemplo que aún estamos cocinando, ni el Dogor puede definirlo y así, no pueden castigar a nadie. En la próxima maroma van a saber de qué se trata.

El Dogor primero que todo nació para parchar, en el mundo de los aventureros el Dogor ya está aquí y el tiempo para cogerse en las calles es correcto.

Mi trayectoria comenzó gracias al Juano, conectar y conocer el diseño gráfico gracias a él fue lo esencial, sin saber lo que hacía me tiré una ilustración en Photoshop. Ese el paso para inyectar la disciplina de investigar y graficar todos los días, materializar y mostrar la vuelta, combinados por mis gustos creativos que nacen del rap, graffiti, personas y el vallenato.

Fueron 4 o 5 años de sacar adelante proyectos ajenos por tener una estabilidad económica, distrayéndome de lo que en verdad quería hacer. Al final, si no es por ese proceso, no me daría cuenta de lo que significa saltar al vacío y recoger los frutos que se me atraviesan hoy. Ahora apuesto al ruedo con la banda para sacar adelante nuestros proyectos. Aquí y ahora hasta donde nos lleve el diseño, hasta donde aterrice Global.

¡Puro vacile lo disruptivo, qué locha lo monótono!

Mi estilo gráfico lo defino a ratos por la sazón que le meto con sazón, que es a veces muy chatarra y de resto muy peluche. Llegué a mi estilo por la música. Hay temas tan aletas que guardan mucha mística, estructuras que en la producción y el diseño me llenan. 

Aún no sé a dónde quiero llegar con mi arte, como decía antes: hasta donde nos lleve el diseño. De lo que sí estoy seguro es de pisar criterio y argumento con mi trabajo. Me preparo como un sornero para que todo salga bien porque primero lo hago por mí. Ya si me ponen en el radar es un valor agregado a lo que hago. 

Me inspiro especialmente de detalles de los sueños y visiones, en cómo me sienta y escuche lo que quiero narrar y narrarles. A veces todo queda en la esfera de lo personal y no ampliamente divulgado.

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