Texto por: Andrés F. Rivera Motato
Fotos tomadas de: Archivo Premio Nacional Simón Bolívar y U. De Manizales
De cara al futuro, el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar es un motor de transformación en el panorama periodístico colombiano. Más que un reconocimiento a la excelencia, se convirtió en un espacio para educar, instruir y fortalecer la ética en el oficio, impulsando el diálogo y la reflexión sobre el impacto de este oficio en la sociedad y su papel en la democracia. Con una visión de cambio, este galardón permite que nuevas generaciones comprendan la responsabilidad de informar con rigor y compromiso, consolidando así un periodismo que no solo investiga y denuncia, sino que también construye ciudadanía.
En 1975, con el aval de José Alejandro Cortés y su Junta Directiva, Seguros Bolívar creó el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar como un estímulo para los profesionales del oficio periodístico y un reconocimiento a esta disciplina, que constituye uno de los pilares de la democracia. Desde entonces, el premio ha mantenido su independencia y prestigio, consolidándose como un referente de calidad y rigor en el país. En 2011, con la llegada de Miguel Cortés a la Presidencia del Grupo, se reafirmó el compromiso con esta iniciativa, asegurando su continuidad y fortaleciendo su impacto. A lo largo de más de 49 años, se mantiene como un incentivo para el periodismo, impulsando a generaciones de comunicadores a ejercer su labor con responsabilidad y ética.
El pasado 7 de marzo, en el auditorio auxiliar de la Torre Emblemática de la Universidad de Manizales, se llevó a cabo un encuentro que buscó generar un espacio de diálogo y reflexión sobre el impacto del periodismo en la sociedad y su papel en la defensa de la democracia tras la celebración de los 50 años del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar. Durante el evento, se abordaron temas como el rol del periodismo en la búsqueda de la verdad y la necesidad de preservar la figura del editor en un entorno mediático donde la inmediatez y la falta de filtros pueden comprometer la calidad informativa. Además, los estudiantes de la Escuela de Comunicación Social y Periodismo participaron presentando un pitch, una iniciativa que permitió a las nuevas generaciones presentar sus ideas y proyectos, fomentando su involucramiento en la evolución de este oficio.

En el marco de la conmemoración de los 50 años del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, Miguel Cortés, presidente del Grupo Bolívar, destacó la importancia de proyectar el futuro del periodismo y no solo celebrar el pasado. «Estamos cumpliendo 50 años del premio, lo que tenemos que hacer es celebrar el futuro. ¿Y cómo hacemos el futuro? Queríamos con los jóvenes hablar del futuro y no del pasado. Entonces, vamos a hacer esta gira invitando a personas muy destacadas, ganadores del premio, desde el periodismo», afirmó Cortés.
Como parte de esta iniciativa, el Grupo Bolívar decidió incluir una hackatón en cada encuentro. «Hackatón es un momento intenso de innovación que se hace en un periodo muy corto, en algunos es 24 horas, en otros es 48 horas hacen un trabajo de innovación. En este caso, diseñar una solución innovadora que potencie el rol de edición garantizando precisión, profundidad y verificación en el periodismo», explicó Cortés. Este ejercicio busca generar soluciones concretas a los desafíos actuales del periodismo, permitiendo a los participantes explorar nuevas estrategias para mejorar la calidad informativa.
El presidente del Grupo Bolívar también resaltó el papel del periodismo en la democracia y su rol como contrapeso ante los abusos de poder. «La única manera de mejorar y apoyar los retos que tiene el periodismo es hablando sobre ellos y después construyendo sobre ellos. Sin periodismo no hay democracia. Así de sencillo. Es igual que sin jueces no hay democracia. La gente lo denomina como el cuarto poder y es un antídoto contra el populismo y los regímenes autoritarios», concluyó Cortés. Estas palabras refuerzan el compromiso del Premio Simón Bolívar con la promoción de un periodismo ético, riguroso y necesario para la construcción de una sociedad informada.
En medio de la conmemoración, se llevó a cabo un conversatorio moderado por Diego Enrique Ocampo Loaiza, decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Manizales. En este espacio participaronDurante el conversatorio, se discutió el rol del periodismo en la democracia, los retos que enfrenta la profesión en la actualidad, la crisis del modelo de negocio en los medios y la necesidad de fortalecer la ética y la credibilidad en el ejercicio periodístico.
El periodismo y la democracia en debate
Durante la conmemoración, se llevó a cabo un conversatorio moderado por Diego Enrique Ocampo Loaiza (DEO), decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Manizales. Adriana Villegas Botero (AVB), periodista y docente reconocida por su trabajo en medios de comunicación y en la formación de nuevas generaciones de periodistas, y Ricardo Calderón Villegas (RCV), periodista de investigación destacado por su labor en la denuncia de hechos de corrupción y vulneraciones de derechos humanos . A continuación, un fragmento de la conversación.
DEC: ¿Cuál creen que es la noción hoy en Colombia sobre la democracia y cómo encontrarle salida a su defensa desde el periodismo y la ciudadanía?
AVB: La ciudadanía suele reducir la democracia a los procesos electorales, lo que es una visión limitada. En Colombia, con todos sus problemas, tenemos transiciones de poder cada cuatro años, lo cual es un indicador de democracia, aunque insuficiente. Desde el periodismo, la democracia implica facilitar la circulación de distintos discursos en la sociedad. Sin embargo, en muchos municipios no hay medios de comunicación locales, lo que impide el acceso a información cercana y plural. Hoy, las redes sociales han creado cámaras de eco donde solo escuchamos a quienes piensan como nosotros, lo que representa un desafío para la diversidad informativa y el debate democrático.
RCV: La falta de acceso a información de calidad es un problema grave en Colombia. Valoro el trabajo de medios independientes que, con recursos limitados, buscan ofrecer periodismo serio y riguroso. Ejemplos como La Silla Vacía, Vorágine o Cuestión Pública muestran que es posible hacer buen periodismo fuera de los medios tradicionales, aunque estos proyectos enfrentan amenazas económicas. Es fundamental proteger estos espacios, especialmente en un año electoral en el que distinguir entre verdad y mentira es cada vez más difícil.
DEC: ¿Cómo se vive el periodismo hoy en relación con la verdad, considerando que cualquier ciudadano puede generar y difundir información?
RCV: En algunos sectores del periodismo, la verdad se ha reducido a lograr que un funcionario termine preso, como si ese fuera el único objetivo. Pero los periodistas no somos fiscales ni jueces. Nuestro rol es buscar pruebas, contrastar fuentes y exponer información sin caer en el ánimo carcelero. En redes sociales y medios, algunos periodistas han cruzado la línea entre informar y atacar, desdibujando los límites del periodismo responsable. La verdad no se impone, se demuestra con rigor y contexto.
DEC: ¿Cómo enfrentan los medios el impacto de la inteligencia artificial en el periodismo?
AVB: La inteligencia artificial puede automatizar tareas mecánicas en las salas de redacción, pero plantea retos éticos. Un problema clave es el uso de contenido sin reconocimiento ni pago de derechos de autor. ChatGPT, por ejemplo, se alimenta de archivos periodísticos sin dar crédito a los periodistas que hicieron las investigaciones. Esto no es nuevo, porque muchos periodistas han usado información sin citar fuentes, pero la IA lo hace a gran escala, lo que profundiza la crisis del reconocimiento y sostenibilidad del periodismo.
DEC: ¿Es posible innovar en el periodismo o la esencia del oficio se mantiene intacta?
AVB: La innovación no es solo tecnológica. Un cambio significativo en los últimos años ha sido el trabajo colaborativo. Antes, los medios competían ferozmente entre sí, pero ahora, en respuesta a la crisis económica y a las presiones externas, se han creado alianzas entre periodistas y medios. El periodismo es un oficio solitario, pero trabajar en equipo ayuda a resistir presiones y fortalecer investigaciones. Esta es una práctica reciente en Colombia que ha dado buenos resultados.
DEC: ¿Vale la pena ser periodista hoy, con las dificultades económicas, la carga laboral y el impacto en la salud mental?
RCV: Sin duda. No me imagino haciendo otra cosa. Es un oficio que implica sacrificios personales y familiares, porque en el camino uno pierde amigos y relaciones. Pero sigue siendo apasionante, cada día es diferente y no hay rutina. Alguna vez alguien dijo que ser periodista es «una forma linda de ser pobre», y aunque no todos los periodistas son pobres, lo cierto es que las recompensas van más allá del dinero. Es una profesión con sentido y propósito.
El Premio Simón Bolívar, más que un reconocimiento al pasado, se proyecta hacia el futuro como un faro para la formación de la democracia y el periodismo en Colombia. En su edición número 50, no solo celebra la trayectoria de los grandes referentes del oficio, sino que también abre el espacio para pensar en los desafíos que vienen. El evento en la Universidad de Manizales cerró con la presentación de propuestas desarrolladas por los estudiantes, quienes, a través de modelos de software e inteligencias artificiales, plantearon soluciones innovadoras a los problemas que enfrentan los periodistas hoy. Un recordatorio de que el periodismo, en su esencia, sigue transformándose para adaptarse a los tiempos sin perder su propósito fundamental: informar con verdad y rigor.
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