Julián Madrid_6

El cuerpo y la desnudez como mensaje político: la mirada de Carolina Galvis y Julián Madrid

Texto por: Valeria Cipriano

Fotos por: Julián Madrid

Así como mencionó John Tagg, teórico crítico de la fotografía e historia del arte, en su texto Democracia de la imagen: «el retrato es un signo cuya finalidad es tanto la descripción de un individuo como la inscripción de la identidad social». Femenina Liverdad, proyecto terapéutico guiado por Carolina Galvis y fotografiado por Julián Madrid, es un ejercicio crítico hacia los miramientos del cuerpo femenino ante la sociedad actual.  

Femenina Liverdad es un proyecto que  abrió espacios a las mujeres para ser partícipes de sesiones de terapia colectiva donde se busca su propia liberación desde «la aceptación, el amor y la común unión, y que pudieran hacer una introspección de su propia vida», según Julián Madrid. 

«Empezó primero como una invitación por parte de Carolina Galvis y la orientadora del grupo Mujeres Impactantes, Karina Morales. Ellas tenían la intención de representar algo desde la vulnerabilidad, pero también desde la cohesión como mujeres. Entonces ya comenzó a crearse entre los tres y salió la idea de cómo abordar el proyecto», comenta Madrid.  

En un inicio del proyecto, mucho antes de que tomara forma, color y nombre, Galvis, – terapeuta y creadora de floresSER, un proyecto que trabaja los ciclos femeninos-, se reunió con sus amigas para realizar una sesión improvisada. La primera pose que surgió de allí fue de ambas mujeres abrazándose y poco a poco, mientras se reconocían entre sí y reconocían sus cuerpos desnudos, iban entrando en más confianza. 

«En ese momento dije nos vamos a abrazar desde el amor que nos tenemos, desde el cuidado, el honor y el respeto, y de inmediato sentimos ese apapacho y ese cuidado al alma. Ahí Femenina Liverdad nos habla y ahí entendimos desde dónde era; desde la memoria hormonal, la memoria de la oxitocina, del vínculo y del cuidado», explica Carolina Galvis. 

En cuanto a Julián Madrid, quien fue el puente para llevar a cabo esa visión de Carolina y Karina, mantuvo su postura de ser sólo observador en los círculos de meditación que se llevaban a cabo antes de las sesiones de fotos. «Preferí dar unos pasos atrás para que la sinergia de ellas fuera la de ellas porque precisamente era su espacio íntimo con su feminidad». 

«Al principio fui muy silencioso con mis pasos y mis movimientos. Al final eran ellas quienes proponían algunas figuras, yo también sugería luego de haber roto ese límite de confianza», complementa Julián Madrid. 

Para Carolina el proyecto mismo era el que les hablaba y guiaba de la forma en la que tomaría su curso y ritmo. A medida fueron convocando a más mujeres que se quisieron unir a estas terapias fotografiadas, sin imaginarse completamente el impacto que se estaría gestando en ese espacio; un impacto a la mirada propia y ajena, a los mismos cuerpos expuestos y vulnerables. 

La terapeuta, con más de 17 años de experiencia trabajando la memoria mitocondrial y hormonal, explica que en el mismo proceso de creación se sentía una sinergia entre las mujeres presentes que se produjo al instante en que sus pieles entraban en contacto desde una posición de vulnerabilidad como la desnudez. «Logramos llegar a esa memoria a través de las hormonas que se transmiten por la piel. Llegamos a ese vínculo, a esa confianza de cuidado». 

Dentro de este seriado fotográfico hay una imagen que impacta a simple vista –y no por la fotografía como tal sino por lo que ocurre allí–. Mujeres se abrazan unas a las otras, en alguno de sus rostros se refleja el dolor, la tristeza o hasta el sentimiento de alivio. «Especialmente en esta fotografía invité mucho a abrazar a las mujeres que aman. Para muchas fue bonito abrazar a su mamá, para otras fue duro y también qué conflicto tienen con esa relación. Allí, en esa fotografía, alberga la memoria con la madre», comenta Galvis.

Poco se habla de la forma en la que impacta observar un cuerpo desnudo tal cual es, especialmente los cuerpos de mujeres. Mostrar las estrías, las cicatrices, las várices, las arrugas, las manchas, la celulitis sigue siendo un tabú, algo mal visto e “imperfecto” en esta sociedad consumista que constantemente dictamina cómo debe lucir un cuerpo “femenino”; cuerpos llevados a la extrema delgadez para lucir esbeltos y estéticos, sin imperfecciones y con los músculos tonificados. Un cuerpo hegemónico y patriarcal al fin y al cabo. Esta mirada también ha afectado a las nuevas generaciones en la forma en cómo perciben sus propios cuerpos y, sobre todo, el de las mujeres. 


Recientemente, se inauguró la exposición de Femenina Liverdad en el Centro Cultural Rogelio Salmona, en su sala de exposiciones donde también se abre el espacio de la observación y la conversación hasta que finalice el ciclo expositivo finalizando marzo.  «El cuerpo es profundamente político. No vivimos en una cultura libre de respeto y de cuidado. El machismo nos ha afectado a todos. Desde este lugar te doy la oportunidad de que despiertes tu criterio y te cuestiones, ¿qué es lo que personalmente te está movilizando?», concluye Carolina. 

Este tipo de espacios de conversación y proyectos fotográficos, permitirán que las generaciones, en todas sus épocas  perciban con más normalidad las corporalidades diversas, no solo las de mujeres sino también las de hombres, personas no binarias y con experiencias de vida trans. 

Nuestros recomendados

{{ reviewsTotal }}{{ options.labels.singularReviewCountLabel }}
{{ reviewsTotal }}{{ options.labels.pluralReviewCountLabel }}
{{ options.labels.newReviewButton }}
{{ userData.canReview.message }}
SUSCRÍBETE AL Newsletter Revista alternativa

Al inscribirte en la newsletter de Revista Alternativa, aceptas recibir comunicaciones electrónicas de Revista Alternativa que en ocasiones pueden contener publicidad o contenido patrocinado.