Fallo a favor_1

El naufragio de Fallo a Favor

Texto por: Valeria Cipriano

Fotos por: Giovanny Gálvez y Valeria Cipriano

Es el primer invierno del mes y los riffs distorsionados de las guitarras eléctricas resuenan lento al inicio de la canción. Con parsimonia, la voz del vocalista de Fallo a Favor se enreda con la melodía de Colinas flotantes –canción que da inicio a su más reciente sencillo–. La banda pereirana nos invita a embarcarnos en su velero que poco a poco se hunde, mientras la vela resiste a la contracorriente del viento. Sus letras se asemejan a los cantos de las sirenas que nos eclipsan entre sus promesas. 

«El barco capitán, este barco se hundía con toda la tripulación, esta no es nuestra vida», recita Bitácora de un marinero del mismo lanzamiento. Fallo –abreviatura usada por los mismos integrantes– navega por las profundidades de un mar sin nombre ni dueño, encaminándonos por un cuento de ficción a través de su discografía.

Actualmente, los tripulantes de la embarcación son: Juan Sebastián Piñeros (voz y guitarra), Santiago Ospina (batería), Diego Márquez (guitarra y bajo) y César Salazar (guitarra y bajo).

Para ellos, tocar frente a un público ajeno es una especie de ritual por el cual logran establecer una sinergia con sus espectadores. «Pasa algo muy curioso con Fallo y es que la gente que nos viene escuchando desde hace rato, siempre están conectados, coreando los temas y tal. Pero las personas que no nos han escuchado se vuelven partícipes del show, como hipnotizados porque dejan de hablar y se centran en escucharnos. Se dejan contagiar de esa energía», explica Juan Sebastián Piñeros, vocalista y guitarrista de la banda. 

Muchas veces resulta un reto gigante enfrentarse a un público que desconoce la música o hasta la trayectoria de la banda en la industria musical, muchos artistas deciden bajarse del barco que atraviesa esa arriesgada aventura por la misma presión impuesta sobre ellos. Fallo a Favor encontró esa manera de integrarse y ser uno con el público, alentándolos a dejar sus asientos atrás y dejarse llevar por la música. 

Recientemente, la agrupación viajó a Panamá al ser parte del cartel del festival Gas Pimienta, lo cual puso a prueba todos esos aprendizajes que los diez años de trayectoria les ha dejado. «Nosotros hemos trabajado mucho porque antes casi no interactuamos con la gente, de hablarles, de decirles “hey, vengan pues al frente, reúnanse, párense que esto es un festival. En Panamá lo hicimos y en ese instante el show se prendió. La gente empezó a bailar, se dejó contagiar mucho de la energía. Eso es muy bello porque a la final Fallo siempre está tocando música propia, nunca tocamos covers. Entonces la gente de verdad copia de esa energía que la banda quiere transmitir», dice Juan Sebastián. 

Esa sinergia entre ellos también se puede percibir a través de su puesta en escena. El construir un proyecto con las uñas y los años que han trabajado en su música, les ha permitido entenderse tanto como colegas y amigos, agregándole ese valor de autenticidad en su arte. Y, para llegar a ella, se necesita ser muy meticuloso para lograr conectar con la audiencia, saber con cuál canción comenzar y finalizar el show. «Lo que se busca cuando armamos un show es que la gente se sienta en casa», cuenta Santiago Ospina (Santi). 

«Creo que la energía se contagia, por parte y parte, porque Fallo se conserva muy auténtica. Realmente no buscamos sonar como X o Y banda o tendencia que esté en el mercado. Fallo siempre ha tocado lo que le ha dado la gana o lo que la canción que escribimos pide», complementa el vocalista. 

Esa misma constancia y lágrimas derramadas durante el proceso, los ha llevado a tocar en diferentes ciudades de Colombia: Manizales, Armenia, Bogotá, Medellín, logrando compartir tarima con bandas nacionales  como Matiu Colin, Hipsum, Lickers y más. Así mismo, su música ha llegado a escenarios importantes del rock en festivales: Grita Festival, Taiquenaju, Eje Rock, Ruta Sziget Festival.

Las primeras composiciones de Fallo surgieron por los pasillos del Técnico Superior, colegio a donde pertenecieron los primeros integrantes de la banda. Sin saber tocar propiamente sus instrumentos, de igual forma se aventuraron a componer sus canciones. Escuchando Arctic Monkeys o Bloc Party, lograban replicar algunos ritmos sin conocer muy bien qué acordes estaban tocando. 

Juan Sebastián (Piñe) recuerda esos primeros toques en los que poco se ensayaba, llegando a olvidar las letras que debía cantar cada que se subía a una tarima. Muchos de esos primeros shows fueron «paupérrimos», en el que el mal augurio de los marineros se manifestaba en tantas formas como el haberse roto una cuerda de la guitarra mientras se subía al escenario que luego se desafinaba a mitad del repertorio. «Se nos dañaban cosas y no sabíamos que era la línea de la guitarra, de ahí salió el chiste interno que tenemos en la banda “¿será la línea?”. Son situaciones que quisiera que se nos borraran de la memoria», dice. 

«De eso se trata el arte, parce, se trata de hacerlo sin miedo y sin importar si en realidad al otro le va a gustar o no. Me parece importante no gastarse el tiempo esperando el momento perfecto para que suene bien y simplemente hacerlo», reflexiona el baterista. 

Santi, que llegó a la banda en 2018 tomando el puesto de la batería, tomó la batuta para direccionar este proyecto más a futuro mientras volvían a sus raíces. Juan Sebastián rememora esos inicios con Santiago y la forma en que propuso volver a tocar canciones “viejas”. «Este marica ha sido una chispa para la banda. Cuando él llegó nos decía “que ustedes las hayan escrito hace x cantidad de años no significa que sean viejas porque son canciones que mucha gente jamás las han escuchado en vivo”. Eso fue como un cambio de chip», expresa. 

Inmerso en conversar con Piñe sobre esos primeros pasos por la música, recuerda esa vez que escuchó a Fallo a favor tocar en una batalla de bandas. «No estuve en ese tiempo, pero siempre que lo escucho me parecen muy valientes, huevón. O sea, porque uno subirse allí sin estar full preparados, me parece muy de valientes», le dice a Piñe que a su vez le agradece por el apoyo moral.

«No entiendo esa lógica con la que la gente maneja las bandas. Si les sobra oportunidad, tírese al ruedo y de ahí va a aprender algo porque no puede prever muchas cosas que van a pasar en vivo», concluye Piñe. 

Los cuatro pelados encontraron su sonido característico luego de mezclar todos sus referentes que van desde la escuela del rock argentino, al grunge americano, el metal y el punk, hasta el funk y el hip-hop. Para ellos, el indie pereirano se caracteriza por «bailar entre navajas» al tener ritmos upbeat con líricas afiladas, rayando la nostalgia que nos transporta a casa desde la marea. 

Navegar por altas mareas nunca ha sido tarea que novatos puedan lograr con facilidad, son terrenos que marinos con más años de experiencia podrán domar. A pesar de la frustración y la desmotivación, Fallo a Favor se ha mantenido a flote debido al amor que le tienen a la banda, a su música, a su arte y sobre todo el respeto que se le tiene al querer cumplir los sueños. Un augurio sagrado para cada marinero.  

Muchos artistas en el proceso se cuestionan cómo poder sobrellevar la decepción y la presión que adquieren al momento de decidir querer hacer arte. «Sabemos que Fallo a Favor nos ha ayudado a cumplir muchos sueños. Entonces, por respeto a mí y a lo que quiero lograr, no la dejo caer nunca, parce. Sí han habido momentos de desmotivación y probablemente haya más, pero siento que el amor al arte es lo que nos ha ayudado a sobrellevarlo», comenta Santi. 

La música es un amalgama producido de muchos ensayos y errores, de los resultados finales, del mismo sudor y lágrimas derramadas. Mientras el barco de Fallo naufraga por ese camino incierto de la música en la escena independiente, los tripulantes harán lo posible para volver a salir a flote. 

Fallo a Favor continúa proyectándose para llegar a más personas, a más ciudades y hasta países. Actualmente, están trabajando en más colaboraciones, en proyectos en solitario y en su nuevo EP que tendrá un aproximado de cuatro a cinco canciones que irá saliendo a lo largo de este año. En 2025, Fallo retorna a casa. 

{{ reviewsTotal }}{{ options.labels.singularReviewCountLabel }}
{{ reviewsTotal }}{{ options.labels.pluralReviewCountLabel }}
{{ options.labels.newReviewButton }}
{{ userData.canReview.message }}
SUSCRÍBETE AL Newsletter Revista alternativa

Al inscribirte en la newsletter de Revista Alternativa, aceptas recibir comunicaciones electrónicas de Revista Alternativa que en ocasiones pueden contener publicidad o contenido patrocinado.