Texto por: Santiago Quintero
Fotos por: Lania Lex
La obra está instalada en un lugar común de una casa con elementos básicos que permiten remitir al espectador a un lugar de una habitación. Una maleable y llamativa luz magenta se posa sobre el escenario del Teatro el Escondite. Los elementos escenográficos permiten adivinar la participación femenina en donde el cuerpo deja de ser un sagrado lugar de revelaciones para volverse prisión de ideales de belleza.
El grupo el Giro de la ciudad de Manizales estuvo a cargo del montaje, colectivo artístico que pretende reunir técnicas experimentales desde la interdisciplinariedad, en este caso el uso de multimedia y la danza que hace que el teatro reúna otras formas de cautivar a los espectadores, induciendo una poética de colores y una armonía en el movimiento. La dirección de Claudia P. Leguizamón proyecta su amplia experiencia coreográfica y técnicas de ballet clásico que propone en sus puestas en escena desde la danza.
Una canasta de dulces lamidos da inicio a la obra, en ella se percibe una mirada triste y de arrepentimiento, una mujer hermosa y esbelta empieza a transformarse a lo largo de la obra en un monstruo producido por el régimen de belleza de la época moderna. El complejo de fealdad se evidencia con rutinas de 8 repeticiones de ejercicios y esfuerzos sobrehumanos por lucir la delgadez de un cuerpo ya armonioso. Su felicidad ha sido otorgada por amor y culto al cuerpo a modo del ruiseñor y la rosa para no ser correspondido.
Los sentidos del auditorio se confunden con unas zapatillas que hacen coreografías por todo el escenario. Acompañada por las luces y la producción audiovisual esta bailarina genera la imagen de espejo de la juventud y los deseos de aceptación que muchas veces son comparados con el canon de belleza de la pornografía y las modelos de catálogo, una hiper-realidad de sensaciones que impide que lo humano resalte sus características fundamentales para vivir de apariencias.
“La sirenita decidió acabar con su sufrimiento y pidió un buen par de piernas a la bruja malvada”, es el ejemplo literario que cita y sigue a lo largo de su historia de dolor, su cuerpo reducido a migajas sigue siendo imperfecto a los ojos de un ser insaciable. Aquí el cuerpo es un dispositivo más de las sociedades mercantiles y la belleza se convierte en algo que tiene precio, en este caso la salud mental y física.
La Cita es una obra de danza y representación dramática configurada a partir del culto al cuerpo que muchas culturas imponen y que hacen que el modelo de belleza se tenga que corresponder con los ideales de figuras delgadas y tonificadas. Es un reto por parte de Giro Colectivo Artístico, entrar en el tema de la bulimia y la anorexia, problema no solo psicológico sino también social que afecta el orden y representa una de las principales causas de enfermedades clínicas y psiquiátricas. Cuenta con el acompañamiento en vivo de un producto de video y uno de sonido. Esta obra fue estrenada en el año 2015 y hoy es presentada en el marco del Festival Internacional de Teatro de Manizales. Los comportamientos de las personas que se dejan afectar por regímenes de belleza hacen parte de las imágenes que genera la puesta en escena y las consecuencias se evidencian gracias al uso de clichés respecto a estas enfermedades alimenticias.