Manila'z Music, una agrupación de principios (1)

Manila’z Music, una agrupación de principios

Texto por: Rafael Santander Arias

Fotos por: Giovanny Gálvez

Al pasar tiempo con los integrantes de Manila’z se siente como echar un vistazo por la ventana al pasado, a una época de gloria juvenil en la que el mundo era pequeño. El vecindario y los amigos; los picados de fútbol en el prado, en la cancha, en la calle; las salidas a caminar en manada, sin ningún plan ni objetivo mayor que el de estar juntos; toda esa energía que surge espontánea de esas épocas de rebeldía y locura, cuyo poder es incontrolable a menos de que se maneje en grupo. Esa energía juvenil y poderosa es la que en colectivo se ha controlado y se ha cultivado a lo largo de años hasta permitir cosechar los frutos de esta agrupación. Esto es lo que los hace tan especiales.

Esta energía que corre dentro del grupo, es lo que proyectan en sus grabaciones, así como lo que proyectan en la tarima. Este es un grupo que no puede improvisarse sino que resulta de años de fermentación. Aunque su formación es relativamente reciente, cada miembro lleva una trayectoria amplia, Wino  Nino y El Paisa son dos figuras pioneras de la cultura hip-hop en Manizales, el primero por su estancia en Miami durante los noventas de donde encontró su amor por la cultura y el segundo, de su natal Medellín vino también con esta al hombro.

Estos dos personajes pudieron inspirar otras figuras como la de Thyto Multibeat, quien se inició en la cultura a través del breakdance, así como J23 y con quien fue su amigo de juventud también, Gioboyz, productor musical de la agrupación, quien entró a la cultura a través del baloncesto y con la influencia de la música que se escuchaba por la ventana de la casa.

Aquellas fueron épocas de recorrer las calles con una casetera al hombro escuchando música. «Yo me andaba por La Enea escuchando La Etnnia, pero ahí todavía no había cultura», dice Wino, refiriéndose a cómo el rap se escuchaba antes de que hubiera propiamente una cultura hip-hop en la ciudad. Con respecto a esto, también afirma Thyto: «antes de que llegara la cultura yo bailaba break escuchando música electrónica». Estamos hablando de la década de los noventas y los dosmiles, en la que el rap estaba apenas haciéndose sitio en la ciudad, y era la pinta la que les permitía identificarse entre ellos, antes de que la música y la cultura urbana estuvieran de moda y fueran escuchadas por públicos masivos y que la ropa ancha y las zapatillas deportivas hicieran parte del guardarropa de un sector grande de la población.

«En esa época lo miraban a uno raro si se vestía con pantalones anchos, nos veían como los raros, pero así también era como nos reconocíamos y nos juntábamos», cuenta también Thyto, dando testimonio de cómo fueron esos primeros años de consolidación de la cultura en la ciudad.

Como precursores e impulsadores de la música urbana en la ciudad, han experimentado con múltiples géneros. Hablan de haber experimentado con el reggaetón antes de que J Balvin empezara su carrera y que el género se popularizara en el país, incluso antes de que recibiera esta etiqueta de música vulgar y popular por la que se despreció durante su primera década. También ocurrió años después que produjeron dancehall y se los tildó de reggaetoneros, antes de que este otro género se popularizara y reconociera en la ciudad. Así ha transcurrido su carrera gracias a la melomanía y al deseo de explorar e innovar que trae cada uno de sus integrantes, quienes cuentan que el «Music» de Manila’z Music se debe a un deseo de no dejar por fuera la posibilidad de explorar géneros ni sonidos que les parezcan interesantes.

Julio Jaramillo, Piero y Vicente Fernández son algunos de los referentes que mencionan fuera de la música urbana, artistas que respetan por su capacidad para transmitir emociones. «Nos gusta la música bien hecha, no importa el género», afirma El Paisa, quien complementa diciendo que de lo que se trata es de poder llegar a la gente, y que eso es lo que buscan con cada tema y cada presentación de la agrupación.

«Uno puede ser original o puede ser real y usted puede ser original de muchas maneras, pero solo hay una forma de ser real. Cuando alguien está conectando con lo suyo, uno lo nota». Estas palabras de El Paisa expresan un ethos así como una estética, dejar de perseguir tendencias, dejar de buscar originalidad y priorizar, en lugar de esto, conectarse con ellos mismos. Complementa Thyto hablando también de cómo es su amistad fuerte y de años lo que les ha permitido ser la agrupación que son y de cómo también esta es solo posible en esas condiciones: «Este es un espacio en donde somos los que queremos ser. Esta es la esencia que no se nos pierde».

Solo en medio de esta dinámica de camaradería, de esta comunión y familiaridad es que un proyecto como este puede aflorar. Si bien solo cinco nombres integran oficialmente Manila’z, es su mismo espíritu de amistad, de familia y camaradería el que los invita a afirmar que «Manila’z somos muchos más», refiriéndose, entre otras personas, a quienes se encargan de todos sus videos y fotografías, a sus familias, sus parejas, colegas y amistades cercanas que están fuera de ese círculo y sin quienes este proyecto sería posible.

Y para quienes deseen contagiarse de esta energía y permitirse conectar con ese espíritu fraterno y real que cada integrante del grupo lleva consigo, la agrupación se presentará este 21 de junio en el Mirador de Niza dentro del marco de la Fiesta de la Música.

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