“Las luces encendidas el telón a levantar, el señor titiritero pronto pronto va a empezar. El show que se presenta no tiene espectador (…) Todos somos personajes”.
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Tan pronto termina la palabra “personajes” en el verso anterior la fiesta se prende, las trompetas se mezclan con las cuerdas y la percusión. Juntos liberan un alto nivel de adrenalina que enloquece. Frente a la banda se encuentra una masa de personas enardecidas por el furor que ocasionan en ellos la catarsis musical. Con esto Rokamandú hace parte del show, en una noche cualquiera.
Más adelante se escucha una inquietante mezcla de sonido que se ameniza con un punteo de guitarra y una fina tonada de piano. El verso se apresura a expresar:
“Injusticias se ven en todos los lugares, calles infestadas de actos criminales, políticos que mienten y el pueblo se lamenta por haber dejado su propio país en venta (…)”.
Posteriormente viene el baile.
Así como Rubén Blades en la salsa, Green Valley en el Reggae, Canserbero en el rap y muchos otros artistas, Rokamandú es una crónica musical que pretende socializar mediante la música la realidad y crear conciencia sobre la situación social colombiana y latinoamericana, pero con la alegría y el sabor de la música.
Fotografías por: Lex Artis
“Es una protesta constante sin dejar de lado el folclor latino, Por más problemas que existan el colombiano tiene una felicidad innata, siempre sonríe. Eso es Rokamandú, una protesta a través del ritmo, sabor y felicidad”.
Afirma Daniel Pineda, saxofonista tenor.
No solo las palabras crean mensajes periodísticos, las diversas ramas del arte, en buenas manos, tienen el poder de hacer lo mismo, cambiar y crear ideas críticas.
“Rokamandú es un nombre para recordar a los caídos en guerra por violencia o negligencia. Es una memoria a ello, es hacer crónica con un formato diferente que es la música”.
Menciona Daniel Díaz, vocalista de la agrupación, quien además agregó que el origen del nombre alude a la misma razón, ya que es la ‘colombianización’ del nombre del hijo de la maga en Rayuela, obra cumbre de Julio Cortázar.
La agrupación manizaleña se conformó en 2012 con un nombre diferente, pero en 2014 decidieron tomar un rumbo opuesto y cambiar aspectos para bien, por lo cual el nombre marcó una nueva era en la escena Ska fusión local. Actualmente está conformada por:
- Juan lynce, vocalista y guitarrista de Rokamandú
- Daniel Díaz, vocalista
- Sebastián lynce, guitarrista
- Santiago Marulanda, percusionista
- Juan Esteban Montoya, baterista
- Daniel Pineda, Saxo tenor
- Juan Sebastián Gómez, bajista
- Federico Alturo, saxo alto
- Santiago López, trompeta.
El avance en cuanto a la propuesta musical y ensamble ha sido trascendental en lo que lleva del 2015, por lo cual han tenido presentaciones en lugares como Mr Jack, Sena, Plaza de Bolivar,Universidad Nacional, El Escondite y por último en la Fiesta de la Música, entre otros eventos.
“Lo que las personas pueden esperar de la banda es diversión y conciencia, queremos producir más, sacar un CD con varias canciones, y nuestra meta para este año es el Manizales Grita Rock para seguir creciendo”.
Concluye Juan Pineda Lynce, uno de los miembros más antiguos de la agrupación.
Si desea conocer más sobre esta banda, puede encontrarlos en redes sociales Facebook, Instagram, twitter y Youtube como Rokamandú. En Soundcloud se encuentran los únicos tres temas grabados, No, Titiritero y Fiesta Violenta, canción con la cual se cierra el telón.