Texto por Andrés Felipe Rivera Motato
Fotos por Andrés C. Valencia
En Manizales la pantalla se encendió y se mezcló con arte audiovisual como un telón que anunció el inicio de una reflexión colectiva. Este lunes, el Festival Internacional de la Imagen abrió su edición número XXlV bajo el lema Re:generativo, una apuesta por imaginar mundos posibles desde la intersección del arte, la ciencia, la tecnología y la sensibilidad ecológica. En una época marcada por el colapso de los modelos de desarrollo y la urgencia ambiental, el festival plantea una pregunta que no es solo conceptual, sino vital: ¿cómo regeneramos los vínculos con la vida, la memoria y los territorios?
El Teatro Los Fundadores fue el punto de encuentro para esta primera noche, que combinó lo performático, lo sonoro y lo visual en una puesta en escena a través de un paisaje sonoro. La artista española Alba G. Corral, reconocida por su trabajo en arte generativo, se unió al proyecto bogotano “Las Hermanas” para inaugurar el festival con una pieza en vivo que combinó visuales y música electrónica en tiempo real.

El acto de apertura también fue un momento para recordar el sentido profundo del festival. En palabras de Claudia Jurado, docente del Departamento de Diseño de la Universidad de Caldas, “lo regenerativo no es solo una forma de mirar la naturaleza, sino también nuestras memorias, nuestras relaciones, nuestro modo de habitar. Es pensar en cómo restaurar y renovar, reconstruir lo que ha sido dañado, silenciado o invisibilizado. Es imaginar juntos una sostenibilidad más allá del discurso como un compromiso vital con la reexistencia.”

Mientras la música se expandía como un organismo sonoro, en constante mutación, Alba tejía paisajes digitales desde el código, proyectando sobre la sala un universo de formas orgánicas, luces líquidas y colores que respiraban al ritmo del sonido. La experiencia aparte de estética: fue una conexión de formas, vida y con lo que está en proceso de ser.
La propuesta de Las Hermanas, basada en el sampleo de sonidos residuales y obsoletos, reconstruyó la memoria sonora desde los márgenes, desde lo que usualmente se desecha, para abrir una grieta en el presente. Allí, entre capas de texturas electrónicas y repeticiones rituales, emergió un mensaje que no necesitó palabras: regenerar también es recordar.
Este diálogo entre dos prácticas artísticas, una nacida del código y otra del residuo, dio forma a un momento inaugural potente, cargado de sentido. Fue un inicio coherente con la misión del festival: provocar encuentros improbables que permitan pensar otros futuros, más allá del agotamiento, más allá del colapso.
En ese mismo espíritu de reflexión y apertura, el vicerrector de la Universidad de Caldas, Darío Arenas, tomó la palabra para resaltar el valor del fracaso como un camino hacia la creación y el crecimiento. “Es precisamente en el error, en la caída, donde encontramos el impulso para seguir creando. Fracasar nos vuelve más humanos, nos conecta con nuestra vulnerabilidad y también con nuestra potencia transformadora”, expresó, invitando a repensar el aprendizaje como un proceso regenerativo en sí mismo.

Diálogo crítico desde las artes digitales y el pensamiento global

En este marco, se dio apertura también al XXI Foro Académico Internacional de Diseño y Creación, con palabras del historiador del arte y teórico de los medios Oliver Grau, quien destacó la importancia de los espacios de pensamiento en torno a las artes digitales: “Este ciclo de conferencias se creó, entre otras razones, para explorar la búsqueda artística de la expresión y el contenido autoritario dentro de las nuevas artes digitales. Formas de arte que frecuentemente incorporan espectadores interactivos junto con las obras de arte de los creadores, transformándolas en un discurso abierto de espacios de posibilidad”.
Grau alertó además sobre el riesgo de concentración de poder en el ámbito digital: “La distopía de la emancipación no se ha cumplido como prometía. Hoy, grandes corporaciones como Meta, Tencent o Alibaba utilizan su poder para el control y la vigilancia de los usuarios”, razón por la cual enfatizó en la necesidad de continuar la exploración crítica desde una perspectiva global y diversa.
La jornada inaugural cerró con un recorrido por las exposiciones del Museo de Arte de Caldas, donde el público pudo experimentar de cerca el eje central del festival. Las muestras reunieron obras que fusionan lo visual con lo sonoro, paisajes digitales que invitan a la contemplación activa y piezas que dialogan con el futurismo desde lenguajes contemporáneos. Fue un espacio abierto tanto a conocedores como a ciudadanos curiosos, una experiencia sensorial que permitió explorar el universo del arte visual desde perspectivas diversas, críticas y regenerativas.

Nuestros recomendados